Conmocionado aún por el inesperado fallecimiento de José Manuel Maza, Fiscal General del Estado, provocado por una infección generalizada, no puedo dejar de evocar su figura acompañado de una enorme tristeza por su pérdida.
Conocí a José Manuel hace mucho tiempo, cuando a ambos aún nos faltaban años para acceder al Tribunal Supremo. Reunía ya en su persona esas cualidades que le han hecho ser querido por muchos: su afabilidad, su honradez de carácter y comportamiento, la fluidez de su conversación siempre plagada de anécdotas, y, en lo profesional la firmeza de sus convicciones en el Derecho como instrumento esencial para una convivencia en paz entre todos los españoles.
Nuestra relación ha sido especialmente estrecha durante los últimos meses cuando, cada uno en su responsabilidad, hemos tenido que afrontar el más grave desafío a nuestro Estado democrático y de Derecho por parte de determinados poderes públicos.
El comportamiento profesional de José Manuel Maza, con sus aciertos e inevitables errores, justificados por la extraordinaria complejidad de la situación que se trataba de combatir, estuvo inspirado siempre por su profundo patriotismo constitucional. España estaba siempre en el fondo de cada decisión. No esa España caricaturizada por los que la aborrecen, sino la España que tantos tanto queremos: la que quiere ser libre y democrática, ordenada por el Derecho que todos nos hemos dado, que cree en la igualdad de los ciudadanos y que no quiere renunciar a la solidaridad entre sus gentes y territorios.
Esa es la España que amaba y a la que sirvió como juez y como fiscal, con dedicación y ejemplaridad. Hasta el último momento.
Descanse en paz.
***Carlos Lesmes es presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial.