El cartelón de Ferraz. La fotografía de Sánchez. Soraya Rodríguez que se va a Cs. Ya es primavera, sí, y nos lo recuerda Pedro Sánchez en blanco y negro, ese color así como presidencial y en el que los barrillos ylas imperfecciones y los puntos negros y los purgados quedan difuminados.
El socialismo de nuevo cuño es explotar al guapo, la belleza, la juventud. Uno recuerda aquel "defender la alegría", pero acaso con Zapatero la alegría -aunque fuera de cartón- era alegría y no un pantallazo de Kent.
El PSOE da lecciones de mercadotecnia y el fotón de Sánchez podría colgar del centro comercial de Argüelles -cuatro calles más arriba de Ferraz-, del de Arapiles, del de Sol...
Sánchez sale serio en los carteles, en esa responsabilidad histórica para que no vuelva el trío de Colón ni nadie vuelva a cantar Manolo Escobar bajo la estatua lisiada de Blas de Lezo. Por eso el lema, "Haz que pase", que vuelva el que nunca se fue, el de las resurrecciones varias. Sánchez en el BOE y en la marquesina.
La campaña electoral son libros al peso, y en Sant Jordi firmarán tipos a los que el cielo no quiso darles el don de la prosa, asunto que no es excluyente para el gigante editorial que todo lo mueve. Abascal y Sánchez, los dos, arrojados al público lector entre manuales de fitness, de yoga y de ese feminismo en 20 frasecitas para principiantes que, como la mitad de la Humanidad, nacimos con el carnet de padre entre muslo y muslo -Dios nos guarde-.
Dice Celaá que el eslogan del sanchismo para la campaña le evoca al Titanic. A mí más al Queen Mary o al barco de Chanquete, pero para gustos los colores. Lo importante está en la cursilería del lema: "haz que pase". Una declaración de intenciones y nos quedamos sin saber si lo que ha de pasar es el Falcon, el Titanic, el Aquarius o aquel tranvía que iba para Lista y que no iba más allá de Hermosilla, según cantaban los castizos a las mocitas madrileñas.
El sanchismo es capaz de vender la primavera, robar el mes de abril, desmentir los calendarios y hacer que todos los viernes España sea Suecia en lo social.
El lema se presta a interpretaciones varias y múltiples, que el socialismo es la voluntad de Sánchez, sus purgas, y el resto es transversalidad pura. Desde que le dieron el punto de apoyo a Tezanos, movió el Titanic y lo puso rumbo noreste. "Haz que pase", "haz que pacten", y entre cartelón y el deseo, los indultos que vendrán por cada lazo en el balcón y por cada lucero en el cielo.
Ya es primavera en el sanchismo. Pese a la helada.