Albares: "Con Feijóo el PP se ha deslizado de manera peligrosa hacia posiciones antimarroquíes"
"Lo que Yolanda Díaz dijo de que Marruecos es una dictadura fue una opinión personal que está dentro del juego de los partidos" / "La visita a la Casa Blanca de Sánchez es un paso más del liderazgo español a nivel global" / "El presidente no se deja presionar ni influir para cesar o nombrar ministros".
23 abril, 2023 03:36Pedro Sánchez ha puesto la política exterior entre las prioridades de su Presidencia, sobre la idea de que gran parte de la solución a los problemas internos están en el exterior. Y con esta teoría, los asuntos de política internacional y quien los dirige se convierten en claves para entender la gestión de Sánchez.
"Para que a los españoles les vaya bien dentro, nosotros tenemos que hacer las cosas bien fuera", asegura José Manuel Albares (Madrid, 1972), diplomático de carrera y ministro de Asuntos Exteriores desde 2021.
Albares explica en ese marco los cuatro pilares de la gestión exterior del Gobierno de Sánchez: Marruecos, Unión Europea, Ucrania y las relaciones con Estados Unidos.
Respecto a Marruecos, el ministro defiende el giro que dio hace un año el Gobierno para estrechar las relaciones con Rabat, frente a los que les acusan de haber abandonado a los saharauis y haberse alejado de Argelia justo cuando más necesitamos su gas.
En su opinión, no hay más alternativa, y asegura que ya se ha conseguido reducir hasta en un 80% la llegada de migrantes ilegales desde África y que ha mejorado la situación de los empresarios que comercian en Marruecos. Para los próximos meses sitúa la apertura formal y permanente de las fronteras de Ceuta y Melilla. A Alberto Núñez Feijóo le acusa de llevar al PP a una posición "antimarroquí".
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En ese contexto de apuesta por estrechar las relaciones con Marruecos se entiende el enorme malestar que provocaron en Moncloa las palabras de Yolanda Díaz asegurando en La Sexta que el país norteafricano es "una dictadura". Albares responde a la vicepresidenta segunda pidiendo "responsabilidad".
El ministro argumenta la necesidad de mantener la colaboración con Ucrania y rebate también las palabras del diputado de Unidas Podemos y colaborador directo de Yolanda Díaz, Enrique Santiago, que el miércoles defendió en el Congreso el plan de paz chino y atribuyó responsabilidad a la OTAN en la guerra de Ucrania. Albares sitúa la visita a la Casa Blanca de Sánchez como "un paso más del liderazgo español a nivel global" y niega que la presidencia de turno de la UE, que España ocupará desde el 1 de julio, pueda ser utilizada como arma electoral.
¿Marruecos es una dictadura?
Mire, un ministro de Asuntos Exteriores no es un comentarista de Derecho Constitucional comparado. La diplomacia es mucho más un arte que una ciencia. No tiene leyes matemáticas. Pero hay algo que es casi una ley en diplomacia: uno debe de tener las mejores relaciones con aquellos vecinos con los que tiene una frontera terrestre.
Esta nueva etapa que hemos inaugurado con Marruecos sobre bases más sólidas basadas en principios de respeto mutuo, de beneficio mutuo, de no injerencia en asuntos internos, de no acciones unilaterales, está dando excelentes resultados para España, para Andalucía, para Canarias, para Ceuta y Melilla en materia de lucha contra las mafias que trafican con seres humanos, en materia de exportaciones y economía para esas 6.000 empresas que exportan de manera frecuente.
Esos principios son los que aplicamos en nuestras relaciones con todos nuestros vecinos y también con Marruecos, que están siempre basados en la responsabilidad.
¿Y qué le parece que la vicepresidenta segunda del Gobierno diga que Marruecos es una dictadura?
Fue una opinión a título personal que está dentro del juego de los partidos políticos. Pero lo importante es cuál es la posición del Gobierno de España. La posición del Gobierno de España en relación a Marruecos está claramente establecida en la declaración hispanomarroquí del 7 de abril, y en la declaración final conjunta de la reunión de alto nivel. Está basada en la cooperación y la colaboración, en el respeto mutuo y también, insisto, en la responsabilidad.
