La industria de la construcción vial está viviendo toda una revolución gracias al avance tecnológico, que está permitiendo la creación de nuevos tipos de materiales, como uno que puede cargar coches eléctricos en marcha. Un sector que no deja de innovar en este campo, y muestra de ello es lo que está sucediendo en Madrid, donde ya existe una calzada que descontamina y purifica el aire y donde ahora se está apostando por utilizar asfaltos aromatizados. Y es que en la capital de España se están pavimentando cientos de calles, algunas con este innovador material que huele a fruta.
El pasado 24 de abril el Ayuntamiento de Madrid arrancó la operación asfalto 2024, que supondrá la pavimentación de 323 calles de los 21 distritos de la ciudad. Como novedad, la capital española ha puesto en marcha una prueba piloto para utilizar en varias de estas avenidas, como en la calle Jazmín, un tipo de asfalto aromatizado que huele a fruta. Un componente que está siendo desarrollado por Padecasa, una empresa experta en fabricación de materiales para pavimentos, junto con la Universidad Alfonso X el Sabio (UAX) y Kao Chemicals Global, una multinacional japonesa experta en productos químicos.
La idea de este material surgió de la intención de buscar "qué más puede aportar la mezcla asfáltica a la calidad de vida de los ciudadanos", según explica Ángel Sampedro, director del área de ingeniería y arquitectura de UAX y unos de los autores de la investigación, a EL ESPAÑOL Omicrono. "El asfalto, sobre todo en la pavimentación, como se hace en caliente, genera unos olores que resultan incómodos a las personas. Y los malos olores, tras el ruido, es la segunda molestia ambiental registrada por los ayuntamientos de las grandes ciudades. Entonces, junto con Kao, que está especializada en cosmética, se nos ocurrió plantear la posibilidad de poder resolver este problema del olor y crear uno más agradable, de mango".
Un aditivo aromatizante
Que el asfalto huela a fruta no deja de ser algo realmente sorprendente y que a algunos les resulte casi imposible. Pero el proceso es más sencillo de lo que pueda parecer y el gran secreto de este material es la incorporación de un aditivo aromatizante. Sampedro señala que lo que se ha planteado es que "con una adición de un aditivo aromatizante, que viene más de la cosmética que de la mezca asfáltica, no se altere para nada la química y las prestaciones que tiene que tener ese pavimento desde el punto de vista estructural, de durabilidad y de sostenibilidad ambiental".
Los investigadores han ideado un aditivo líquido creado con "una serie de aromas florales y cítricos; haciendo distintas combinaciones con unos porcentajes muy bajos, entre un 0,10 y un 0,25%. De tal forma, ni alteran la química ni nada". Tras dar con la fórmula exacta y para meter el aroma de mango, "el aditivo líquido aromatizado se inyecta y mezcla con el asfalto en la propia planta asfáltica, que está muy avanzada con sensorización y una gran transformación digital; y ya llega esa mezcla con el camión oliendo a ese determinado aroma que hayamos diseñado previamente. Además, se puede personalizar. Se puede hacer que huela a azahar o a tonos de madera, por ejemplo. Es como si fuese una marca de perfumes cualquiera".
En el caso de la prueba piloto en la calle Jazmín de Madrid se ha apostado por utilizar un aroma a mango. Ángel Sampedro explica que se terminaron declinando por este olor principalmente por dos motivos. El primero es que "queríamos uno frutal, dado que era la primera experiencia. Queríamos que fuera un olor o una fragancia reconocible. De hecho, durante la pavimentación no le dijimos a nadie qué era el aroma para ver si lo identificaban inmediatamente. Y todo el mundo lo hizo".
También apostaron por el olor a esta fruta tropical debido a que "al ser tan característico, no se cofunde con el olor de los árboles en primavera, por ejemplo. En este caso queríamos que fuera un aroma bastante resaltable con respecto a los demás y que fuera muy fácilmente identificable por el ciudadano. Por eso el mango, porque tiene un olor tan particular que se puede encontrar en los yogures o en otra serie de productos cotidianos". Sampedro asegura que ahora lo que les interesa es estudiar su perdurabilidad.
"Los coches pasan por este asfalto, al que también le puede caer agua de la lluvia, por lo que va teniendo cierto desgaste, sobre todo en su parte superficial. Lo que pretendemos con las partículas que colocamos es determinar cómo lograr que ese olor, aún con una intensidad menor, se siga manteniendo durante unos meses o más de un año. Estas cifras son lo que hemos comprobado que aguanta el aroma en las pruebas de laboratorio", señala el ingeniero. Aunque es optimista, ya que "el efecto del paso del tráfico va desgastando la capa del asfalto e irá dejando las partículas de ese aroma en la superficie otra vez".
En el momento en que este olor desaparezca, en principio, no tienen pensado hacer algo para recuperarlo. "La idea inicial es que cuando ya no huela, esa mezcla asfáltica seguirá ahí prestando su vida útil sin olor a mango". Un asfalto aromatizado que no sólo se puede aplicar a una calle para acabar con el mal olor, como puede ser el provocado por las basuras, sino que "también se podría utilizar en un túnel o en un aparcamiento subterráneo, por ejemplo".
En cuanto a otras ventajas que van más allá de acabar con los malos olores de las calles, este nuevo tipo de asfalto aromatizado presenta otro tipo de beneficio de forma secundaria. Es decir, "este aditivo lo hemos probado con una mezcla con una temperatura menor de lo habitual, lo que denominamos 'mezclas a menor temperatura de fabricación', y, desde el punto de vista ambiental, esto también ha supuesto un ahorro de huella de carbono". Además de ello, Sampedro asegura que gracias a esta técnica en un futuro "podríamos plantear una calle donde se usen materiales reciclados y de otro tipo".
Probar más olores
Tras esta primera pavimentación en la calle Jazmín, el ingeniero de la Universidad Alfonso X el Sabio explica que ahora ha llegado el momento de estudiar y analizar el proyecto de investigación. "Con nuestros alumnos de ingeniería que están aprendiendo en el laboratorio, queremos que ahora ellos en la calle se dediquen a medir el olor con alguna serie de aparatos y entrevistar a los viandantes para ver si con el paso del tiempo siguen captando ese olor. O si les sigue llegando a lo mejor en días de lluvia o de más viento", indica Ángel Sampedro.
Por su parte, José Miguel Baena, director general de conservación de vías públicas del Ayuntamiento de Madrid, asegura a este periódico que "tras un año en laboratorio, nos pareció adecuado probar esta solución con la que eliminamos el olor a asfalto y, añadiendo un aditivo, conseguimos un aroma más agradable". Incluso confirma que la idea que tienen en mente ahora es probar con otros olores, "como alguno floral o cítrico". No sólo eso, sino que también tienen planeado para este año "hacer cuatro o cinco calles más con este tipo de material en Madrid".