El anuncio del chavismo de que el opositor Leopoldo López será juzgado por el homicidio de 43 personas -los fallecidos en las manifestaciones contra el régimen de febrero de 2014- es un disparate más que demuestra hasta dónde está dispuesto a llegar Nicolás Maduro en su huida hacia adelante.
Si ya es un escándalo que López lleve en prisión más de dos años y medio, que ahora se le intente hacer responsable de la muerte de los fallecidos en las movilizaciones suena a delirio de un sátrapa. En ese sentido, Maduro parece hacer méritos para competir con Kim Jong-un.
Hay que decir bien claro que Leopoldo López es un preso político y que es víctima de un proceso manipulado y sin garantías, tal y como denuncian las principales organizaciones defensoras de los derechos humanos
En su intento por enrocarse, Maduro continúa tensando la cuerda y tratando de criminalizar a sus opositores, que ya le derrotaron en las elecciones parlamentarias. Pero en su acoso a Leopoldo López ha ido ya demasiado lejos.