Esta misma semana, se ha debatido en el Congreso sobre Marruecos y hemos visto que el Partido Socialista, que el Gobierno, está solo en el asunto de Marruecos.
Yo estuve durante toda la sesión allí escuchando la intervención de los distintos grupos políticos. Pude oír críticas, pero también le digo que una crítica a una línea política no es una línea política alternativa, es simplemente crítica y por lo tanto estéril.
Si alguien cree que hay una línea política alternativa a una relación de vecindad basada en la amistad, en el respeto mutuo, en la ausencia de acciones unilaterales; si alguien cree que hay una línea política alternativa a la colaboración en la lucha contra las mafias que trafican con seres humanos y que ha supuesto un descenso de en torno al 70% en las costas andaluzas y Ceuta y Melilla y en torno al 80% en Canarias, mientras sube un 300% a través de Italia y en un 95% en Grecia; si alguien cree que esas 6.000 empresas españolas exportadoras regulares a Marruecos y esas 1.100 empresas que están instaladas en Marruecos y que están facturando doce mil millones de euros -porque exportamos más a Marruecos que a China- deben de dejar hacerlo; si alguien cree que la cooperación policial y judicial contra las redes yihadistas debe de parar, que lo diga claramente.
Si alguien quiere que se cierre la frontera con Ceuta y Melilla, que no sigamos avanzando en la apertura de una aduana en Ceuta y Melilla, lo tiene que decir claramente. O si no, callarse, porque esa es una política de Estado. ¿Cuál sería la alternativa a la política de tener una buena relación con todos nuestros vecinos, con Marruecos, con Francia, con Portugal?
Hablando en hipótesis, supongamos que el PP gana las próximas elecciones generales, ¿Cree que Feijóo cambiaría la política respecto a Marruecos?
Desde que Feijóo está al frente del Partido Popular se ha ido deslizando de una manera muy peligrosa hacia posiciones antimarroquíes. En el fondo, ese giro es la vuelta a los orígenes del Partido Popular, la vuelta a una política con Marruecos de choque, la vuelta a Perejil.
Le diré una cosa: todos los presidentes del gobierno de la Democracia, todos -puede mirar la hemeroteca- y todos los ministros de Asuntos Exteriores de la Democracia, han dicho que Marruecos debe ser la primera prioridad de nuestra política exterior. La función de un ministro de Asuntos Exteriores es tener las mejores relaciones con nuestro vecindario, especialmente con aquellos con los que tenemos una frontera terrestre.
Pero además de constatar ese giro antimarroquí del Partido Popular, desde que el señor Feijóo está al frente, insisto, lo que constato es que yo veo una crítica a esa línea política, pero no explicita el Partido Popular cuál sería la línea alternativa si no le gusta ésta. ¿Qué parte no le gusta de esta política con Marruecos? ¿La cooperación en materia migratoria? ¿El incremento histórico de nuestras exportaciones? ¿Que se reabra la frontera? ¿Que por primera vez en la historia estemos abriendo una aduana? ¿Cuál de todo ello? ¿O es todo ello?
Cuál es su conclusión.
Veo al Partido Popular en el fondo dividido porque hay la línea que marca el señor Feijóo, con posiciones anti marroquíes, pero también constato que el presidente de Ceuta, el señor Vivas, es favorable a esta línea política. Y veo el silencio del presidente de Andalucía, Moreno Bonilla, no le veo emitir críticas a esta buena relación con Marruecos y, por lo tanto, el Partido Popular está dividido.
Hay un hecho que yo he planteado durante mucho tiempo en relación a Marruecos, una cosa que sigue estando en la oscuridad y no entiendo por qué, y es que el señor Feijóo se encontró con el primer ministro de Marruecos y de hecho hubo una fotografía que entiendo que la entregó el propio Partido Popular a la prensa. ¿Qué le dijo el señor Feijóo?
Porque si queremos tener un consenso y la política exterior es una política de Estado, de consenso, mucho más con Marruecos, a mí, como ministro de Asuntos Exteriores -y también se lo digo francamente como español- me gustaría saber qué le dijo sobre Ceuta y Melilla. ¿Qué le dijo sobre la posición del Partido Popular al respecto del Sáhara? ¿Le criticó la línea política actual del Gobierno?
