La unidad europea frente a la invasión rusa de Ucrania es sólo un eslogan. Los humores van hoy desde la simpatía de Hungría y Austria por Rusia hasta la beligerancia contra el Kremlin de Polonia, Finlandia, los países bálticos y Reino Unido, pasando por el seguidismo de naciones secundarias en el conflicto, como España, Italia o Dinamarca.
Francia y Alemania firmarían hoy con los ojos cerrados una paz-a-cambio-de-territorios, aunque fingirán firmeza mientras Estados Unidos siga comprometido con Ucrania. Un compromiso que decaerá si los republicanos ganan las elecciones en dos años con un candidato (¿Ron DeSantis, quizá?) más afín al realismo de John Mearsheimer o E. H. Carr que al idealismo de Woodrow Wilson.
Algo que Vladímir Putin conoce perfectamente.
Y por eso una guerra de trincheras que se enquiste durante dos años incrementará las posibilidades de una desconexión americana, tras la cual caerían como fichas de dominó Francia, Alemania y, luego, el resto de la UE.
De ahí también las prisas de Volodímir Zelenski por acumular el máximo material militar posible. Sabe, como sabe cualquiera que conozca la historia de las dos grandes potencias europeas continentales, que el apoyo europeo tiene fecha de caducidad y que su verdadero amigo no es la UE, sino Estados Unidos y la OTAN.
Putin sabe por su parte, como sabe Joe Biden, que con líderes como Emmanuel Macron y el resto de presidentes y primeros ministros de la UE de 2023, la Alemania nazi habría ganado la Segunda Guerra Mundial, como la habría ganado también si Estados Unidos y Reino Unido no hubieran entrado en el conflicto y Hitler no hubiera cometido el error de abrir un segundo frente, el oriental, contra Rusia.
Europa es fruta madura desde el 11 de noviembre de 1918 y si no ha caído ya es porque a Estados Unidos (todavía) no le conviene.
Y por eso hoy, como ayer, son Estados Unidos y Reino Unido, más las viejas naciones que vivieron bajo el imperio soviético, los verdaderos rivales de Rusia. Europa no lo ha sido jamás y no lo será nunca, si puede evitarlo. Mucho menos en solitario.
🔴 @ZelenskyyUa🇺🇦, infatigable: pide cazas a @RishiSunak🇬🇧, misiles a @EmmanuelMacron 🇫🇷 y entrar ya en la UE 🇪🇺 a @vonderleyen 👇🏼👇🏼👇🏼en @elespanolcom https://t.co/DGoyYsuBxk
— Alberto D. Prieto (@ADPrietoPYC) February 10, 2023
Europa sigue siendo hoy ese gigante económico de barro demasiado indeciso, tímido, burocratizado y desunido, demasiado absorto en sus beatillas religiones falsas del bienestar, como para frenar por sí solo, sin la ayuda de Estados Unidos, el imperialismo ruso. ¡Cómo va a frenar a Rusia si fue incapaz de frenar la guerra de los Balcanes, un conflicto infinitamente menor que el que hoy se libra en Ucrania!
Europa, y en este caso "Europa" quiere decir Francia y Alemania, no desea una victoria rusa, y por eso envía armas a Ucrania, pero tampoco una derrota rusa, y por eso no envía las suficientes como para que Ucrania gane la guerra.
Y no tanto por el miedo a posibles represalias nucleares, que es el trampantojo apocalíptico con el que los líderes de la UE empiezan a vender la mercancía averiada de una paz-por-territorios, como por las consecuencias económicas y geopolíticas que conllevaría en la UE la caída de un Putin al que muchos creen el menor de los males posibles en Moscú.
Lisa y llanamente, las alternativas hoy en el Kremlin son peores que él. Lo cual no quiere decir que la única opción inteligente no siga siendo la derrota total de Rusia en Ucrania.
"Putin me pareció cualquier cosa menos un loco. De hecho, me pareció bastante cerebral" me dijo una vez un expresidente español que tuvo trato con él, el normal en su cargo. Si eso es cierto, y no hay razones para pensar otra cosa, nadie ha cometido mayor error en esta guerra que ese Macron que pidió hace sólo unos meses que se le dieran "garantías" a Rusia, probablemente para encontrar el exquisito equilibrio entre el atlantismo y el gaullismo prorruso tan habitual en su país.
💣El presidente de Francia, Emmanuel Macron, otorgó a Vladímir Zelenski la distinción más alta de Francia por mérito militar: la Orden de la Legión de Honor.
— Luis (@luisvegajilata) February 9, 2023
Por cierto, Francia se rindió a las tropas alemanas el 22 de junio de 1940, después de haber resistido solo 43 días. pic.twitter.com/GjTcUQgQTq
¿A qué garantías se refería Macron? ¿Y quién se puede creer que Macron se trague la excusa de la "inseguridad" rusa, el cinturón de seguridad y el relato de "la OTAN a las puertas" con la que Putin justifica la invasión de Ucrania?
No, Macron no se cree nada de eso. Pero pretende que nos lo creamos los ciudadanos europeos. Porque eso hará que le tengamos pavor a Rusia y porque eso le permitirá vender Ucrania al Kremlin, negociar una paz (es decir una victoria rusa) que sólo cebará la bomba de próximas agresiones, y consolidarse como el artífice de la paz y el líder de la UE posterior a Merkel por incomparecencia de un Scholz al que hasta Polonia entera le debe parecer un precio razonable por el apaciguamiento de Rusia.
Europa, sin Estados Unidos, ganaría todas las batallas del apaciguamiento para acabar perdiendo la guerra. Y a eso lo llamaría una victoria de la paz. Putin tiene hoy dos maneras de ganar la guerra. Ganándola, o dejando que la UE se la gane en su lugar. La primera opción es casi imposible a corto y medio plazo. La segunda es segura a largo. Si yo fuera Putin, lo apostaría todo a la casilla "cobardía".
Con la UE de por medio, es una apuesta segura.