Federico en la radio justo antes de esta entrevista: "Es Navidad. Hay que perdonar a los adversarios, pero no a los enemigos. Si lo hacemos, dejaremos que gane el mal".
Federico ahora ante la grabadora: "Iglesias nos lleva a un periodo violento y revolucionario. Podemos debe ser ilegalizado para que no nos ilegalicen a los demás".
Se abre el telón. La ventana del despacho, entornada. Hace un poco de frío... Jiménez Losantos toma café con leche. Es lo único que admite grises en esta charla. Inundan la mesa un montón de libros escritos por los juglares del comunismo. También, un tratado de Freud sobre la sexualidad.
Un aforismo para envolver la conversación sería este: la izquierda es mala y la derecha es tonta. Empiezan a rodar los motes. A volar los cuchillos. Mueren todos, salvo un apuntador que lleva por apellido Abascal.
Aparece mucho Iglesias. De haber coincidido en otro tiempo -"cuando era tan gilipollas como Pablo"- quizá hubiesen sido amigos.
Uno de los primeros poemarios de Jiménez Losantos se tituló El diván de Albarracín. Quizá por su afición al diagnóstico psicológico. De Sánchez -"trastorno de narcisismo"- y de Iglesias -"omnipotencia infantil"- habla igual que lo hizo el psiquiatra Vallejo-Nágera de las grandes figuras de la Historia. Los "locos egregios".
Federico, felices "fiestas del afecto", que diría Pedro Sánchez.
¿El afecto? Será el "efecto". Porque Sánchez ni siente ni ha sentido afecto por nadie. Excepto por sí mismo. Imagino que estará celebrando la fiesta con el espejo.
Oiga, que era la primera pregunta y ya está embistiendo. ¿Le denuncian tanto como parece?
Qué va. Amenazan con denunciarme, pero a la hora de la verdad… Mira la pobre Irene Montero, que no solo perdió, sino que fue condenada a pagar las costas. Un poco más y la meten en la cárcel.
¿En la cárcel?
Yo había dicho que Irene Montero es analfabeta funcional, pero ella no sabe lo que significa. Se trata de alguien que sabe leer y escribir, pero que habitualmente no lo hace. Irene no usa la alfabetización. Me dijo que eso era machista. La jueza la puso verde. Entonces, no me denuncian más.
¿Y le denuncian tanto como merece? Le encanta jugar al límite.
Sí, sí, pero yo sé muy bien cuál es el límite. Hace años no lo sabía, pero lo he aprendido.
¿De dónde le viene ese ansia por poner motes? Un tío mío dice que suele tratarse de sacerdotes frustrados, por aquello de bautizar.
Hombre, no tanto. Lo que pasa es que si no lo hago me aburro. Tengo un guion, pero nunca lo sigo. Cuando hablas mucho de una persona, para no repetirte, la tienes que convertir en un personaje. Es como si fuera el bululú -comediante que representa todas las voces de una misma obra-.
¿Jiménez Losantos es así o sobreactúa cuando está en la radio? Dicho de otra manera: usted, en las cenas navideñas, ¿está todo el rato ciscándose en Podemos?
Soy teatral. He hecho teatro desde los quince años. ¡Son seis horas de directo todos los días! Aprendí en la escuela de Antonio Herrero y José María García. Sí, García era el más teatral. Antonio cogió ese teatro de personajes y lo llevó a la política.
Usted bebió de aquello.
Claro. Lo adapté a mi manera de ser, a otro tipo de cultura, a la filología. Obedece a eso: aparte de contar lo que pasa, tienes que entretener a la audiencia y entretenerte tú. Cuando uno se aburre, el oyente lo nota.
Entonces, no alerta continuamente a sus amigos sobre la llegada del apocalipsis.
No. Además, seguro que mis amigos ya están en Portugal. En casa no se habla de política.
Cuando Iglesias habla del PCE, en realidad habla del FRAP, que no aceptó la democracia y prefirió el terrorismo
Jesús Quintero dijo que Federico Jiménez Losantos era la prueba de que seguían existiendo las dos Españas. ¿Es así hoy?
