El tráfico nunca volverá a ser como antes, tecnologías como la inteligencia artificial y las comunicaciones inalámbricas están transformando la relación entre la vía y el vehículo, este último es cada día más autónomo. Pero para ello se necesita de un alto consumo energético en todo el territorio, algo que ya ha empezado a compensarse en España con el uso de paneles solares y que también podría nutrirse de la energía generada a partir del viento que provocan los coches en circulación.
Sensores para controlar la velocidad, la densidad del tráfico, los posibles accidentes o hasta la calidad del aire, así como la iluminación de las carreteras dependen de la red eléctrica. Al mismo tiempo, los coches eléctricos pueden beneficiarse de cargadores y los futuros vehículos autónomos necesitarán que las carreteras les aporten toda la información posible para circular con precisión y seguridad.
Contribuyendo con este futuro conectado, la empresa turca Deveci Tech ha creado un aerogenerador compacto, Enlil, que aprovecha el impulso del aire que generan los vehículos al pasar cerca a gran velocidad. Así, uno de los transportes más contaminantes, puede ayudar a proporcionar energía limpia a las poblaciones cercanas o crear un círculo cerrado de autoabastecimiento en autovías. Aunque también puede ser de utilidad en parques o en lo alto de las casas.
¿Cómo funciona Enlil?
No es la idea más recomendable, pero cualquiera que se haya colocado en medio de una carretera de doble sentido habrá sentido la fuerza que ejercen los vehículos que pasan a más de 50 km/h. Ese impulso que obliga a ejercer fuerza con las piernas para no perder el equilibrio puede servir como fuente de energía limpia, igual que el sol el agua o el viento natural.
En los bordes de las carreteras o sobre algunos postes de circulación es cada vez más fácil encontrar paneles solares. Un recurso para mantener siempre en activo a semáforos, farolas y otros sensores y servicios destinados al tráfico. Sin embargo, no es tan común encontrar aerogeneradores, por su diseño e inmenso tamaño.
Lejos de las grandes turbinas que coronan los campos de España, se están popularizando modelos más compactos y verticales que pueden convertir ligeras rachas de viento en energía constante para sistemas más sencillos. Estos modelos de menor tamaño y complejidad se pueden instalar en los techos de los hogares, o en los bordes de las carreteras.
La empresa turca Deveci Tech ha diseñado esta torre que genera electricidad a partir del viento que provoca la velocidad de los vehículos. Lo ha bautizado como Enlil, como se puede observar en las imágenes cedidas, pueden servir también como soporte para paneles solares.
[La turbina eólica doble capaz de producir más energía que el mayor aerogenerador de España]
Ya sean coches de combustión o eléctricos, el tráfico a alta velocidad acciona estas turbinas, cuyo mayor enemigo son los atascos. Las aspas curvas y alargadas se colocan en contra de la dirección de los coches para recoger el aire y comenzar a girar.
Para poner a prueba la efectividad de su invento, Deveci Tech ha instalado la primera turbina Enlil en una calle de Estambul entre dos vías en direcciones opuestas. Según explica la empresa, su turbina eólica de carretera puede producir 1 kWh de electricidad por hora cuando el tráfico es denso, pero es imprescindible que sea fluido.
Con un sistema "SMART" integrado, Enlil tiene la capacidad de integrar varias herramientas adicionales. Estas torres pueden analizar la calidad del aire, así como detectar terremotos o gestionar el tráfico. En su estructura incluirían, según determine cada gobierno local o nacional, sensores para medir el nivel de dióxido de carbono (CO2), así como otros sensores para recopilar datos del tráfico. Incluso podría facilitar la conexión de los vehículos autónomos en el futuro y servir como estación Wi-Fi integrada.
Otros modelos similares
Partiendo de esta propuesta para proporcionar energía limpia a los servicios relacionados con el tráfico como la iluminación o sensores de tráfico, hay otra serie de modelos de turbinas que podría aportar el mismo efecto. Enlil no es el único aerogenerador vertical que se ha presentado en los últimos años.
La empresa israelí Flower Turbines, con sede en Estados Unidos y los Países Bajos cuenta con una modelo similar con forma de tulipán. Su diseño vertical favorece su uso en zonas urbanas tanto como en pleno campo al no suponer un riesgo para los pájaros, al contrario que los aerogeneradores de molino.
Pueden servir como decoración dentro de la ciudad y aportar fuentes de electricidad para cargar las bicicletas o los patinetes eléctricos. Lo mismo ocurre con el aerogenerador de Aeromine, de estilo casi confundible con Enlil, este modelo se propone para la parte alta de las casas al entrar el aire desde la parte inferior. En este segundo caso, el sistema debería estar en alto para recoger la fuerza de los coches desde la base de la estructura.
En cualquier caso, tampoco es Deveci la primera en proponer la combinación de energía solar con eólica y en un formato vertical. Airturb, una start-up neerlandesa con sede en Róterdam también cuenta con un modelo de este estilo, aunque ellos colocan n la placa solar en la base. Su modelo puede generar hasta 500 W de energía.
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