Sí. Las Preguntas también deberían haberse titulado ¿Y Errejón acabó en Siberia? Sí, pero empecemos por los reyes de la selva política. Padecemos tres: Rajoy, en la manada de la derecha; Sánchez, en la manada de la izquierda centrada; e Iglesias, en la manada de la izquierda situada entre el cero y el infinito, como la novela de Arthur Koestler. Ellos son nuestros tres “gorilas invisibles” de la película de la semana.
(El experimento del gorila invisible explica cómo puede alterarse la percepción de la realidad. Se pide a un grupo de personas que observe un vídeo con dos equipos pasándose el balón, uno vestido de blanco y el otro de negro; los espectadores deben concentrarse en contar las veces que los jugadores con camiseta clara entregan la pelota a un compañero de equipo. Finalizado el vídeo, se pregunta a los espectadores si vieron algo extraño. Sólo una minoría percibe que durante unos segundos apareció en escena una persona disfrazada de gorila.)
En esta ceremonia insoportable de jueguecitos políticos a la que asistimos desde el 20-D, los líderes del PP, del PSOE y de Podemos se lanzan mensajes los unos contra otros, como si fuera una pelota, con una intención artera: ocultar el egoísmo con el que están actuando al sublimar el interés por afianzar sus carreras políticas por encima del bien de quienes los eligieron. Nuestros políticos actúan como actores primates, más o menos invisibles, tratando a los ciudadanos como “primotes” de una escala inferior.
Pero adentrémonos en el vídeo de estos siete días. “Cosas veredes, amigo Sancho”, expresión que no aparece en El Quijote sino en el Poema del Mío Cid cuando Alfonso VI advierte a su díscolo vasallo que repare en que “Cosas tenedes, Cid, que faran fablar las piedras”. Mil años después, nosotros reparamos en cosas y casas de políticos corruptos y sus amiguetes que nos hacen “fablar” tanto.
1) Pablo 'El Bello'. El líder de Podemos ha fulminado a su secretario de Organización aduciendo su ineficacia. En realidad, esta defenestración destapa a las claras la guerra de Iglesias con su número 2, Errejón, de quien el arrojado era fiel aliado.
¿Cómo ha querido Iglesias despistar a los espectadores votantes para que no perciban que actuó como un gorila invisible sin respetar las más mínimas reglas de democracia interna? Pues publicando una “conmovedora” carta titulada Defender la belleza y eligiendo de sustituto a una persona en sí misma incuestionable, el esforzado Echenique.
Tras la lectura del elogio de Pablo Iglesias a la belleza, no se sabe si destacar la cursilería empalagosa o el paternalismo peligroso que despiertan sus apelaciones a la fraternidad y a la dignidad del pueblo, precisamente cuando quien escribe acababa de depurar al número 3 en ajuste de cuentas contra el número 2.
Que si la belleza de David resistiendo a Goliat, que si nos brillan los ojos cuando hablamos del pueblo, que si no soportan nuestras risas, nuestros besos, que no quiero acabar esta carta “sino diciendo que os quiero”. Muy fraternal el Iglesias depurador en una carta con más ribetes de orador evangelista del curto que de aspirante a presidente del Gobierno.
Se siente tan seguro en su juego demagógico que hace poco se permitió bromear con este tuit: “He mandado a Bescansa y a Errejón a Siberia por disidentes”. Es cierto que Iglesias jamás ha ocultado su admiración por Marx y por Maquiavelo. Escribió Maquiavelo: “El que instaura una dictadura y no mata a Bruto o el que funda una República y no mata a los hijos de Bruto, ese reinará poco tiempo”. El líder de Podemos ha obrado en consecuencia con Errejón. Quizás inspirado, también, por Monedero tras leerle una cita del revolucionario francés Saint-Just: “No se puede reinar inocentemente”.
Pablo Iglesias tiene muy presente una táctica (como diría Bescansa) habitual en la praxis de la izquierda revolucionaria: para que haya un bien hay que trazar con claridad el perímetro del mal; llámese PP, Ciudadanos, Ibex, oligarquía… Ante sus constantes apelaciones al marxismo, es el momento de leer/releer El cero y el infinito, la magistral novela en la que el ex marxista y ex comunista Koestler cuenta el final del viejo revolucionario Rubachof, caído en una de las purgas estalinistas. “El individuo no era nada, el Partido lo era todo; la rama que se arranca de un árbol debe secarse”, reflexiona Rubachof, en otro tiempo líder implacable del partido. Responde el fiscal que le juzga: “La experiencia enseña que se debe dar a las masas una explicación sencilla y fácilmente inteligible de todos los fenómenos difíciles y complejos”. Una habilidad en la que Iglesias es el rey de la selva política.