Las críticas a la posición del Gobierno se refieren a dos asuntos concretos: el abandono a los saharauis y la relación con Argelia en un momento complicado respecto a la energía.
Mire, en relación a la cuestión del Sáhara, yo soy el ministro de Asuntos Exteriores que se reunió el primero del mundo con Staffan de Mistura al poco de ser nombrado enviado personal del secretario general de las Naciones Unidas, precisamente para encontrar una solución a la cuestión del Sáhara.
Soy también el ministro de Asuntos Exteriores que más veces se ha reunido con él. Siempre le he trasladado lo mismo, que el Gobierno de España está a su lado, está detrás de él, junto a él. Que todos los medios que tiene España a su disposición, sean medios materiales y alguna vez se ha desplazado a la región en un avión de las Fuerzas Armadas, los medios diplomáticos, lo que él considere que puede ser útil para alcanzar una solución, está con él. Ahí es donde está España. Ahí es donde está la posición del Gobierno de España, dentro de las Naciones Unidas.
España no va a decidir nada. Tienen que ser las partes en el marco de las Naciones Unidas, como por cierto dicen todos los documentos que ha emitido el Gobierno de España al respecto. Tiene que ser en el marco de las Naciones Unidas y mutuamente aceptable. Y también quiero recordar a los críticos que el primer donante bilateral del mundo a la población saharaui en los campamentos es España, y que eso va a ser siempre así mientras estemos al frente del Gobierno.
¿Respecto a Argelia?
Con Argelia, lo que queremos es exactamente lo mismo que con todos nuestros vecinos y que con todos los países árabes. Yo me he reunido con el secretario general de la Liga Árabe y todos los embajadores árabes. Las relaciones basadas en la amistad, porque amistad es lo que tiene el pueblo español hacia el pueblo argelino y el pueblo argelino, y estoy seguro de que al pueblo español y basadas en los mismos principios que con nuestros vecinos.
Beneficio mutuo, no injerencia en asuntos internos, respeto mutuo. Y yo espero que lo antes posible sea esa amistad la que prevalezca entre nosotros, como con todos nuestros vecinos.
Vuelvo al debate del Parlamento de esta semana. Hubo dos insinuaciones o acusaciones que utilizaron los grupos, incluidos algunos socios del gobierno, que no fueron respondidas: una es que Marruecos chantajea al presidente del Gobierno porque tiene el contenido de su teléfono móvil. Y la otra, que la anterior ministra de Exteriores, González Laya, fue destituida por exigencia de Marruecos.
No, no voy a entrar en absolutas elucubraciones sin el más mínimo fundamento. Lo que sí le puedo decir es que el presidente del Gobierno, y creo que le conozco un poco, nombra y cesa a sus ministros según lo que sea mejor para las políticas que en cada momento necesite España.
Insisto, los que conocemos bien, y yo creo que algo conozco al presidente del Gobierno, sabemos que el presidente del Gobierno no se deja presionar ni influir, mucho menos por cualquier país para tomar ningún tipo de decisiones y mucho menos una decisión tan personal como el nombramiento del cese de los ministros, que sólo aplica una regla: lo que sea mejor para España.
"No podemos resignarnos a que, año a año, el Mediterráneo y el Atlántico se conviertan en una tumba para miles de personas que legítimamente quieren mejorar su vida"
¿Y respecto al supuesto espionaje del móvil del presidente?
Bueno, no creo que haya un Gobierno que haya sido más transparente al respecto que el Gobierno de España, y hoy está en manos de los jueces y son los jueces los que que queremos que lleguen hasta el final y establezcan las responsabilidades que haya.
Un tema concreto de la nueva relación con Marruecos: las aduanas de Ceuta y Melilla. ¿Cuándo se van a abrir formalmente?
Hay un calendario y está establecido en la propia declaración de la reunión de alto nivel, que no se hace público por motivos de seguridad. No queremos que de repente se agolpen cientos de personas para poder entrar, comprar, etcétera y, como comprenderá, que se abra una aduana por primera vez en la historia cuando no estaba previsto requiere tiempo.
Por acabar con el tema de Marruecos, ¿hay prevista alguna fecha para la reunión del presidente del Gobierno con el rey de Marruecos?
