Striv, las plantillas inteligentes que han ayudado a atletas a prepararse para los Juegos Olímpicos de París
Este invento estudia si la pisada y la fuerza durante la carrera es la correcta, entre otros datos, dando consejos en tiempo real al deportista.
5 agosto, 2024 01:30La segunda y tercera medallas que ha conseguido España en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha sido en atletismo (Álvaro Martín es bronce en los 20 km marcha y María Pérez, plata en la misma prueba femenina), otras promesas como Ana Peleteiro se han tenido que conformar con el sexto puesto. Este deporte, por las calles de la capital francesa, junto con otras pruebas, recoge gran expectación. Los atletas se han entrenado muy duro para darlo todo estos días, algunos incluso han contado con la ayuda de la última innovación tecnológica para mejorar su rendimiento y evitar lesiones.
Aunque deportes como el atletismo mantienen en cierta medida los mismos principios desde hace décadas, los deportistas aprovechan la tecnología para ser los mejores en su campo: con una equipación diseñada y fabricada para ser más útiles y con equipamiento para monitorizar sus entrenamientos y recuperación. De los populares relojes inteligentes, el mundo del deporte está dando el salto a las plantillas que monitorizan la pisada y salud de los profesionales en diferentes competiciones.
"Creemos que los Juegos Olímpicos de París 2024 serán una oportunidad realmente interesante para probar el producto con los atletas que se entrenan para ello", afirma Axl. Chen, fundador de Striv, una start-up impulsada por el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) que ha creado un entrenador personal virtual para atletas a través de estudios biométricos de su pisada. El objetivo final es poder ayudar también a los corredores aficionados a mejorar sus entrenamiento, además de los profesionales.
El calzado para deporte es centro de un reciente e importante esfuerzo de investigación e innovación por parte de laboratorios y fabricantes de zapatillas. Del MIT también han surgido otras iniciativas como el desarrollo de zapatillas impresas en 3D en colaboración con Adidas. Por parte de los deportes de invierno, los esquiadores cuentan ahora con las plantillas y sensores de la empresa Carv que cuida la técnica del cuerpo y previene lesiones.
Analizando la pisada
Striv se ha propuesto dar una ayuda similar en los corredores y maratonianos. Aunque el proyecto sigue en desarrollo, ya han probado el producto alrededor de 50 atletas profesionales. La empresa no aclara si algún atleta está compitiendo en los Juegos Olímpicos de París 2024 con esta tecnología, pero sí indica que han realizado pruebas en los entrenamientos previos con corredores como el maratonista estadounidense Clayton Young, quien se encuentra en París compitiendo estos días. También con el atleta olímpico jamaicano Damar Forbes y el exmaratonista olímpico Jake Riley, que no asisten a esta cita.
Por lo general, los corredores y demás atletas obtienen un estudio parecido en laboratorios especializados, corriendo sobre diferentes máquinas o haciendo varias pruebas. Al margen del uso de relojes inteligentes, colocar sensores en el calzado puede aportar un estudio más preciso en tiempo real.
La plantilla integra hasta 250 sensores, además de registrar la presión de la pisada para determinar si el atleta es pronador o supinador, la plantilla trabaja con sensores de movimiento de 9 ejes y un barómetro que analizan otros datos biomecánicos en tiempo real.
Después de colocar la plantilla dentro de la zapatilla y conectarla al teléfono con la aplicación, el deportista puede iniciar el entrenamiento. A través de dispositivos como el teléfono, el reloj y auriculares conectados puede consultar las métricas durante y después del ejercicio. Un sistema de entrenador virtual aporta indicaciones al instante para mejorar la pisada. El sistema también estudia los datos para predecir posibles lesiones y si la persona está forzando demasiado en el entrenamiento.
La batería dura hasta 20 horas de uso activo, lo que normalmente cubre unas dos semanas de actividad normal. Se carga mediante un soporte magnético que se desmonta fácilmente de los zapatos. Para mayor comodidad, se incluye un soporte de carga de respaldo adicional.
Chen trabajaba en un laboratorio de robótica en la Universidad Tsinghua de China cuando empezó a utilizar sensores táctiles. Durante los dos años siguientes, experimentó con formas de hacer que los sensores fueran más flexibles y rentables.
De realidad virtual a deporte profesional
La empresa llegó a vender 300 pares de sus primeros zapatos por todo el mundo. Un calzado pensado para los juegos de realidad virtual (RV) que integraba sensores para capturar los movimientos corporales de los usuarios simultáneamente y combinar esos datos con los mandos de RV, dando más realismo al juego.
Ese éxito llamó la atención de otras industrias como la robótica, la automovilística o el sector médico. Aunque esta pequeña empresa no podía atender en ese momento todas las demandas que recibía. El programa START.nano del MIT, cuenta, fue el punto de inflexión que necesitaban.
Utilizando los laboratorios de esta institución, Chen desarrolló una plantilla formada por dos capas de electrodos flexibles con un material entre ellas que puede crear diferentes características eléctricas en función de la fuerza a la que se somete. El investigador aún trabaja para hacer más duradero y preciso ese material añadiendo nanoestructuras y otros ajustes.
Otro campo de estudio en el que están inmersos es el desarrollo de algoritmos de IA con los que analizar los datos recogidos por los sensores y poder comprender el movimiento del cuerpo. "Podemos ver si se inclinan demasiado hacia delante o si tienen las rodillas demasiado altas. Eso puede ser muy útil para determinar si están mejorando o no", explica. De ahí, deben surgir las recomendaciones inmediatas con las que el deportista puede modificar su ejercicio en pleno entrenamiento.