A quién se le ocurre que en el Congreso de los Diputados de España haya una bandera de España. Si es que hay que entender a la portavoz de Junts, hay cosas que no se deben tolerar. Caben nacionalistas, independentistas, filoterroristas, vagos, maleantes, el bolso de Soraya, uno de Teruel, discursos de odio contra los españoles que no nacieron en Cataluña o en el País Vasco, la democracia entera (con sus cosas), pero no la bandera de España.
Aguantó el parlamento lo de Tejero, hace mañana 42 años, pero no sé cómo ha podido soportar la bandera de España durante tanto tiempo. Menos mal que llegó ella, experta en protocolo por las narices, a separarla del atril donde iba a dar su rueda de prensa.
Como algunos políticos ya no tienen nada que decir, nunca lo tuvieron bien pensado, arman estas representaciones para conseguir un titular. Como Rufián y la impresora, como Pedro Sánchez y los veteranos del PSOE jugando a la petanca, como Macarena Olona y lo de Évole.
Lo de Miriam Nogueras es arte, que no lo habéis entendido. Para eso ha quedado el nacionalismo catalán, para montarse un expositor en el Congreso a falta de un espacio en Arco en el que sentirse especial.
A la independentista Míriam Nogueras no le gusta lo que representa la bandera de España, pero sí lo que representan los 117.698,84 euros que le pagan los españoles.
— PP Comunidad de Madrid (@ppmadrid) February 21, 2023
Sánchez, ahí tienes a tus amigos... pic.twitter.com/9aRXxfNp0b
Porque el nacionalismo, desde que la ley trans de Montero, que les dice a los catalanes que dan igual sus genes o sus genitales, ellos pueden elegir entre ser hombre, ser mujer o ser nación. Cada catalán es una nación oprimida. Y Míriam Nogueras es transnacional, por eso no puede soportar que en su derecho a ser una nación le pongan de fondo la bandera de España, que es el enemigo imaginario.
Para esto ha quedado el Congreso de los Diputados, que los únicos que mantienen la dignidad son Daoiz y Velarde porque como son de bronce no les afecta la ley de bienestar animal y tampoco todo este circo en el que ellos no se dejan amaestrar.
[La portavoz de Junts quita la bandera de España antes de su rueda de prensa en el Congreso]
El hemiciclo y sus aledaños lo han convertido en un circo porque no saben hacer política. Y lo de Míriam Nogueras es una prueba más. Para esto ha quedado la política en España, la política de los gestos estúpidos. Cada uno se posiciona donde quiere estar y a ella la educación le cae muy lejos, no hablemos del saber estar.
Estos son los políticos que nos han tocado, los que dicen que España les oprime, pero no sueltan sus actas porque 117.698 euros anuales son lo que valen sus principios. Oprimidos por España, pero no mucho. Diría que no le puso nerviosa la bandera al verla, sino sus contradicciones, por eso se comportó como un gremlin en un spa. Ella, salvadora de la nada que han vendido a sus votantes desde hace décadas y que ahora no saben cómo justificar.
¡Qué rápido se degrada todo! Como siga desparramándose el nivel vamos a echar de menos incluso aquellas tardes cercanas, cuando en el Congreso de los Diputados toreaba chiquito de Galapagar, antes de cortarse la coleta.