Reyes Maroto: "El poder económico se alinea mucho con el PP para presionar al Gobierno"
"Pedimos al sector del turismo contención en los precios" / "El Gobierno, como cualquier matrimonio, tiene momentos dulces y otros de discusión, pero no está en la agenda la ruptura" / "Tenemos un problema con Argelia, pero no de suministro de gas, sino de operaciones financieras".
10 julio, 2022 02:46Reyes Maroto (Valladolid, 1973) está más que satisfecha con las perspectivas para el turismo este verano. También con la llegada de inversiones extranjeras, la tramitación de los fondos europeos y la solución de futuro para empresas como el Grupo Rio.
Trabaja para resolver la difícil situación de Abengoa, explica que la industria se prepara para las consecuencias de cortes de gas ruso en Europa y asegura que hay operaciones financieras con Argelia que están paradas.
Comparte la idea de Pedro Sánchez sobre la oposición de grandes empresarios al Gobierno de coalición. "El poder económico se alinea mucho con el PP y otros partidos de las derechas para presionar al Gobierno", dice. Y añade: "He encontrado en algunas asambleas de empresas reproches y un alineamiento también a las políticas que está poniendo encima de la mesa el PP".
¿Cuál es la situación del turismo en el inicio del verano?
Nuestras previsiones son claramente optimistas. Optimistas porque venimos mes tras mes recuperando una fortaleza del sector que hace a España uno de los destinos más buscados del mundo. Pero también porque el turismo nacional, como se vio en Semana Santa y también ahora con las reservas, está respondiendo a un verano en el cual todo el mundo quiere viajar. Creo que vamos a tener cifra récord.
Pero además hay un elemento ante la incertidumbre y es la buena evolución del mercado de trabajo. Yo creo que el hecho de la seguridad que tienen más de 20 millones de trabajadores y trabajadoras de estar trabajando hace que se puedan permitir el viajar, algo que, por ejemplo, no pasó en la crisis anterior, donde el refugio fue volver a los pueblos.
Hay dos aspectos negativos, uno es la falta de empleados para determinados puestos de hostelería en lugares de turismo.
El elemento de mano de obra es un problema estructural. Es algo que ya teníamos antes de la pandemia y que todavía no hemos sabido resolver, porque la recuperación ha sido tan intensa que al sector le ha pillado sin concretar la estructura de las plantillas que necesitaba.
Luego hay un elemento que creo que va a facilitar también recuperar empleo y la reputación que tiene el empleo en este sector, que es la reforma laboral, que claramente hace que los contratos sean de mayor calidad. Eso puede ser un incentivo para las personas que están buscando trabajo.
El segundo es la posibilidad de que se estén disparando los precios.
El elemento de precios nos preocupa. Desde el Gobierno lo que estamos trasladando es que el coste de la guerra se tiene que redistribuir. No puede ser que siempre paguen los mismos, que en definitiva son los consumidores, y por lo tanto, pedimos cierta contención.
Sabemos de la crisis tan importante que ha sufrido el sector. Son empresas que todavía se están recuperando y que, por lo tanto, entendemos perfectamente que vean una ventana de oportunidad al incrementar los precios. Pero la moderación es buena, porque permite que más personas viajen y nos elijan por tener unos precios competitivos.
El otro día el presidente hablaba de una crisis a las puertas de Europa. Pensando en el otoño y las perspectivas económicas, surgen los que podríamos llamar catastrofistas y los excesivamente optimistas. ¿Cuál es la perspectiva según el Gobierno?
Yo soy realista. Creo que es el punto intermedio entre el catastrofismo y el ser demasiado optimista. Estamos en un contexto de incertidumbre a nivel global y, por lo tanto, no todos los factores los controlamos. Podemos responder ante esas incertidumbres, pero hay cosas que están pasando, como la subida de los precios energéticos a nivel global y de las materias primas, que se han intensificado a causa de la guerra.
Lo que sí que podemos hacer desde el Gobierno es dar respuestas que protejan a la competitividad de nuestra industria, que ayuden a los más vulnerables a poder tener calidad de vida. Y esto, en la pandemia lo hicimos y lo estamos haciendo ya con dos planes de choque que van a movilizar 15.000 millones de euros.