Ya sabe que eso fue una invitación del rey de Marruecos y luego después lo confirmaron oficialmente a través de un comunicado de la Casa Real. La invitación fue del rey de Marruecos y es él el que tiene que ofrecer la fecha. Por lo tanto, no es algo que corresponda a España.
¿Cómo explica la relación con la primera ministra italiana, Georgia Meloni, que tiene una posición ideológica en la extrema derecha y una posición determinada respecto a inmigración, con una visita del presidente del Gobierno tan afectuosa?
Con total normalidad. Estamos hablando de un país miembro de la Unión Europea. Estamos a muy pocas semanas de ser la presidencia del Consejo de la Unión Europea y quiero recordar que ese viaje se produjo en el marco de unos contactos que está teniendo el presidente del Gobierno, agrupándolos por grupos de países.
No olvidemos que aunque todo el mundo piensa que la presidencia de Consejo de la Unión Europea supone ponerse al mando del volante del tren, en realidad, uno es más bien el jefe de estación, decide por dónde van las agujas y puede controlar los horarios, pero la locomotora va por sí sola. Está el Consejo, la Comisión, el Parlamento y 26 Estados miembros más. Es en ese marco en el que se integra ese contacto.
En el caso de Italia, lo más conflictivo quizá es el asunto de la política de inmigración, en la que no sé si hay identificación entre el Gobierno de España y el italiano actual.
El Gobierno de España tiene su propia posición con respecto a lo que es la inmigración irregular y es muy clara. Nosotros queremos un equilibrio entre responsabilidad y solidaridad. Los Estados de primera entrada no podemos enfrentarnos solos al fenómeno de la inmigración irregular, porque la gente no viene a tal o cual país. La gente viene a Europa, y por lo tanto Europa tiene que ser la solución.
No podemos resignarnos a que, año a año, el Mediterráneo y el Atlántico, se conviertan en una tumba para miles y miles de personas que legítimamente quieren mejorar su vida. Y por eso hemos hecho una nueva Ley de Cooperación al Desarrollo que pone el Sahel y África en el centro. Hemos recuperado diez años de destrucción de la ayuda oficial al Desarrollo, situándola en más de cuatro mil millones, y tenemos un diálogo político con países como Marruecos, Mauritania, Senegal...
"Putin quiere prolongar la guerra, pero nosotros no vamos a abandonar a Ucrania"
Respecto a Ucrania, por la información que tienen ¿hacia dónde va la guerra? ¿Cuánto va a durar? ¿Hay alguna previsión?
Solamente Vladimir Putin lo sabe. La guerra solo la ha querido uno y sólo la mantiene uno, que es Rusia y es Vladímir Putin.
En realidad, el presidente Zelenski y el pueblo ucraniano lo que están haciendo es actuar en legítima defensa. Bien quisieran ellos que no hubiera guerra. Y por supuesto, el Gobierno de España y todos los gobiernos de la Unión Europea.
También hay que dejar claro que una guerra ilegal e injusta no puede terminar con una paz injusta y tiene que ser una paz justa. Y eso es dentro de la Carta de las Naciones Unidas. Eso supone integridad territorial, igualdad soberana de los Estados. Y mientras eso no ocurra, nosotros estaremos al lado de Ucrania tanto tiempo como haga falta.
Casi cada día Ucrania pide más ayuda bélica, están a punto de salir los tanques españoles hacia allí y ahora piden aviones. ¿España va a aportar más?
Mire, yo lo digo siempre, a mí no me gusta hablar del material militar porque es una guerra real, y yo creo que no ayudamos. Flaco favor hacemos a Ucrania anunciando públicamente qué material le damos, cuándo va a llegar, por qué rutas va a entrar.
Pero lo hemos dicho claramente. Putin quiere prolongar la guerra, pero nosotros no vamos a abandonar a Ucrania ni en ese terreno, ni en el de la ayuda humanitaria, ni en el de la solidaridad hacia los refugiados.
Cuando empezó la guerra había dentro del Gobierno una posición, minoritaria, que cuestionaba la ayuda militar a Ucrania porque eso iba a suponer prolongarla. ¿Le preocupa que en la medida en la que se cronifica la guerra haya una parte de la opinión pública que se sume a la idea de que es mejor acabar con esta guerra y no enviar más material?
