Caen a plomo desde el cielo durante estas fechas tan lúgubremente señaladas, cual insultante pedrea –eso sí, de lo más repartida–, los consabidos e inapelables resúmenes de las noticias destacadas del año. No hay modo alguno de evitar tal mortificación anual, pues resulta, al parecer, algo forzoso, repetitivo, extrapolable, soporíferamente esclarecedor y que hemos de soportar como si fuera una sentencia de condena firme. Tan navideña como el turrón de Jijona, a la que denominan Xixona. Tan contumaz como el virus invernal, al que llaman gripe. Tan dicharachera como una tos seca, a la que también califican muchos expertos como irritativa. Y en este adormecedor plan. Que se lo digan, si no, a Matías Prats, el puto amo y señor. Perito en estas recopilaciones chorra manufacturadas para abarrotar de nimiedades el tramo final de un informativo.
Único tramo de la temporada en que algunos redactores jefes suspenden el estado de hibernación habitual y, reacomodando las posaderas sobre los mullidos cojines de sus sillas ergonómicas ajustables, se sienten dioses por un día. Nada como tomar decisiones para alcanzar glorias informativas. Leído así, en frío: acojona un poco, ¿verdad? Pero es lo que toca: sobredosis de efemérides cutres devenidas a repaso puntual. ¡El horror, el horror! Puro déjà vu periodístico. Malsana información retornable y envuelta en papel de regalo –con lacito dorado incluido–.
Aunque tendrían algunos que plantearse la posibilidad de renovarse o morir y reemplazar estos resúmenes redundantemente chorras por una sección que recapitule lo mejor de estos 77 años justos transcurridos desde el día aquel en que, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, alcanzaron las tropas nacionales sus últimos objetivos militares y tal y cual y blablablá.
A los hechos –y desechos– más recientes me remito: Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, decide realquilar el megadespacho que ocupaba el almirante Luis Carrero Blanco y ordena redecorar sus 73 metros cuadrados (¡existen en España poblaciones enteras que residen en menos espacio!). Mientras tanto, algunos ultras siguen agitando banderas con insignias franquistas y apaleando a sintechos en manifestaciones nostálgicas. Caballeros legionarios se rebelan en memoria del general Millán-Astray. Se siguen convocando manifestaciones para exigir la retirada completa de los símbolos franquistas. Por su parte, más de 200 personas paralizan la retirada de La Cruz de los Caídos en Callosa de Segura (Alicante).
Y así nos va. Caben las dos Españas, o sea, España entera, en el puño tembloroso de Michael J. Fox y en el maletero del DeLorean. Razón: aquí.