Querido trumpista:
Le has cogido el gusto a ir contracorriente. ¡Las opiniones dominantes resultan tan previsibles! Cuesta desengancharse del placer de romper los esquemas a la sociedad biempensante. La que te da la turra a distancia en los monólogos de humor de la tele y la que se hace carne mortal en tu mesa durante las reuniones familiares.
Creemos haber hecho los esfuerzos necesarios para comprenderte. Llegado un momento, te hartaste de ver ridiculizada tu manera de comprender la vida. Cuando eso sucede, no hay nada más efectivo que una voz que te susurre al oído que no eres la bazofia que dibuja el mainstream, sino un tipo estupendo del que ya está bien de reírse.
Tu ídolo no necesita tu voto y tú no tienes pensado censarte en Ohio. Pero te identificas con la parodia que el magnate hace sobre el escenario de todo aquello que tú detestas. La corriente woke que te asalta con la falta de referentes no binarios en las telecomedias de los años 70 o cualquier otro epígrafe de la agenda temática neurótica sobre la que giran las obsesiones de unas supuestas élites intelectuales que no tienen problemas para llenar la nevera.
Tienes que acordarte de cotillear en Amazon cuánto te costaría hacerte con una gorra de MAGA.
2022 está siendo un buen año. Quien pensara en un Partido Republicano sin Donald Trump debe irse buscando otra entelequia. Esa progre de Liz Cheney puede irse con su agenda globalista a que los pijos demócratas le busquen cobijo.
Las elecciones legislativas pintan bastos para el abuelito. Su enésimo patinazo compareciendo en público es real, pero sobre el último hecho "que no verás en los medios" que te acaba de llegar por WhatsApp tienes bastantes más dudas.
Pero, qué demonios, lo mueves por los grupos igual. Si es mentira, no habrá diferencia con la basura que publican las cabeceras del sistema. La posibilidad de que el referente vuelva a la Casa Blanca en 2024 cobra forma.
Tienes el argumentario presto ante cualquier revés que pueda esperar a Donald. Los documentos que encuentre el FBI en Florida serán una patraña orquestada por Soros o puede que un acto heroico de un presidente moral que no piensa rendirse ante el enemigo.
[El FBI buscaba documentos secretos sobre armas nucleares en casa de Donald Trump]
Sólo necesitas ver quién está frente al líder carismático para reafirmarte en seguir a su lado. Si algo nos ha enseñado Donald es a desabrocharnos el botón del pantalón cuando aprieta. Las reglas las ha hecho el de enfrente y, por eso, la victoria empieza cuando se desobedecen.
Vamos superando, por tanto, los sinsabores de 2021. Aquella algarada del día de Reyes te hizo dudar. Las elecciones del noviembre anterior habían sido un obvio robo (y la prueba era que los periodistas decían lo contrario).
Pero ¿desde cuándo tenías tú que ver con una turbamulta de la que forma parte un pavo sin camiseta pero con cuernos? ¿No se parecía el asalto violento a la sede de la soberanía nacional a acciones similares de tus némesis políticas españolas que tanto habías deplorado? Fantasías de liberales templados y conservadores acobardados.
Hay un problema. El propio Trump unió su destino a esa turbamulta más allá de cuál fuese su implicación real en el asalto. Fue cuando por fin se dirigió a sus participantes, siendo aún el presidente de los Estados Unidos. No sólo dio por bueno el motivo que sirvió de excusa para la violencia totalitaria. También dijo a sus protagonistas que eran "muy especiales" y que les amaba.
Te revuelves de incomodidad en el sillón, pero optas por seguir adelante. Has abandonado el descreimiento crítico con el que observabas la vida para acurrucarte en el dogmatismo.
Sabes que, en el fondo, eres la otra cara de la misma moneda contra la que te rebelaste, y no su alternativa. Pero también has aprendido a sacar pecho si te llaman "populista". Por qué no convertirte en caricatura tú mismo si antes ya te habían caricaturizado los demás.
Un saludo cordial
PD: Doce euros en Amazon la gorra de MAGA.