Él creía que yo soy las dos Españas. Entre otras cosas porque fui el primero que hizo una antología de Azaña. Era 1982. A finales de los setenta, cuando saqué la revista Diwan, publiqué un ensayo sobre él. Entonces, nadie sabía nada de Azaña. Pedro Jota me envió a cubrir la reaparición de sus papeles. Asistí como redactor de Diario 16. Ahí está el reportaje, con sus fotos, la chupa de cuero… Estuve en la identificación de todo aquello. Son de esos momentos que no se olvidan.
Lo de las dos Españas.
A lo que iba: esa primera antología de la que te hablaba está dedicada a las dos Españas. Hemos vivido una época de reconciliación, ahora hay gentuza que prefiere elegir una. Las dos son nuestras. En mi último libro reivindico a Besteiro, que es el PSOE decente. Porque el comunismo es el comunismo, pero dentro del socialismo…
El comunismo también trajo la democracia: aceptó la bandera bicolor, la monarquía y colaboró en la llegada de la Constitución.
El comunismo no trajo la democracia. La historia real es la siguiente: a Carrillo lo iban a jubilar. Le tocaba a Tamames, el partido necesitaba un líder joven que no recordara a la Guerra Civil. El PSOE no existía. Sólo había Movimiento y Partido Comunista, donde estábamos bien organizados y ordenados. Juan Carlos pactó con Carrillo a través de Rumanía y un enviado especial. Fue una cosa de pillo a pillo. Juan Carlos trajo la democracia con Suárez. La trajeron los franquistas, que eran los únicos que la podían traer. Pero quien la legitimó fue el Partido Comunista.
¿Conclusión?
Carrillo no sabía cómo era España ni cómo funcionaba el partido. Llevaba mucho tiempo fuera. Lo esencial fue cuando se votó la amnistía: "Las dos Españas nos hemos amnistiado, nunca más la Guerra Civil". La Constitución la hizo la derecha: de siete padres, cuatro de derechas. Tres de UCD y otro, Fraga. Pero el pacto de verdad fue entre el Movimiento y el Partido Comunista en 1977.
Eso le decía, que el Partido Comunista también jugó un papel importante.
Pero el Partido Comunista de la reconciliación nacional. Es que cuando Iglesias habla del PCE está, en realidad, hablando del FRAP, que no aceptó la democracia y prefirió el terrorismo. Políticamente, Pablo Iglesias es del FRAP. ¿Qué es Podemos? La negación de la reconciliación nacional. Cuando se produjo algo imposible como el suicidio de la dictadura, los únicos comunistas que no aceptaron la democracia fueron la ETA y el FRAP, que son quienes mandan hoy en el Gobierno.
Acabo de terminar su libro. Estaba en el Metro y tuve la sensación de que, al salir, sería detenido y encerrado en una checa por no ser comunista.
Bueno, es que teatralizáis mucho. Perteneces a una generación que teatraliza para no tomarse las cosas en serio.
¡El que teatraliza es usted!
No, no, no, no. Yo cuento lo que pasa. El libro está basado en hechos, pero hay gente a la que le molestan. Tenemos un gobierno social-comunista.
Pero, ¿realmente cree que vivimos en un "régimen social-comunista"?
Hombre, vamos a ver. ¡Es que es un régimen social-comunista! ¿Cuántas televisiones hay de oposición? Ninguna. Además, como los nacionalistas son sus socios, tampoco existen televisiones autonómicas que no sean del régimen. Ellos mismos lo dicen: "Estamos en una crisis constituyente". La ETA y ERC son sus socios, es público y notorio. ¿Qué necesitáis algunos para entenderlo? Y si estamos en un cambio de régimen, ¿adónde crees que vamos? ¿A Francia o a Venezuela?
Federico, en los grandes regímenes comunistas se encarcela al disidente.
Da tiempo, da tiempo. Estamos empezando y todavía se puede impedir. Se nos mandará al exilio y nos quitarán el trabajo.
Vamos a la balcanización. La derecha es tonta y se ha dejado traer hasta aquí. Por eso Iglesias piensa que le saldrá bien
Si gobernara Podemos, ¿cómo imagina el país?
Podemos ya gobierna.
Me refiero a un gobierno liderado por Podemos.