Tenemos determinación y las herramientas para poder minimizar los impactos. En los precios energéticos, con el mecanismo ibérico, hoy por ejemplo, el precio en el mercado mayorista en España es de 143 euros y en Francia de 388. Por lo tanto, estas respuestas están funcionando.
"El haber tantas personas trabajando hace que se puedan permitir el viajar, algo que no pasó en la crisis anterior"
Inflación, precios del combustible y de la luz… En lo que respecta a la industria, ¿va a haber restricciones, habrá recomendaciones de ahorro energético?
Las recomendaciones de ahorro llevamos haciéndolas desde hace cuatro años, porque para nosotros es fundamental la eficiencia energética, tanto en los hogares como en las industrias. Estamos invirtiendo en esa eficiencia energética y mejorando la regulación para que, por ejemplo, el autoconsumo sea hoy una opción para muchas familias y comunidades de propietarios. Nosotros quitamos el impuesto al sol, que era algo que iba totalmente en contra de un mercado energético descarbonizado.
España no va a tener un problema de suministro. Contamos con un mix energético que nos permite que más del 60% sean renovables y, además, con una buena red de gasificadoras.
Puede haber un problema de incremento de precios, que es el que estamos atajando y puede ocurrir que haya otros mercados europeos donde sí que se produzcan estos problemas. Dicho lo cual, estamos trabajando todos los países europeos en planes de contingencia.
Hay que seguir invirtiendo en eficiencia energética. Lo estamos haciendo con mayor intensidad ahora con los fondos europeos. Y estamos impulsando también las renovables, para tener un menor peso de los combustibles fósiles. Y pensamos en planes de contingencia, porque si no tienes el escenario pintado, luego es muy difícil poner en marcha la maquinaria para hacerlo.
Esos planes de contingencia, ¿qué es lo que prevén?
El peor de los escenarios es el corte definitivo del gas por parte de Rusia, y claramente nos tenemos que poner en él. Es un elemento de incertidumbre que tenemos que contemplar y lo estamos contemplando todos los países europeos.
¿Cómo afectaría a España?
Afectaría con un incremento de precios de la energía. Se están reduciendo ya las importaciones de gas ruso porque el sexto paquete de sanciones aprobó esa reducción para no financiar la guerra de Putin.
Estamos mejor que otros países porque tenemos alternativas para sustituir ese consumo. Nosotros apenas importamos gas ruso, pero sí lo hacen otros países europeos y, por lo tanto, en esos planes de contingencia tenemos que abordar lo nacional, pero también ser solidarios con países que van a necesitar probablemente la ayuda de España.
En esa situación España no atraviesa el mejor momento de sus relaciones con Argelia.
La certeza que tenemos de Argelia es que no va a haber un problema de suministro de gas. Sí tenemos un problema con importaciones de algunos productos, bienes de empresas españolas, que estamos ahora mismo en la búsqueda de soluciones.
Para nosotros son socios estratégicos, como puede ser Marruecos, y necesitamos también dar solución a un problema que tenía un impacto no solo desde el punto de vista diplomático, sino también desde el punto de vista comercial y social, como estamos viendo, por ejemplo, en la frontera de Ceuta y Melilla, que se ha recuperado una normalidad que era necesaria.
Pero hay operaciones de empresas españolas bloqueadas con Argelia, ¿no?
Tenemos un problema con Argelia que básicamente tiene que ver con las operaciones financieras. No hay un bloqueo oficial, y eso sí lo puedo decir, nadie del Gobierno argelino se ha puesto en contacto con nosotros para formalizar un bloqueo.
Lo que hay es un problema en las domiciliaciones bancarias que de forma directa impactan en nuestro comercio. Es en eso en lo que estamos trabajando. Hay vías que estamos usando con terceros países para poder seguir operando con Argelia, pero yo espero que en las negociaciones que estamos manteniendo tanto a nivel de Exteriores como con mi homólogo de Comercio podamos encontrar una solución.
¿Los fondos europeos están llegando al ritmo previsto y con el efecto previsto?
