Cuidador colocando el SmartSock a un paciente

Cuidador colocando el SmartSock a un paciente Unimedia Technology Omicrono

Tecnología

El invento español para poder cuidar mejor a los enfermos con demencia y alzhéimer: alerta de situaciones de estrés

Con unos calcetines inteligentes, los pacientes se olvidan del dispositivo y los cuidadores pueden anticiparse a las situaciones que alteran al enfermo.

10 marzo, 2024 02:16

En España, son 800.000 las personas diagnosticadas con alzhéimer, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). Su detección temprana no es el único reto que se ha marcado la tecnología para mejorar la vida de estas personas y sus familias. La inteligencia artificial y los dispositivos conectados, igual que puede salvar a una persona con problemas de corazón, pueden simplificar la vida de pacientes con demencia y sus cuidadores.

Las dificultades para hacerse entender o comprender lo que ocurre a su alrededor que sufren las personas con demencia o alzhéimer genera un alto nivel de estrés en los enfermos, hasta el punto de volverse agresivos y poder hacerse daño o hacer daño a sus cuidadores. Detectado a tiempo estás situaciones, es posible calmar a la persona y tranquilizarla para evitar que la ansiedad vaya a más.

SmartSocks nace como sustituto de los relojes inteligentes que pueden verse en las muñecas de numerosas personas por la calle. El calcetín controla las constantes vitales del paciente y avisa a su cuidador en caso de que algo perturbe su tranquilidad con tiempo para que puedan calmar al paciente o familiar antes de que su estado de estrés sea peligroso.

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"Los cuidadores ven un progreso significativo, han pasado de tener niveles de estrés muy alto a una vida más tranquila para el enfermo y ellos mismos", explica Diego Ceballos, Project Manager de Unimedia a EL ESPAÑOL-Omicrono en una entrevista conjunta con Jaume Vidal, CEO de Unimedia. La idea es que en el 2025, una vez superados los procesos iniciados en Reino Unido, se dé el salto a otros países europeos como España.

Control desde el pie

Las personas mayores están acostumbradas a usar sus relojes analógicos de toda la vida, por lo que cambiárselo por uno digital puede no ser fácil, menos aún cuando esta persona padece demencia o alzhéimer. En cambio, un calcetín es un elemento más familiar y cómodo. "La gente se olvida de que lleva los calcetines, por lo que las pruebas clínicas han sido muy positivas", asegura Vidal. 

SmartSock con aplicación

SmartSock con aplicación Milbotix Omicrono

Para una persona con alzhéimer o demencia cualquier cambio en su rutina puede suponer un incremento del estrés y la probabilidad de sufrir crisis nerviosas o hacerse daño. Desde tener frío o hambre, hasta no recordar dónde se encuentran o quién es la persona que les habla. También el hecho de llevar una prenda o dispositivo desconocido. El calcetín, al contrario que un reloj nuevo, les resulta menos invasivo.

La idea surge de Milbotix, una empresa británica ideada por Zeke Steer a raíz de que su bisabuela comenzara a padecer demencia. El desarrollo de la tecnología corresponde a la empresa catalana, Unimedia. Esta compañía ha desarrollado tanto el dispositivo como el algoritmo y aplicación que gestiona los datos.

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Los calcetines utilizan una serie de sensores implantados en el tejido para medir desde la frecuencia cardíaca, pasando por la temperatura corporal, el movimiento e incluso, el sudor. Escaneado un código QR en el calcetín, este se conecta el teléfono con la aplicación y el accesorio físico, así se vinculan a la red WiFi para enviar a la plataforma en la nube todos estos datos en tiempo real.

Uno de los principales retos a los que se ha enfrentado Unimedia en el desarrollo de este sistema, ha sido la conectividad. El calcetín debe mantenerse vinculado con la red en todo momento para que los datos lleguen al sistema, pero los pacientes a veces se encuentran en salas lejos del router.

Cuidador colocando un calcetín SmartSock a un paciente

Cuidador colocando un calcetín SmartSock a un paciente Milbotix Omicrono

También el ahorro de energía era una meta importante para que las personas pudieran usar los calcetines con la misma normalidad que los modelos tradicionales. Como otros dispositivos conectados, que cuando tienen dificultades para conectarse, entran en reposo o stand by para ahorrar en energía, los SmartSocks esperan a tener buena conexión para mandar los datos sin perder energía.

Los calcetines deben cargarse cuando no se están usando, aseguran los responsables que aguantan todo el día gracias a ese esfuerzo en optimación de energía. Además, se pueden lavar con tranquilidad al estar protegidos los sensores contra el agua o sudor corporal.

Sistema personalizable

Mediante conectividad inalámbrica, los SmartSocks envían esta información en tiempo real a la aplicación donde, en la nube, se procesan los datos y se determina el estado actual del paciente. Un algoritmo de inteligencia artificial es el encargado de realizar el diagnóstico de forma rápida y eficiente para avisar al cuidador en cuanto aparezcan los primeros síntomas de nerviosismo.

Unimedia se enfoca en el desarrollo de plataformas en la nube. Trabajan con startups de diferentes países como Reino Unido. Hace un año se inició el desarrollo del prototipo que ya se ha utilizado en ensayos clínicos y ahora afrontan ambas empresas una nueva fase en la que enfocar el sistema como un producto comercializable.

En una residencia o en una casa, el sistema se personaliza con cada enfermo, pues una persona puede estar a 37 grados de temperatura y estar perfectamente, mientras que en otros pacientes puede ser un signo de alerta, como explican desde Unimedia. Por ello, cuando se empiezan a usar los SmartSocks, hay una puesta en marcha de aprendizaje con esa persona y el algoritmo se va retroalimentando con los datos.

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El cuidador puede indicar en la aplicación si los síntomas detectados corresponden realmente a una emergencia o un principio de alteración o si, por el contrario, estaba tranquilo. También se pueden indicar los desencadenantes, creando un historial asignado al paciente que facilita que el sistema sea más preciso y útil. Todos los datos son anónimos y están protegidos en el sistema según la ley europea, asegura la empresa.

La inteligencia artificial, así como el uso de tecnología como sensores en productos pequeños, desde calcetines a parches, está abriendo todo un mundo de cuidados más precisos. "Es un terreno que va a seguir creciendo", explica Jaume Vidal, "es uno de los objetivos de la IA, crear nuevas formas de mejorar nuestra vida y en la parte de salud tiene muchas aplicaciones".

Son muchas las posibilidades de crecimiento de proyectos como este. Vidal explica que este producto se podría conectar con otros sistemas, por ejemplo para suministrar música al paciente de forma automática, lo que le calmaría en momentos de estrés. "No creo que llegue a suministrarse medicación de forma automatizada, eso siempre debe revisarlo el cuidador y especialista", apunta.