La estampa ya es habitual en muchas ciudades de España: cada vez hay más personas que utilizan la bicicleta para ir a trabajar y que recurren a modelos plegables, que ocupan poco espacio tanto en el transporte público como a la hora de guardarlas en un armario o bajo el escritorio. Pero hay un problema y es que, para reducir al máximo su tamaño, estas bicicletas plegables (con Brompton como mejor representante) utilizan ruedas de 16 pulgadas, que absorben peor las vibraciones e impactos de la carretera y requieren mayor esfuerzo a la hora de pedalear.
Desde Francia, una nueva startup propone una innovadora manera de entender este tipo de bicicletas, gracias a un rediseño completo y varias patentes propias. Se trata de Bastille, desarrollada a lo largo de 8 años en colaboración con el fabricante de bicicletas a medida Cycles Victoire, para ofrecer un tamaño de plegado lo más compacto posible sin renunciar a unas ruedas de 27,5 pulgadas. Estas ofrecen una conducción más suave, además de lograr mayor inercia y una mejor estabilidad para el usuario.
Aquí la tecnología no depende del motor, la batería o una conexión con una app del móvil a través de Bluetooth, ya que Bastille no es eléctrica, sino que reside en la pura ingeniería detrás del cuadro y el sistema de plegado: un mecanismo con 140 componentes que funcionan como un reloj, ensamblados con precisión gracias a técnicas heredadas del sector aeronáutico.
Un equipo muy especial
Detrás de Bastille, además de Cycles Victoire, está el ingeniero Gilles Henry, que ya había revolucionado los carritos de bebé gracias al mecanismo de plegado de los Yoyo, de la marca Babyzen, muy popular en Francia. Para lanzar esta nueva aventura ciclista, Henry se asoció con Quentin Bernard, Director General de Europa de Devialet, empresa francesa fabricante de altavoces y auriculares premium que colabora habitualmente con marcas como Huawei.
Desde esos inicios, Bastille ha recaudado 10 millones de euros para lanzar su primer modelo, que si todo sigue como está previsto estará en la calle en la primavera de 2024. El primer gran desafío, ya que Henry estaba obsesionado con cambiar la manera en que se pliegan las bicicletas, era el diseño de "un cuadro universal para adaptarse a diferentes usuarios y preferencias de conducción, pero también elegante en su diseño y plegable para guardarlo contigo en cualquier lugar", según cuentan en su página web.
La geometría del cuadro se ha diseñado en primer lugar para ofrecer una posición de conducción ergonómica, con una forma de diamante que "garantiza un buen equilibrio entre rigidez para el rendimiento y flexibilidad para una mayor comodidad". Pero lo más relevante es que tanto la tija del sillín, como el cuadro, los pedales o la potencia son piezas móviles.
A la hora de plegar la bicicleta, el mecanismo se activa accionando una pequeña palanca en el tubo diagonal y otra en la potencia del manillar. Con un simple gesto, el tubo diagonal se pliega hacia dentro mediante una bisagra. Mientras, la potencia y el manillar se desplazan hacia un lado, la tija del sillín se pliega hacia atrás, y los pedales y la cadena hacia dentro, llevando consigo la rueda trasera.
Los responsables de la marca aseguran que todo el proceso tanto de plegado como desplegado puede durar entre 5 y 10 segundos, aunque esos tiempos se consiguen después de cierta práctica. Aún así, parece un sistema mucho más sencillo e intuitivo que el de otras bicicletas plegables, que implican varios movimientos y presionar varias palancas.
Baja tecnología
En la era de las bicicletas eléctricas, en la que cada semana llegan noticias sobre un nuevo hallazgo o modelo que permite propulsarte sin batería o eliminar de la ecuación la cadena, Bastille ha apostado por un producto, según su propia definición, de "baja tecnología". Quizá se eche en falta una ayuda a la hora de pedalear, pero eso también supone un mantenimiento y unas reparaciones más sencillas, además de una garantía de 2 años.
Lo mejor de todo es el reducido tamaño de Bastille una vez plegada, que permite llevarla a todas partes y evitar robos, además de guardarla fácilmente en casa. Sólo ocupa 82 x 37 x 91 cm, con las ruedas una al lado de la otra, lo que permite además empujar la bicicleta con la mano para llevarla rodando. Eso sí, sus responsables advierten que de esta manera sólo puede empujarse hacia adelante, nunca hacia atrás, porque eso implicaría que las piezas chocaran unas con otras y podría dañar los componentes.
El resto de características de este peculiar modelo de bici son de alta gama. La tija del sillín se puede ajustar con una sola mano para adaptarla a tu altura, cuenta con una cadena Gates de fibra de carbono, un buje interno de Sturmey Archer con tres marchas, luces con dinamo integradas, cuadro y guardabarros de aluminio y una horquilla de carbono. Eso permite, entre otras cosas, un peso muy reducido, de apenas 15 kg. El producto final estará disponible en Europa a mediados de 2024 y su coste inicial será de 2.590 euros.