Lo importante es que están llegando. Yo creo que llevamos mucho tiempo hablando de los fondos europeos. Tuvimos que hacer primero un diseño de plan de recuperación. Eso nos llevó a tener un diálogo abierto con la sociedad civil, con los operadores económicos, con las comunidades autónomas y ayuntamientos para configurar el plan. Es un plan que llevamos ejecutando un año. En el caso de este ministerio, nosotros tenemos fondos asignados para el trienio 2021-2023 de 7.109.000.000 de euros, y hemos autorizado en torno a 4.600 millones.
En lo que a mí me compete, que es la política industrial, comercial y turística, sí puedo decir que estamos ejecutando esos fondos, que esos fondos están llegando y que la transformación no va a ser inmediata. Necesitamos tiempo.
¿Cuánto?
Probablemente necesitamos al menos una legislatura más para consolidar todas las transformaciones en las que estamos invirtiendo y todas las reformas que estamos haciendo en el ámbito de la política industrial.
Tenemos una nueva Ley de Industria, una nueva Ley de Ciencia, la nueva ley de Formación Profesional que para el sector productivo es fundamental... son transformaciones que requieren de tiempo, que requieren de al menos una legislatura más de impulso de un Gobierno progresista.
"La guerra en Ucrania es un elemento de necesaria respuesta. Invertir en la industria de defensa es invertir en seguridad en España y en Europa"
En el equilibrio o desequilibrio entre inversiones extranjeras o deslocalizaciones de empresas e industrias, ¿en qué situación estamos?
Estamos en un momento creo que dulce. El grupo Volkswagen ha elegido España para desarrollar su proyecto para el desarrollo de la plataforma de coches eléctricos. Una industria que hemos impulsado desde el ministerio movilizando 4.300 millones de euros en el PERTE del vehículo eléctrico conectado.
Siempre intentamos, cuando hay un anuncio de deslocalización, defender las capacidades industriales de nuestro país. Hoy mismo hemos tenido una reunión de trabajo con responsables del grupo Arcelor y los principales sindicatos, donde nos hemos comprometido a un plan industrial. Para nosotros, Arcelor es uno de los grandes grupos industriales siderúrgicos del país y el compromiso que tenemos de la empresa es que ha elegido España para desarrollar su gran proyecto de descarbonización y hacer acero verde. Y esto se gana generando confianza para que las empresas continúen en España.
Otro ejemplo es Alcoa, donde claramente cambiamos el paso de la empresa. Alcoa en Lugo quería cerrar en San Ciprián. Ha sido muy largo, muy duro el proceso, incluso tuvimos que ir a juicio para conseguir que la empresa repitiera su proceso de deslocalización. Es una industria que para nosotros es fundamental, porque es de las pocas plantas de aluminio que tenemos en España y desde allí se va a producir aluminio verde, con lo cual no sólo reindustrializamos, sino que lo alineamos con la agenda medioambiental.
¿Qué se puede hacer para salvar a Abengoa? ¿Es posible una intervención pública? ¿Cuál sería la salida?
Bueno, hemos creado un grupo de trabajo también para buscar esas alternativas. Es una empresa con una gran complejidad. Hablamos de más de 300 empresas dentro de un conglomerado. Por lo tanto, hay que ser pragmático y realista. ¿Cuál es el objetivo? Acotar qué es lo que vale, qué tenemos que salvar. Y encontrar la financiación adecuada.
La financiación pública no es suficiente. Necesitamos un inversor. Estamos esta semana en una conversación con empresas y fondos de inversión para incorporar capital nuevo. Es una empresa que vale la pena luchar por ella. Como Siro, como Alcoa, como Arcelor como Nissan…
La situación es compleja. El hecho de que estemos las dos Administraciones da confianza a los trabajadores y las trabajadoras. Sí me encontré muy sola hace dos años, cuando la Junta no quiso entrar en la última reestructuración que yo ayudé a cerrar. Y yo espero que la Junta esté a la altura, porque es una empresa que si se cierra, los que más van a sufrir son las familias andaluzas.
En esta situación en la que se aprueban tantas ayudas para mitigar los efectos de la inflación, ¿cómo explicar que haya que duplicar el gasto militar?
La guerra en Ucrania es un elemento de necesaria respuesta. En la pandemia la respuesta fue la vacunación y una compra centralizada de vacunas, y nadie dudó que claramente necesitábamos reforzar esas capacidades. Europa cogió el pulso del problema y a través de las compras centralizadas las vacunas llegaron.