La política de este gobierno la marca Podemos con los separatistas. Pablo Iglesias es un líder con una idea. Sánchez es sólo líder de sí mismo, no tiene un plan.
A eso iba: ¿cuál cree que es el punto de llegada de Pablo Iglesias?
Romper España. Él siempre dice: "En circunstancias normales, nadie vota comunista". Tiene que provocar la excepcionalidad para llegar al poder. ¿Cuál es su circunstancia "excepcional"? Una crisis nacional, con la ETA por un lado y el golpismo catalán por el otro.
¿Y después?
Al terminar esta legislatura, habrá dos plebiscitos de separación. En Madrid se dirá que son consultivos, pero Barcelona y Bilbao los definirán como ejecutivos. A partir de ahí, llegará la República. Iglesias venderá esa República como un remedio a la separación total, aunque en realidad será la manera de consagrar la ruptura. Entraremos en un periodo revolucionario y violento.
¿"Periodo revolucionario"?
En ese momento, habrá una parte de España que no querrá ir a la República ni a un régimen socialista. Afrontaremos una situación violenta. Habrá gente de la Comunidad Valenciana que aceptará ser de los Países Catalanes; pero otros, no. Vamos a la balcanización. La derecha es tonta y se ha dejado traer hasta aquí. Por eso Iglesias piensa que le va a salir bien. Está vaciando de contenido el régimen constitucional. Ha hecho más en diez meses que Hugo Chávez en diez años.
¿Qué pasaría con Federico Jiménez Losantos y su programa?
Supongo que seremos el último en cerrar. Quedamos tan pocos… Haré lo que tenga que hacer hasta el final. He sobrevivido a todo. Supongo que Iglesias querrá que cenemos.
¿Cenar?
Sí, claro. Monedero me invitó a su programa, pero dije que no trato con sicarios del régimen genocida de Venezuela. No, no iría a cenar con Iglesias. Él quiere aparentar que es bueno y discutir de leninismo conmigo.
¿Por qué no discute de leninismo con Iglesias?
Porque no sabe.
Un navarro está obligado a decirle: "No hay huevos".
Ya nos encontramos en televisión. Fue el día de su debut. Le dije: "Me recuerdas a mí cuando era gilipollas". Iglesias no sabe nada. Me he leído todo lo que ha escrito porque quería hacer un capítulo de crítica a sus ideas, pero no tiene ninguna idea original. Eso sí, tiene algo brillante: es un líder que cree en sí mismo. Es un buen polemista.
Todo lo tiene que hacer como siempre lo han hecho los comunistas: buscando lo excepcional, lo raro, la guerra y la división. Ha encontrado una pareja perfecta en plan Evita: Irene. A diferencia de antes, cuando él era el chico de Tania. Podemos es esa pareja. Ya no hay partido.
Lo importante no es que Pablo Iglesias se acueste con catorce, sino que tenga cinco ministerios
El abogado de Planeta ha tenido que peinar nueve veces las páginas que ha escrito para evitar líos judiciales. ¿Qué ha tenido que borrar?
Lo peinó nueve veces por si acaso. Han hecho una tirada gigantesca y no querían que hubiese secuestro.
¿Existía ese riesgo?
Vamos a ver: ¡Irene Montero, que es Pablo Iglesias, me puso una querella en los tribunales!
¿Qué partes tuvo que quitar del borrador original?
Es una cuestión de adjetivos. Algunos son motivo de querella y otros no. ¿Por qué? Por la hipocresía legaloide. Ni los he mirado. Lo fundamental es el libro. Una vez lo escribo no lo vuelvo a leer.
El libro es, en cierto modo, una enjundiosa crónica del corazón. Desfilan los abuelos, los padres, las novias y los hijos de Pablo Iglesias. Sobre todo, los abuelos. Ha practicado usted, con minuciosidad, la Memoria Histórica de Zapatero pero a la inversa, ¿no?
Esa afrenta te la acepto porque eres navarro y lleváis fama de brutos. Si no, te echaba del despacho. No, no, no, no. Iglesias ha querido fundar una dinastía totalitaria como los Kim y los Castro. Para eso, se ha inventado un abuelo falso. Ayer recibí una carta de García López, el notario que siguió el rastro de Manuel Iglesias Ramírez. Hasta no leer su libro Los abuelos de la democracia, yo tampoco sabía que el abuelo era un monstruo de película tragicómica.