Yo lo que constato día a día es que los ciudadanos españoles y en general los ciudadanos europeos comprenden que cuando se entrega material militar es material militar defensivo. Porque todo el material militar en manos del ejército ucraniano sirve para defender su integridad territorial y su soberanía, para defender a los civiles indefensos. Esos bombardeos de maternidades o de sectores que no tienen ningún interés militar, son barrios donde viven civiles.
Al mismo tiempo, hay un gran deseo de mantener los principios de la Carta de las Naciones Unidas, porque en el fondo, todo el mundo entiende que si Rusia ganara esta guerra ilegal de agresión, el mundo sería más inseguro, porque nadie estaría libre de que su vecino más poderoso decidiera que quiere conquistar una parte del territorio.
Esta semana, en el debate en el Congreso con el presidente del Gobierno, hubo un portavoz de Unidas Podemos, que forma parte del Gobierno, que dijo que había que tener en cuenta el plan de paz chino y culpaba también a la OTAN de la guerra de Ucrania. ¿Qué le parece dicho por alguien que está en el Gobierno?
Lo que llama "plan de paz chino" es un documento de posicionamiento. Y a mí me parece positivo que un país como China, la gran potencia miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que es un organismo que está llamado a mantener la paz y la seguridad mundiales, piense en términos de paz para Ucrania.
Cuando el presidente del Gobierno se encontró con el presidente Xi, le trasladó claramente ese mensaje de que merecía la pena mirar el plan del presidente Zelenski. Que queremos que China se involucre en resolver la paz y que utilice esa potencia que tiene en todos los sentidos, y muy especialmente con Rusia y con Vladímir Putin.
¿Y sobre lo de la OTAN?
La OTAN es una organización defensiva, no es una organización ofensiva. Esto es explícito. Esto está en la carta fundacional de la OTAN. Y esta idea de que la expansión de la OTAN ha sido el motivo de la guerra es completamente espuria. La candidatura de Ucrania, la entrada de Ucrania en la OTAN, no era algo que estuviera encima de la mesa.
Y mire qué paradoja: Si de verdad lo que le preocupaba a Rusia era la expansión de la OTAN, agrediendo a Ucrania a través de las fronteras de Ucrania, ha entrado en contacto con cinco países de la OTAN y desde esa agresión se ha producido la entrada de Finlandia en la OTAN -creando una enorme frontera, la más extensa en estos momentos de la organización, con Rusia- y la candidatura de Suecia. Por lo tanto, no es así.
"En muy pocas semanas, el presidente del Gobierno habrá estado viendo a Xi Jinping en Pekín y verá a Joe Biden en la Casa Blanca"
Hace un año, una de las opciones de Europa era llevar a Rusia a un colapso económico por la guerra que le hiciera desistir. Sin embargo, da la impresión de que eso no ha funcionado e incluso hay acusaciones de que con el dinero de que se paga por ir al ruso -y España ha aumentado las importaciones de gas ruso- se están pagando las armas de Rusia en Ucrania.
Las sanciones, y son ya diez paquetes de sanciones desde los primeros momentos, tenían y tienen un doble objetivo: por un lado, impedir que con dinero de la Unión Europea, con dinero de las transacciones comerciales que se hacían con Europa, se pudiera sostener el esfuerzo de guerra, limitarlo.
Lo que las sanciones están teniendo como resultado -las sanciones para dar resultados tiene que pasar un cierto tiempo- es que el esfuerzo de guerra que podría hacer Vladímir Putin es menor.
No todos los Estados tenemos la misma exposición, la misma historia, la misma relación comercial con Rusia. Por lo tanto, lo que intentamos también es que las sanciones no dañen a Estados miembros, por su historia, por su relación comercial, y el gas ha quedado fuera de esas sanciones.
España tiene, junto con Francia y Bélgica, la gran parte de la capacidad de plantas de regasificación del gas licuado y por lo tanto ha habido muchas empresas que han adquirido ese gas que no está sometido a sanciones y lo traen a las plantas de regasificación que hay, que son Bélgica, Francia y España. Pero por supuesto, no es un movimiento que haga el Gobierno de España en absoluto.
Hace poco, en una filtración de documentos secretos de Estados Unidos aparecía que había tropas OTAN sobre el terreno. ¿En Ucrania hay tropas españolas también en terreno?
Por supuesto que no. En esto quiero ser completamente tajante. Ni hay tropas españolas sobre el terreno en Ucrania, ni va a haber tropas españolas en Ucrania. Tampoco tropas de la OTAN.
Yo no tengo ninguna constancia de que esa información sea veraz. Por un motivo muy sencillo: Ni España, ni la Unión Europea ni ningún país de la Unión Europea ni de la OTAN es parte de este conflicto. Y sobre esto quiero ser muy claro y, si me permite la palabra, muy tajante, no conviene esparcir bulos ni inquietar a la población española.
El 12 de mayo, el presidente del Gobierno ha sido invitado a la Casa Blanca para ver al presidente de Estados Unidos. ¿Para qué va a servir esa visita y cuál es su objetivo?
Bueno, yo creo que esa visita enmarca perfectamente dónde está la política exterior de España y dónde está también el liderazgo internacional del presidente Sánchez, en uno de los momentos más complejos y más convulsos del mundo, desde la caída del Muro de Berlín, en el que es necesario tener un liderazgo internacional.
Digo muchas veces que para que a los españoles les vaya bien dentro, nosotros tenemos que hacer las cosas bien fuera, porque hay muchas decisiones en materia energética, en materia sanitaria, en materia económica, en materia medioambiental, que no podemos hacer sólo nosotros, como cualquier país del mundo. Y ahí es donde se enmarca esta visita.
En muy pocas semanas, el presidente del Gobierno habrá estado viendo a Xi Jinping en Pekín y verá a Joe Biden en la Casa Blanca, en Washington, y en el marco de un año España habrá hecho una muy exitosa cumbre de la OTAN y pasará a presidir el Consejo de la Unión Europea. Este viaje a Estados Unidos es un paso más de ese liderazgo español a nivel global, que es un liderazgo con los demás para resolver conjuntamente los desafíos globales que tenemos.
Poco después, como ha dicho, España asume la presidencia europea de turno. ¿Cuáles son las expectativas de ese semestre europeo para España, para el Gobierno español?
Bueno, hay que recordar que tener la presidencia es una gran responsabilidad y es un gran desafío porque da una influencia. Uno puede hacer avanzar la agenda, dar impulso político, pero no tenemos el control total, digamos, del movimiento dentro de la Unión Europea.
El Parlamento, el Consejo, la Comisión siguen, por supuesto, a los mandos de lo que es la Unión Europea.
Estamos a algo más de dos meses. Yo en breve viajaré a Estocolmo para ver en qué estadio va a dejar la presidencia sueca los distintos dosieres, las presidencias. Es como una carrera de relevos donde uno se va pasando el testigo. Entonces es todavía pronto para fijar prioridades exactas.
"Jamás me ha llamado el Partido Popular"
¿Cuáles serán las prioridades?
Las prioridades, como todas las presidencias, se darán unos 15 días antes, a mitad de junio, cuando se presentarán, y formalmente el presidente del Gobierno acudirá al Parlamento a presentarlas.
Es evidente que todo lo que toca a la guerra de Ucrania, tanto el hecho de que la paz vuelva, como hacer frente a las consecuencias económicas y sociales, va a estar muy presente en nuestra presidencia. Eso supone también repensar, porque eso que en la jerga diplomática llamamos el orden mundial, se está reestructurando, como se reestructuró después de la caída del Muro de Berlín.
Y tenemos que pensar en qué punto se encuentra Europa, qué queremos para Europa, hacia el futuro. Y eso supone reindustrialización, ser competitivos, saber que necesitamos una seguridad en aspectos como la salud, la sanidad, los alimentos y que no podemos depender exclusivamente de varios países, mucho menos, como hemos visto, con el gas ruso, de un solo país.
Al mismo tiempo, tenemos que responder a las personas, tenemos que responder a los jóvenes que quieren tener acceso a la vivienda y a la educación. Hay una enfermedad que recorre Europa muy claramente para nuestros mayores, que se llama soledad. Tenemos que dar respuesta a eso también. A las mujeres, porque la igualdad, que es una de las banderas del Gobierno español, tiene que ser también una de las banderas de la Unión Europea con fuerza. La Unión Europea necesita amigos, socios, aliados en el mundo y por eso vamos a hacer una gran cumbre Unión Europea, CELAC, América Latina, España y otra con la vecindad Sur.
Veámoslo desde un punto de vista político. Se dice para el Gobierno es una oportunidad de cara a las elecciones, la presidencia europea. ¿Hay capacidad de utilizarla para unas elecciones?
El Gobierno no quiere utilizar la presidencia europea para las elecciones. Este es un gobierno profundamente europeísta. No somos el primer gobierno que tiene una presidencia durante unas elecciones. El francés tuvo su pasada presidencia y las elecciones fueron en abril, en medio de esa presidencia que iba de enero a finales de junio.
Yo creo que a veces eso son críticas interesadas. Muy al contrario. No solamente el Gobierno lo quiere utilizar para las elecciones. El Gobierno, como fue la cumbre de la OTAN, quiere que sea un éxito de país y para eso estamos construyendo un proyecto de país.
Somos el primer Gobierno que ha decidido que haya consejos informales en todo el territorio español, en todas las comunidades autónomas. Por primera vez, la comunidad autónoma que más consejos informales tiene es Andalucía, gobernada por el Partido Popular, que tiene cuatro. Galicia tiene los mismos que Valencia, dos. Porque queremos que sea un proyecto de país.
El lunes pasado reuní a todos los eurodiputados españoles adscritos a grupos políticos. Me desplacé a Estrasburgo, al Parlamento Europeo. Todos acudieron menos el Partido Popular. Y creo que el PP se ha equivocado gravemente en esto, porque no todo vale para hacer oposición. No todo vale para hacer oposición electoralista, muchos menos la presidencia de la Unión Europea. Y mucho menos cuando el Gobierno lo que está haciendo es crear un proyecto de país.
Sigo este hilo último. El PP se queja de que no tiene información de la presidencia y pide que haya una reunión del presidente del Gobierno con el líder de la oposición para explicarle cómo va a ser. Pero no hay noticia de que se haya producido, como tampoco se produjo esa reunión para hablar, por ejemplo, del tema de Marruecos, que también se supone que es un asunto de Estado.
Mire, la calidad de la información que el Gobierno tiene con los distintos grupos políticos, también con el Partido Popular, se mide por el número de llamadas que hay que hacer para tenerla. Yo soy el ministro de Asuntos Exteriores y el ministro de la Unión Europea, por lo tanto, tengo esa información.
En este caso es una única llamada a mi teléfono móvil y le diré que siempre que se han producido llamadas en el marco de la política exterior de Asuntos Exteriores o de la política de Unión Europea como ministro de Unión Europea, siempre he sido yo el que ha llamado. Jamás me ha llamado el Partido Popular. Yo insisto, yo entiendo que hay momentos para hacer oposición y ser oposición, pero también hay momentos para hacer política de Estado y ser España.
El Partido Popular, desde que está el señor Feijóo al Frente, se está equivocando muy a menudo. Siempre escoge ser oposición, incluso cuando habría que ser España. Y empiezo a pensar si es por desconocimiento o si es por mala fe. Porque no puede ser una casualidad que cuando estamos reunidos con nuestros hermanos latinoamericanos, con una delegación encabezada por Su Majestad del Rey, se critique a los líderes latinoamericanos.
Mire, el espacio natural para informar a todos los grupos de la oposición y a todos los grupos políticos, también al Partido Popular, es el Congreso de los Diputados. Yo en septiembre del año 2022 acudí a la Comisión Mixta Congreso Senado. Ahí estaban los senadores y los diputados, también los del Partido Popular. Inauguré una ponencia de esa Comisión Mixta en la que estoy esperando los resultados.
Nos hemos reunido con todas las comunidades autónomas, también las del Partido Popular, solicitándole un informe sobre la Presidencia, explicándoles las ciudades en las que van a tener lugar reuniones. Intenté reunirme con todos los eurodiputados adscritos a grupos políticos españoles del Parlamento Europeo y todos acudieron, salvo el Partido Popular.
Yo, sinceramente, espero que el señor Feijóo recapacite y se sume a lo que es un proyecto país y a lo que es una política de Estado, que es la Presidencia de la Unión Europea.