Hoy tenemos una guerra a las puertas de Europa, por lo tanto, la prioridad es primero parar la guerra. Lo estamos intentando hacer con las sanciones a Rusia y luego dotarnos de capacidades que nos permitan estar más seguros. Invertir en la industria de defensa es invertir en seguridad en España y en Europa.
"Con Podemos nos une más el trabajo por España que esas diferencias que tenemos, que siempre conseguimos solventar hablando"
El problema es que tanto esa subida del gasto militar como otros acuerdos de la OTAN, como lo de la base de Rota, hay que aprobarlos con otros partidos porque sus socios están en contra.
Lo que ha sido criticable es que en la pandemia tuviéramos dificultades para sacar algunos reales decretos leyes que estaban salvando vidas. O que tuviéramos dificultades para aprobar una reforma laboral que hoy se ha visto cómo está mejorando la calidad del empleo de los jóvenes, de las mujeres... Y digo esto porque más allá de que Unidas Podemos esté dentro del Gobierno, como fuerza política puede estar más o menos de acuerdo con lo que se aprueba en el Gobierno.
La gran preocupación que yo tengo en el ministerio y también como ciudadana es dónde se ha situado el Partido Popular. Cuando hablamos de reforma laboral, cuando hablamos de la pandemia, cuando hablamos de los fondos europeos, el Partido Popular votó en contra de los fondos europeos, unos fondos europeos que está reclamando. Lo hizo Feijóo como presidente de la Xunta y ahora como líder que es de la oposición. Creo que hay una gran contradicción entre lo que dicen y lo que hacen.
Lo que pasa es que en lo que se refiere a lo del gasto militar, podría decirse también que lo primero que tiene que hacer el Gobierno es ponerse de acuerdo entre sí antes de pedir acuerdos a otros.
En lo que se aprueba en el Consejo de Ministros, estamos de acuerdo. Otra cosa es lo que se vota en las Cortes. Es muy importante que los acuerdos del Consejo de Ministros los adopta el Gobierno claramente con un líder que es nuestro presidente, y ahí no hay matices. Por lo tanto, los matices los tenemos luego en los partidos políticos y claramente Unidas Podemos está en el Gobierno y también tiene una fuerza en el Parlamento que puede estar de acuerdo o en contra o abstenerse en una posición de Gobierno.
Me quedo más con los encuentros que con los desencuentros. Hablamos ahora del desencuentro en cuanto a esa partida de gasto militar, pero por ejemplo, aprobamos una mejora muy importante de la estabilidad del personal sanitario, la ley universitaria o la ley de ciencia... En fin, que yo creo que hacemos mucho ruido y lo entiendo.
¿Cómo ve el Gobierno de coalición?
Bueno, es un Gobierno en el que vamos aprendiendo. Es el primer Gobierno de coalición y todos tenemos que ceder para llegar a acuerdos. Hay momentos dulces, como en cualquier matrimonio y otros momentos donde discrepamos y tenemos que buscar consenso en un equilibrio que hasta ahora hemos encontrado.
Con su metáfora del matrimonio, puede ser un matrimonio de conveniencia o puede haber divorcio.
Queda un año para la legislatura. Tenemos ahora muchos problemas encima de la mesa y la ciudadanía lo que necesita es saber que su gobierno, el que ganó en las elecciones, esa suma de dos partidos políticos, está centrado y pensando en resolver los problemas de la gente.
Por lo tanto estamos más centrados en eso, en resolver esos problemas que, como dices tú, en buscar en las diferencias una posible ruptura. Esto ahora mismo no está en la agenda. Nos une más el trabajo por España que esas diferencias que tenemos, que siempre conseguimos solventar hablando.
Usted está en contacto con grandes empresas, con responsables de empresas. ¿Percibe en ellos que están conspirando en contra del Gobierno, como sostiene el presidente Sánchez?
Que hay intereses claramente a los que no les gusta la política económica que estamos haciendo, o que somos menos ambiciosos en algunas políticas que nos están reclamando, yo creo que es así, siempre lo ha habido. Quizá ahora puedo decir que con mayor intensidad.