Leyéndole, no me ha quedado claro si era un falangista que se hacía pasar por socialista o al revés. Recoge testimonios de la época suficientes como para afirmar una cosa y la contraria. ¿Cuál es su conclusión?
Creo que era básicamente un oportunista con el don de caer bien. ¿Te acuerdas de Zelig, la película de Woody Allen? Es gente que se confunde con el entorno. Después de estar con Margarita Nelken, de presidir un tribunal militar que era el fusilamiento inmediato, de enviar un soldado a morir al frente… ¡Por cierto!
¿Qué ocurre?
Aquel soldado sobrevivió a la guerra. Me lo contó el otro día Andrés Amorós. Se dedicó al mundo de los toros. Un día, se acercó a Andrés y le dijo: "Ya me hubiera gustado a mí encontrarme a aquel hijo puta". Sobrevivió milagrosamente. A lo que iba: los amigos falangistas que hizo el abuelo de Iglesias en la universidad lo salvaron en contra de lo que decían los falangistas de su pueblo, que lo conocían mejor.
Entonces, se convirtió en propagandista del ministerio de Falange por excelencia, el de Trabajo, de Girón de Velasco. Escribió catorce libros de propaganda. Luego se hizo censor moral y publicó unas cosas de educación sexual tan disparatadas... ¡Las cosas que llegó a escribir ese hombre! Era un obseso del sexo, pero en plan inquisidor. Era un oportunista, capaz de adaptarse a cualquier situación. Casó a sus hijos con la aristocracia del franquismo.
¿Y cómo explica que se afiliara en esa época -y en la clandestinidad- al PSOE?
Yo creo que diría en el ministerio que entraba como agente doble. Si se afilió al PSOE, fue porque le dejaron. No puede haber otra explicación. Era un tío capaz de jugar a tres y cuatro barajas.
¿Teme que en Podemos se pongan ahora a investigar a sus abuelos?
No. Yo es que no voy presumiendo de mis antepasados. No soy presidente del Gobierno ni quiero ser dictador de España. Estoy seguro de que Pablo se va a enterar de muchas cosas de su familia a través de mí. Lo de su abuelo, buena parte de la historia de su padre… Lo que él cuenta son fabulaciones de la infancia. Todo el mundo tiene una historia edulcorada que contar a sus nietos, pero es que esto es… Gracias a mí, podrá saber algo de su familia.
¿Le va a enviar a Iglesias el libro dedicado?
No, no. Que lo pague, que gana más dinero que yo.
Sobre las novias: ¿se está guardando una exclusiva? Lo digo porque, en un momento dado, habla de Irene Montero como la "última pareja" de Iglesias y luego añade algo así como: "Aunque prefiero no arriesgar".
Pablo es un faldero loco. Ha habido, ha habido. Pero no quiero arriesgar. Hay gente que lo sabe. Irene ya es la última. Fue un ligue, pero ahora es un negocio. Es una pareja de poder. Con las otras estaba en el periodo del ligoteo, el periodo Dina. Decía Errejón: "Hemos abandonado al Polisario porque éste está encaprichado con la morita". Ahora Dina trabaja para Irene. Sé cosas, pero no tienen importancia. Lo importante no es que Pablo Iglesias se acueste con catorce, sino que tenga cinco ministerios.
Los estúpidos del PP le regalaron la tele a Pablo Iglesias para jorobar al PSOE. Los medios le convirtieron en un líder
Compara a Pablo Iglesias con Lenin incluso en términos sexuales. ¿Podría explicar su razonamiento?
En términos sexuales, no. Lenin era asexual. Hablo de la idea de la familia. Los hombres maduran normalmente sobre la base del principio de realidad. Hacen lo que les da la gana hasta que chocan con la realidad. Cuando estudié la vida de Lenin, pensé: "Anda, pero si es Pablo".
¿Cuáles son los parecidos?
En la adolescencia se quedó sin padre y estuvo rodeado del amor incondicional de la madre y de las tías. Pablo reconoció que estaba encantado. Eso creó una omnipotencia que le facilitó el liderazgo. Eso te lanza a la aventura, pero te lleva a creer que sólo existe tu placer, y no la ley. Iglesias se cargó a todos los de Podemos, salvo a Echenique y Monedero, sus monigotes. Es el niño mimado, el "niño dios" del que hablaba Juan Ramón Jiménez. Tiene un peligro tremendo. Porque no frena, su ansia es irrefrenable.
Le dedica un montón de tiempo a Pablo Iglesias. ¿Por qué le atrae tanto?
Porque el comunismo en España es Pablo Iglesias. No hay ninguna ideología, sino un líder capaz de aprovechar una circunstancia: los estúpidos del PP le regalaron la televisión para jorobar al PSOE. Gracias a los medios se convirtió en líder de un movimiento. Quiso que fuera un movimiento leninista, pero no le entendieron. ¡No ha quedado nadie!
Echenique.
Echeminga, pero porque estaba con Teresita [Rodríguez] e Iglesias se ha dado el placer de cogerlo de alquiler. Hay algo fantástico. ¿Te acuerdas de la película que hizo Roures sobre Podemos?
Sí, la recuerdo.
Aparecían Teresita, con esa voz de pito horrible; y Echenique, al que la gente respeta por sus deficiencias. Decía: "No podemos aceptar el cesarismo, el culto a la personalidad ni que tengamos un solo líder". Iglesias es el único líder de verdad que había en Podemos. Lo supe cuando le dije que era gilipollas porque yo fui gilipollas también. Pero vi en él un sentido del liderazgo. Un peligro.
Vio "la revolución".
No había nadie con carisma en la izquierda española desde Anguita, con la diferencia de que Pablo viene de Venezuela. La gente cree que los de Podemos son profesorcillos del tres al cuarto. No, no. Son profesionales de la revolución. Llevan veinte años en Latinoamérica cambiando constituciones y creando estados totalitarios. Es gente muy peligrosa.
Antes ha contado que le dijo a Pablo Iglesias: "Eres igual que yo cuando era gilipollas". ¿Habrían sido amigos?
No lo sé, sinceramente. A mí, por fortuna, el comunismo me duró poco, unos tres años. Él ya tiene cuarenta. Yo me leí todo Lenin y todo Marx, cosa que no ha hecho Pablo. Pero puede que sí, que hubiésemos sido amigos. Le gusta el cine, aunque sabe poco porque ha visto muy pocas películas.
¡Pero si está todo el día viendo series!
Pero series muy malas. No entiende nada. Pablo es muy crío. Es un adolescente perpetuo. En el trato personal nos llevaríamos bien, pero también creo que me mandaría fusilar tranquilamente.
¿Lo dice en serio?
No, porque creo que no tendrá ocasión de hacerlo, España no está en esas. Aunque los comunistas no han hecho otra cosa en su vida e Iglesias es un comunista. Alguien que ayuda a crear el régimen venezolano es un criminal. Que en España pueda realizarlo o no dependerá de los españoles.
Pero usted cree que, si pudiera, Iglesias le fusilaría.
Bueno, no lo sé. Me mandaría callar y al exilio. Ya lo ha intentado con sus querellas.
Dice que Podemos entró en el Gobierno justo cuando habría que ilegalizarlo. Si de usted dependiera, ¿ilegalizaría Podemos?
Por supuesto. Los partidos totalitarios deben ser ilegalizados. En España hay que ilegalizar al partido de la ETA, al de Venezuela y a los del golpe de Estado en Cataluña. Si no, nos ilegalizarán ellos a nosotros.
Sánchez es un idiota que cree, como tantos otros socialistas, que dominará a los comunistas, pero no será así
De su libro se deduce que Pedro Sánchez no manda nada, que es un títere en manos de Iglesias. ¿No subestima a un hombre que ha demostrado su inmenso afán de poder?
Pedro Sánchez es lo mismo que Largo Caballero en el 36.
¡Largo en el 36 mandó una barbaridad!
Sí. Duró ocho meses. Pedro Sánchez, como herramienta para que Otegi, Iglesias y Junqueras cumplan sus objetivos, es perfecto.
Vuelve a dibujarlo como un títere. Le resta responsabilidad en la gestión.
No es un títere. Es un idiota que cree, como tantos otros socialistas, que dominará a los comunistas, pero no será así. Porque el plan de los comunistas es dominar la sociedad. Sánchez, en algún momento, caerá fatalmente, porque no es un exterminador, sino un disfrutón del poder, un narciso.
El otro día dijo que las próximas elecciones no serán libres. ¿Podría argumentarlo?
En las próximas elecciones, debido al bloque de poder que gobierna, se dirimirá la separación de País Vasco y Cataluña. Si alguien cree que Otegi, después de estar años en la cárcel, va a dejar que Almería y Huelva decidan libremente el futuro de Guipúzcoa es que está loco. Si alguien cree que el golpismo catalán va a dejar que Ciudad Real decida su futuro, está loco.
Además, las elecciones modernas son más fáciles de manipular que las antiguas. Si les sale mal la cosa, no lo aceptarán. Son proyectos totalitarios. El problema es que no tienen oposición.
Es muy pesimista con la alternativa. Reitera que ni Casado ni Abascal ni Arrimadas llegarán al Gobierno.
Iglesias tenía razón cuando le dijo a Casado que jamás estará en el Gobierno. La única posibilidad que tiene Casado es con Abascal, pero rompió con él en un movimiento suicida. Lo vi en Nicaragua antes de empezar la guerra civil. La gente cree que puede congeniar con un proyecto totalitario, pero no.
Eliges los enemigos, pero no los aliados. Casado cree que puede elegir los aliados. Le hago una pregunta a Casado: Pablo, si Abascal saca un escaño más que tú, ¿le apoyarás a él o a Sánchez?
¿Cuál cree que sería su respuesta?
A Sánchez.
Vox es el partido de las víctimas del terrorismo y yo soy una víctima; conozco a Abascal de toda la vida
Usted se ha convertido a Vox como el que ve un milagro en Lourdes. ¿Por qué? Ya ha anunciado que les votará. Hasta hace poco no se hablaban. Sus altos cargos dejaron de ir a esRadio.
¿Ve aquella escultura? Es un premio que me dio Abascal con DENAES, la fundación que lideraba antes de crear Vox. La primera vez que apareció Vox les voté porque estaba Ortega Lara. Vox es el partido de las víctimas del terrorismo y yo soy una víctima.
A Abascal lo conozco de toda la vida, le tengo mucho aprecio. Voto normalmente al PP, si es el de Aznar, Ayuso o Almeida; a Ciudadanos o UPyD. He votado a todo partido que defiende la idea de España y la libertad.
Entonces, ¿cuál fue la bronca?
Cuando les llegó la posibilidad de formar gobierno en Madrid, hicieron unas declaraciones diciendo que les daba igual estar en el Gobierno o en la oposición. ¿Cómo? ¿Que os da igual Carmena que Almeida? ¿Para qué coño os han votado?
Tienen un ramalazo antisistema. También quieren abolir el Estado de las Autonomías.
Yo también quiero cargármelo.
Por eso va a votar a Vox.
¿Qué es el Estado de las Autonomías? ¿Cataluña? No se cumple la ley. Son autonomías que se han convertido en Estados. Sólo están para trincar dinero. No se puede estudiar en español casi en la mitad de España.
Vox está en un proceso de maduración. Tienen que pasar de ser un partido antisistema testimonial en defensa de la nación a ser un partido de gobierno. Hay gente que ha aprendido la política: Macarena Olona, Iván Espinosa de los Monteros… Lo peor que ha pasado este año, junto con el virus, ha sido la ruptura de Casado con Abascal.
¿Y Arrimadas? ¡Si decía que era su "virgen de Murillo"!
Era mi virgen de Murillo por lo guapa, pero nunca tuvo la posibilidad de ser líder. Albert Rivera lo ocupaba todo. Cuando ha llegado el momento, ha votado la Ley de Eutanasia con los de la eutanasia en la nuca: la ETA. Un partido liberal jamás puede votar igual que la ETA. Quieren acostumbrarnos a que los golpistas y los terroristas son como los demás. Y no. Están fuera de la ley.
Usted sabe muy bien lo que es el nacionalismo. ¿Vox es un partido nacionalista? Es la tesis de Cayetana, a la que usted admira, y de Vargas Llosa.
No es una tesis, sino una manía. Ninguno de ellos conoce a Vox. Vox es un partido nacional, pero no nacionalista. El problema es que, cuando ves tu nación agredida, tiendes a cierta sobreactuación. Un partido nacionalista español sería revolucionario, querría acabar con la Constitución y con el separatismo a torta limpia. Vox es un partido liberal-conservador en aspectos económicos. En aspectos morales, como es un proyecto de aluvión, está sin definir.
En aspectos morales, como por ejemplo en lo relacionado con el colectivo LGTBI, es un partido muy conservador.
¿Desde cuándo el colectivo LGTBI es una referencia feminista?
No he mencionado el feminismo.
Ya, ya, pero es que esto es importante. Lo cuento en el libro: la idea de que lo trans sea el referente feminista es la mayor aberración que ha habido nunca. Se han cargado el feminismo histórico liberal y el comunista de Lidia Falcón. Ir contra la ley de la violencia de género es ser liberal y defender la Constitución. Lo único rabiosamente antidemocrático son dos leyes: la de Memoria Histórica y la de violencia de género. Esto va a ser un desastre total.
Hemos hablado del colectivo LGTBI. En una entrevista con EL ESPAÑOL, dijo que había recibido proposiciones sexuales de "gays importantes". Usted siempre dedica mucho espacio en su programa a la crónica rosa, déjeme que yo haga lo propio en la entrevista. ¿Puede hablar de esas proposiciones?
Es que yo de joven era un efebo muy mono. Claro que no puedo revelarlas. Faltaría más. Unos viven y otros no. No lo voy a contar. ¿Cuál es el mérito? Tú también las habrás recibido. Lorena G. Maldonado, que me hizo aquella entrevista, tiene que recibir proposiciones todos los días. Y Pedro Jota ni te cuento.
El trabajo de Juan Carlos en la Transición fue extraordinario; por eso este final es tan penoso y miserable
¿Qué le parece que Vox no deje pasar a sus ruedas de prensa a los medios que considera desafectos?
Vox no tiene por qué aguantar a los medios que se dedican a calumniarles sistemáticamente, como es el caso de EL ESPAÑOL. La campaña contra Abascal es repugnante.
Es curioso: porque, además de EL ESPAÑOL, son tantos los medios vetados por Vox…
A mí ahora me tiene vetado el PP. Nadie ha ayudado más que yo a Casado a estar donde está. Desde luego, Pedro Jota, no. EsRadio y Libertad Digital están vetados por el PP.
No es así. Tanto esRadio como Libertad Digital pueden entrar en la sede del PP.
Pues si no nos dejan entrar, peor para ellos. Un partido puede hacer eso de forma testimonial porque se siente agredido. Normalmente, esas cosas acaban en un pacto: "Yo no diré esto, nosotros haremos lo otro". Son apuestas. A mí me da igual que Casado venga o no venga. Peor para él. Si Vox se permite ese lujo para evitar que les manipulen, cosa que casi siempre sucede, allá ellos.
¿Le habría gustado que Juan Carlos I regresara a casa por Navidad?
No tenía por qué haberse ido de España, sino haberse marchado de Zarzuela el mismo día que abdicó. Felipe fue demasiado bueno, porque es persona, no como su padre. Juan Carlos está haciendo mucho daño a la Monarquía. Está rodeado de gente tan senil como él. Está en ese momento malo de la vida. Hizo un trabajo extraordinario en la Transición.
Ese currículum se lo está cargando él solo.
Pedí su abdicación en las páginas de El Mundo y me pusieron verde. Cuando Zapatero resucitó a la ETA para pactar con ella e hizo la ley de Memoria Histórica, Juan Carlos tuvo que oponerse. No podía firmar esa ley. Era deslegitimar la Transición. ¿Por qué firmó? Porque estaba bajo chantaje con sus escándalos de dinero y de tías.
Lo que hizo fue extraordinario, por eso este final es tan penoso y miserable. Que deje de tocar las narices a Felipe VI. Por cierto, lo de Campechano se lo puse yo.