De acuerdo con los datos recabados por EL ESPAÑOL, estudiar en una universidad de Cataluña resulta tres veces más caro que hacerlo en una de Galicia. En concreto, un crédito cuesta 33,52€ en un centro público universitario catalán, mientras que en un gallego el precio es de 11,89€.
Es lógico que entre los ciudadanos de distintas comunidades existan diferentes niveles de renta o que los precios de los mismos productos y servicios varíen de una región a otra. Sin embargo, llama la atención que se den diferencias tan elevadas en el acceso a un servicio público dentro de un mismo país y que las instituciones permanezcan de brazos cruzados.
Que la mayoría de los rankings universitarios estén encabezados por universidades como la Pompeu Fabra, la Atónoma de Barcelona o la UB merece todo el reconocimiento. No obstante, los precios prohibitivos de los créditos en grados y máster, sumado a la imposición del catalán como idioma de estudio, van camino de convertir a las universidades catalanas en cotos de difícil acceso para todos los castellanoparlantes así y las familias con rentas más bajas. La conseller de Educación de la Generalitat, Meritxell Ruiz, tiene mucho que decir al respecto, dado que las tasas universitarias son competencia de las comunidades autónomas.
El Ministerio de Educación debería corregir la situación imponiendo una horquilla de máximos y mínimos más ajustada para que la diferencia de precios entre universidades no sean tan desmesurados.