La crisis de la vivienda sigue muy presente en España. Los precios de los alquileres continúan al alza, mientras el coste de vivienda nueva ha crecido en ciudades como Madrid un 7,8% en el último año. Para hacer frente a ello, además de políticas públicas, se imponen soluciones ingeniosas o nuevos desarrollos tecnológicos en el sector de la construcción, entre los que destaca la impresión 3D, capaz de 'fabricar' una casa de hormigón de dos plantas en menos de 14 días.
Los avances son constantes y, con ellos, también el ahorro en tiempo y costes, algo que puede aplicarse incluso en los futuros asentamientos humanos en la Luna y Marte. El mejor ejemplo de su aplicación en nuestro planeta es el nuevo modelo de casa impresa en 3D que acaba de presentar la compañía japonesa Serendix. Estamos, según la compañía, ante una verdadera revolución en el panorama de la construcción y la arquitectura, ya que han logrado 'imprimir' una casa de 50 metros cuadrados, diseñada para que viva una pareja, en menos de 48 horas y con un precio de venta al público inferior a los 35.000 euros.
"En la industria del automóvil, hace 40 años, la reducción del precio de los productos comenzó gracias a la innovación del proceso de fabricación mediante robots", sostiene la empresa en un comunicado de prensa. "Creemos que la casa impresa en 3D es el principio de la robotización completa de la industria de la vivienda". Este cambio implicará la desaparición de miles de puestos de trabajo, pero también facilitará el acceso a la vivienda a quien ahora mismo no puede permitírselo.
Del refugio a la casa
Los primeros indicios de que Serendix estaba detrás de algo importante tuvieron lugar el año pasado, cuando presentaron su primer proyecto, llamado Sphere y desarrollado desarrollo en colaboración con empresas de ingeniería de Estados Unidos, Países Bajos y China. Este pequeño alojamiento de 10 metros cuadrados fue construido en poco más de 23 horas gracias a impresoras 3D, encargadas de 'depositar' sucesivas capas de hormigón para dar forma a un refugio lleno de curvas sólo posibles gracias a este innovador método de construcción.
Ahora, la compañía nipona ha querido aumentar su apuesta con Serendix50, una vivienda de una sola planta de 50 metros cuadrados (de ahí su nombre), una sola planta y 4 metros de altura. El concepto, basado en un diseño propuesto por el Instituto de Investigación Global de la Universidad de Keio, cuenta con todas las ventajas de la fabricación digital aditiva gracias a dos tecnologías complementarias: los robots de impresión 3D para la estructura del edificio y una cortadora CNC, una máquina controlada desde un ordenador a través de coordenadas para lograr una precisión milimétrica, para el tejado.
El proceso es más sencillo de lo que parece: los muros se imprimen en secciones, que luego se fijan a los cimientos a través de columnas de acero. El proceso, que también permite ahorrar en personal, en hormigón y otros materiales de construcción, duró únicamente 44 horas y 30 minutos, dice la empresa, lo que supone todo un récord mundial.
Además, la Serendix50, también llamada Fujitsubo ('percebe' en japonés), cumple con todos los requisitos y estándares de calidad de las estrictas normas de construcción japonesas, que garantizan su solidez estructural, aislamiento térmico, resistencia al fuego, resistencia al agua y hasta a los terremotos, muy habituales en el país asiático.
El resultado es una vivienda con un dormitorio, un cuarto de baño y un salón abierto conectado a la cocina, con todo lo necesario para que la habite una pareja. El precio de venta al público de la vivienda, de apenas 35.000 euros, incluye los acabados interiores de las habitaciones, por lo que está lista para entrar a vivir.
Lejos de las ciudades
No todos están a favor de la impresión 3D en la construcción y hay quien ve grandes dificultades para que sea una alternativa eficaz frente a los métodos tradicionales. Y es que esta tecnología no es realmente viable en el centro de las ciudades, donde suele haber más necesidad de viviendas de bajo coste. Apenas hay solares vacíos para edificios de nueva construcción y, si los hay, no se destinarán a pequeñas viviendas de una sola planta ya que no son tan rentables como un edificio con 20, 50 o 100 viviendas.
La empresa japonesa asegura ser consciente de ello y por eso apuesta por ofrecer sus productos principalmente en pequeños pueblos alejados de las grandes ciudades, donde el terreno no es un problema. El auge del teletrabajo y el éxodo de los centros urbanos provocado por la pandemia puede ser su mejor campaña de publicidad. Serendix busca cubrir las necesidades de las parejas jubiladas con bajo poder adquisitivo, un sector de la población cada vez más numeroso en Japón.
Actualmente, la startup cuenta con cinco impresoras 3D que, según la empresa, tienen capacidad para construir hasta 50 viviendas cada una en un año. Para 2024 ya están trabajando en recabar inversiones para añadir 12 nuevas máquinas a su 'fábrica de casas', lo que les permitiría construir hasta 850 viviendas al año. Y lo que es mejor: gracias a la fabricación digitial, en cuanto tengan listo un nuevo modelo de vivienda, ésta podrá empezar a fabricarse en cualquier parte del mundo de inmediato.
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