¿Rajoy no será candidato el 26-J?
No. Seguramente no. El presidente del Gobierno en funciones y candidato electoral a la Moncloa “in pectore”, según el privilegio que los estatutos del PP confieren al presidente del partido, es decir, a Mariano Rajoy, baraja seriamente tirar la toalla si hay repetición de elecciones. La renuncia del ministro Soria, por ocultación de información sobre sus intereses familiares fuera de España y por su pertinacia en la mentira negándolo, más la detención del alcalde de Granada, también del PP, han inclinado un poco más el platillo de su balanza hacia la renuncia.
Rajoy, conocido entre políticos amigos como “O´Corcheiro”, capaz de flotar sobre los mares más encrespados, no comunicaría su decisión antes de la disolución de las Cortes y de la convocatoria de nuevas elecciones. Este hecho se produciría tras el 2 de mayo, si antes no hay acuerdo para formar Gobierno. El 3 de mayo, históricamente conocido como el de los fusilamientos (de 1808), gracias al cuadro de Goya, no parecería la fecha más adecuada para hacer pública su marcha. Un día tan señalado daría mucho juego en las redes sociales.
Un antiguo amigo del presidente del Gobierno, que conoce muy bien la psicología del personaje, se decantaba el viernes por la mañana a favor de que no será el próximo cartel electoral del PP. “Mariano no se va a quemar a la bonzo ni querrá que en la misma hoguera se achicharre el partido. Si él está convencido de que no contará con los votos para ser elegido presidente, se marchará antes. Lo ha sido todo en la política y no tendría sentido quedarse en la oposición. Antes tirará la toalla”.
Lo que ha pasado esta semana no favorece sus intereses para permanecer: Soria, uno de sus ministros de confianza, su lazarillo en sus habituales vacaciones en Canarias, renunció el viernes a todos sus cargos perseguido por la sombra de la corrupción; y el alcalde de Granada, puesto al que Torres Hurtado llegó en 2003 bajo el liderazgo de Mariano, fue detenido el miércoles debido a misma pandemia inmoral.
La elección del nuevo candidato del PP podría realizarse por dos vías: a través de la Junta Directiva Nacional o en un congreso extraordinario. Esta segunda posibilidad sería políticamente más presentable para evitar la imagen de “dedazo” que ha presidido la historia del partido: Fraga eligió a Aznar, Aznar eligió a Rajoy… ¿Y Rajoy designa a su sucesor en una Junta Directiva? Sería un suma y sigue que acentuaría hasta la extenuación la imagen de falta de democracia interna y de perpetuación de intereses.
Según los estatutos del PP, un congreso extraordinario puede celebrarse en un mes desde su convocatoria. Si ésta se produjera en la segunda semana de mayo, el candidato a la presidencia del Gobierno saldría aclamado a principios de junio y empalmaría el lanzamiento de su imagen con el inicio de la campaña electoral para el 26 de junio. Para que todo esto suceda, han de darse tres condiciones: 1) Que Pedro Sánchez, aprovechando la desesperación del país en general y de Pablo Iglesias en particular, acosado por problemas internos que irán a más, no cierre un pacto para un Gobierno de izquierdas. 2) Que Rajoy tenga claro que Ciudadanos, en ningún caso, apoyaría su candidatura a presidente tras los nuevos comicios y 3) Más en clave interna, que Cospedal y Sáenz de Santamaría, Pili y Mili del PP, firmen el Pacto de las Camelias. La camelia se da muy bien en Galicia y es una flor que significa amor eterno. En términos políticos, el amor dura lo que dura. Soraya sería la sucesora de Rajoy y Cospedal sólo permitiría su elección congresual si mantiene su cuota de poder. Sin olvidar a Cristina Cifuentes. Hay una cuarta variable: un acuerdo de gran coalición “in extremis” entre PP, PSOE y Ciudadanos, en cuyo caso Rajoy también saldría.
El amigo de Rajoy que hablaba al principio está tentado de enviar a Moncloa una frase subrayada de Bernard Shaw: “Una vida pasada cometiendo errores no es sólo honorable, sino que es más útil que una vida pasada sin hacer nada”. No haber sabido encarar la responsabilidad en la corrupción del PP es toda una vida ¿honorable? cometiendo errores por parte de Rajoy. Bernard Shaw y Churchill se detestaban. El dramaturgo irlandés invitó al político inglés al estreno de una de sus obras de esta manera: “Venga usted con un amigo, si es que lo tiene”. Churchill le contestó: “Me es imposible asistir, acudiré a la segunda sesión, si es que la hay”. Si es que hay una segunda sesión con las urnas abiertas, Rajoy, con otro amigo ministro menos expulsado por la sombra de la corrupción, se plantea en serio no acudir.
¿Vaya semanita?
Sí. ¿Pero de qué nos sorprendemos? 1) Soria ha tenido sociedades en paraísos como Jersey (como los Pujol), las Bahamas y Panamá. ¿Por qué creen ustedes que Rajoy le nombró ministro de Industria, Energía y Turismo? Pues por ser un tipo industrioso y energético a la hora de hacer turismo con vistas. 2) Mario Conde, de nuevo en prisión por repatriar dinero robado en Banesto. ¡Para uno que se lo trae! Conde es el conde de Montecristo de la vida española: el personaje de Dumas recuperó el cofre perdido y el ex banquero, también. 3) La Udef detiene al presidente de Manos Limpias. Extorsionó, entre otros, a doña Cristina, hija y hermana de reyes. Pidió tres millones a cambio de sepultar los procedimientos judiciales abiertos contra los duques de Palma. Con este de Manos Limpias se cumple el principio de presunción: dime de qué presumes y te diré de los que careces. Manos sucias. Y, además, topó con la iglesia de la Zarzuela. 4) Detenido el alcalde de Granada por corrupción urbanística… El “sultán” Aznar podría parafrasear a la sultana Aixa, madre de Boabdil, para decirle a su ahijado Rajoy, si pierde el poder como aquél perdió Granada: “Llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre”. (¡Qué mal suena ahora lo de mujer!).
"¿Queridos compis-yoguis?"
"Sí. Perdonad que me dirija así a vosotros, líderes políticos y lectores de EL ESPAÑOL en general. Lo hago sin el conocimiento de mi marido el rey. En mala hora escribí aquel WhatsApp a mi compi yogui Javier. De todo lo que entonces dije, sólo suscribo el “yogui”, de yoga. Porque hoy, con tanta corrupción que nos salpica, nadie sabe ni quiénes somos, ni si nos conocemos, si nos respetamos y si nos queremos. Puedo parecer ingenua, pero creo que el yoga nos ayudaría a salir del atolladero actual”.
“Sí, estoy buscando dónde apuntarme para seguir con el yoga. Mi suegra, doña Sofía, me ha dado un nombre, el del maestro Ramiro Calle. Desde mi posición me atrevería a sugerir al próximo Gobierno que implante el yoga como asignatura obligatoria para pequeños y mayores. El yoga es el arte de remansarse. Falta me hace a veces. La mente, como las aguas turbias, se aclara al estar en quietud. El poder, dice Calle, es putrescible, corrompe, más cuando es ejercido por individuos de mente ofuscada, cegados por el polvo de la avidez y el odio”.
“La humanidad no está dirigida por sabios, lúcidos y compasivos, sino por enfangados en su desmedido narcisismo. Nos dirigen individuos desnudos, des-almados (sin alma), que nos enredan en conflictos. Se lo repito a Felipe para que no caiga en esto y huya de políticos así. Y yo digo y me pregunto, como Ramiro Calle, que el 24 estrena en Madrid un documental que quizá vaya a ver, que si no cambia la mente del reformador, ¿qué tipo de reforma va a hacer? No quiero ponerrr apellidos. ¿Qué reforma puede salir de una mente enlodada por la ofuscación, la avidez y el odio? Estamos realmente en una crisis con la corrupción. Hay que recuperar la pureza del pensamiento, de la palabra y de la acción. Quizás lleve razón mi suegra al aconsejarme que en vez del Birkram Yoga, que se hace a 42 grados y es más físico, elija el yoga más mental, para llegar a la armonía del cuerpo a través del pensamiento”.
“Sólo quería decir esto, para compensar aquello del compi yogui y de la 'merde' y mejorar algo mi imagen, antes de que la sección Jaleos de este periódico haga de las suyas y pensando también en la corrupción que asuela a España”. Fdo: Yo, la reina Letizia, ex periodista por la gracia del Rey.