Iglesias, gran agitador de emociones, es todo un “emócrata”. Podemos creerle o no, pero no mirar sus actuaciones con indiferencia. Hay que fijarse bien en lo que esconde al salir en el vídeo.
2) Mariano 'El Dilatador' O el O’corcheiro. Su abstracción del tiempo dilatando las no-actuaciones y su capacidad inigualable para flotar como el corcho ante grandes tempestades externas e internas. Estas son las dos grandes virtudes del gorila invisible de la derecha. Con un objetivo: que los espectadores que observan el comportamiento del líder del PP no detecten su verdadera naturaleza dirigida a per-ma-ne-cer.
El PP es hoy una olla a presión controlada a la gallega por Rajoy. El tiempo se acaba y ese es el propósito del líder popular. Los estatutos del PP señalan la celebración de un congreso nacional cada tres años; el último fue en 2012. Ni lo hubo en 2015 ni en el primer cuatrimestre de 2016. Según el artículo 31, el presidente del PP debe ser elegido en un congreso nacional y éste será, a su vez, candidato a la presidencia del Gobierno.
El “quieto parao” de Rajoy culpando a la humanidad del bloqueo político tiene, pues, todo el sentido. Pierde el tiempo, gana tiempo. Es su divisa. Si no hay congreso –se necesita un mes como mínimo para convocarlo- sólo él podrá ser el próximo cartel electoral. Sería impresentable que un cambio de líder se delegara en la Junta Directiva Nacional. Si el 2 de mayo se convocan elecciones para el 26 de junio, no habrá tiempo. Se montará una gran convención para mostrar la adhesión inquebrantable. Rajoy será recibido y despedido en loor de multitudes. Y a correr. (Evitemos utilizar olor cuando hay corrupción por medio).
No ha de extrañar que el líder gallego Núñez Feijoo, presidenciable, se desespera y amenace con dejar la política. Mientras, el odio cainita entre la vicepresidenta Soraya, presidenciable también, y Cospedal, secretaria general del PP, es utilizado por los “rajoianos”. Sólo Rajoy, dicen, puede evitar una ruptura interna como sucedió con UCD. La paz del cementerio.
“Ya no queda tiempo para la refundación del PP. Rajoy, en un acto de grandeza, debería haberse ido llevándose consigo malos espíritus como la corrupción”, se lamenta un líder regional desde el anonimato. ¿Grandeza? Sí, Rajoy es grande como el gorila invisible que esconde sus intenciones.
3) Sánchez 'El Ingenuo'. O 'El Malquerido'... En cierta ocasión, Guerra profetizó: con Almunia el PSOE no despegaba y con Borrell estamos en el aire, pero para estrellarnos. Eso se dice ahora de Pedro Sánchez. Unos le llaman ingenuo, en su acepción bondadosa, aunque la mayoría utiliza el calificativo como sinónimo de persona con deficiente comprensión.
La petición de Sánchez a Tsipras para que convenza a Iglesias y le apoye se ha convertido en el hazmerreir dentro y fuera del PSOE. Griegos y portugueses parecen ser las fuentes de inspiración de Sánchez. ¡Menudo modelo! Pedro no es tonto, o al menos no tanto como comentan los suyos. Simplemente quiere ganar tiempo, como Rajoy, para evitar su defenestración prematura.
Dándole a la moviola, este fue el video de la semana: 1) Sánchez, santo de los imposibles, quiere mezclar el agua con el aceite, a Ciudadanos con Podemos, con la bendición de Tsipras; 2) Rajoy, presidente en funciones, se convierte en líder antisistema al negarse a comparecer ante el Congreso soberano de los Diputados; 3) Iglesias, el poeta del amor, de la belleza y… de la guillotina. Tres líderes despóticos en el sentido en que lo describe Hanna Arendt: “Las mentiras políticas modernas se ocupan con eficacia de cosas que no son secretas sino conocidas por todos. Es el despotismo capaz de tornar invisible aún lo más manifiesto”. Como el vídeo del gorila.
¿El sermón de las siete palabras?
Sí. Tan obsesionados estamos con la política que lees el Sermón de las Siete Palabras y lo entiendes en esa clave: 1) “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen” (No me da la gana con lo que están haciendo); 2) “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” (repite Pablo a Pedro); 3) “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Patxi López a Bescansa); 4) “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (piensa el ciudadano al mirar a sus políticos); 5) “Tengo sed” (de honradez); 6) “Todo se ha consumado” (el sueño de Rajoy dejando pasar el tiempo); 7) “Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu” (en las tuyas, Felipe VI, pero que doña Letizia no diga la última palabra).