Sí puedo constatar, porque me muevo en ese entorno, que no nos lo están poniendo fácil desde el poder económico. Puedo citar ejemplos concretos, muchas asambleas. Acabo de venir de la asamblea de Sernauto (Asociación Española de Proveedores de Automoción), que ha sido realmente al contrario, de agradecimiento a toda la labor que estamos haciendo en el Gobierno, pero me he encontrado en algunas asambleas de empresas en las que hay reproches y un alineamiento con las políticas que quizá está poniendo encima de la mesa el Partido Popular.
¿Por ejemplo?
La llamada a la bajada de impuestos. Creo que es quizá el ejemplo más claro de cómo el poder económico se alinea mucho con el PP y otros partidos de las derechas para presionar al Gobierno.
En cualquier caso, creo que tenemos un buen diálogo con ellos. En este ministerio son nuestros interlocutores natos y la semana pasada se acaba de aprobar en el Foro de Alto Nivel de la Industria las bases del Pacto de Estado por la Industria. Eso significa que hay confianza y que claramente ellos buscan también en el Gobierno aliados.
Pero bueno, respondiendo a tu pregunta, creo que hay algunas voces muy críticas con el Gobierno y no siempre con los argumentos que justifican esta crítica. Yo admito muy bien las críticas, pero ante una crítica siempre quiero una alternativa y una justificación, y no siempre la encuentro.
¿Lo de las terminales mediáticas es verdad?
Bueno, es verdad claramente. Uno cuando abre el periódico todos los días…
Depende cuál abra.
Yo leo la prensa nacional e internacional y regional, porque este ministerio trabaja mucho en el territorio y hay claramente momentos, y este es uno de ellos, en los que sí estamos viendo, quizá no sólo un ataque al Gobierno, que sí, sino también, a determinadas políticas que pueden estar más o menos alineados con determinados intereses.
De las elecciones autonómicas que se han celebrado en el último año, más las encuestas, se está deduciendo que estamos en el fin de ciclo político. ¿Cree que eso es así? ¿Cuáles son las posibilidades de remontada del Partido Socialista?
Las elecciones autonómicas hay que verlas en clave también regional. De hecho, nada han tenido que ver las elecciones en Castilla y León con las elecciones de Andalucía. Yo sólo me alegro de que Vox no haya entrado en el Gobierno. Seguramente nosotros no hemos tenido buenos resultados, pero ahora mismo estoy sufriendo las consecuencias de un gobierno ingobernable que es el gobierno de la Junta de Castilla y León, de mi tierra. Como digo, una situación frustrante cuando tienes tres interlocutores para hablar de industria.
Nada tiene que ver las elecciones regionales con las autonómicas en otros territorios, las municipales y las nacionales, pero claramente hay una curva de aprendizaje. Cuando a uno le va mal en las elecciones hay que hacer un análisis. A veces depende del liderazgo, otras veces depende de que la izquierda es una izquierda que necesitamos movilizar y no siempre encontramos el discurso. Es el caso de Andalucía.
Me ha puesto fácil la última pregunta al hablar de su tierra. ¿Se ve como candidata en Castilla y León del Partido Socialista?
No te puedo responder a esta pregunta. Y te digo porque yo llegué a la política un poco convenciéndome a mí misma. Yo no vengo del mundo de la política. Me tuve que convencer de que podía aportar mi manera de trabajar en la empresa privada, en la universidad, para mejorar la vida de la gente. Por supuesto, en ningún momento pensé que iba a ser ministra y estoy aquí. Y bueno, el futuro lo iremos escribiendo.
Sí tengo vocación de servicio público y la tengo porque he sido profesora muchos años y me encanta enseñar, me encanta formar, he formado equipos de trabajo y tengo una experiencia personal que es la que también me hace levantarme todos los días, que ha sido lo que viví en las fábricas de Grupo Siro.
Yo salí de ahí diciendo "la política puede cambiar la vida de las personas". Y la política y la certidumbre que le dimos a más de 1.700 familias hizo que un drama que era el cierre de cinco fábricas hoy sea una oportunidad en la España vaciada. Por lo tanto, la vida de uno a veces no está escrita. La mía nunca ha estado escrita.
No, nunca pensé en ser política, pero lo vivo con la convicción de que la política tiene que ponerse al servicio de la gente y eso me frustra cuando no pasa. Y lamentablemente pasa muchas veces.