Las de blanco son las listas. Listas en blanco, listas de blanco, blanco nuclear, blanco sin fondo, luz sin sombra, y qué más da si no suman, si ellas son las listas.

Ayer me pasé la tarde como la primera vez que fui a una boda en Chicago, y tuve la misma sensación. Los globos, el confeti, el estruendo, la música y los trajes que parecían cortados de las cortinas de satén de la casa de un narco, eran un espectáculo tan gordo y bochornoso que uno se olvidaba de que estaba en una boda.

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En algún momento de delirio incluso busqué al candidato y estuve por preguntar a algún invitado si la novia se presentaba por el partido republicano o el demócrata. Mi imaginación volaba como los globos atascados en la bóveda de la carpa. Y así estaba yo ayer, que no sabía si estaba en el estadio de la Universidad de Notre Dame, en una boda, en el circo, o en un acto electoral.

Y ahora que me toca aterrizar y ver de qué iba lo de ayer, la pregunta que tengo, quizás la única que me importa, es ¿qué aporta esta nueva izquierda a la otra nueva izquierda, y a la otra izquierda de toda la vida?

Busco y rebusco en el discurso, en los gestos, en las ropas y las palabras, y veo todo blanco, tan blanco como esta hoja, y tan luminoso como una mente en blanco. Lo veo todo blanco. Y sobre el blanco, las listas también en blanco.

Y veo que Sumar es el partido en blanco. 

Es un cheque en blanco para Sánchez. Es la excusa perfecta para explicar que la coalición ha fracasado porque la izquierda Galapagar no ha estado a la altura. Yolanda le pone a Sánchez en bandeja el dedo acusador y el relato victimista. La izquierda, que siempre será eso tan bonito que está por hacer pero que los otros no permiten que se haga, se va a cobrar gustosa el cheque en blanco de Yolanda Díaz.

Sumar deja en blanco los votos de Podemos. Está feo llamarlos "votos basura", porque ningún voto es basura. Pero serán votos que no irán a ningún lado. Los de Podemos serán votos en blanco si no van juntos con Sumar. Yolanda tiene el poder de dejar en blanco muchos votos.

[El estreno de Sumar se convierte en un concurso de juegos florales y ditirambos]

Sumar también son listas en blanco. Vacías. Comparecen todos y nadie sabe si es mejor salir en la foto o quedarse fuera. Sumar es la lucha de siempre por estar en las listas. Es la lista sin programa, el puesto sin compromiso, y la promesa de un cargo. Se van a retratar todos. Luchan por las listas y veremos si Belarra acepta la victoria moral de quedarse fuera, o agachar la cabeza y aceptar que el poder pesa más que las convicciones.

Yolanda ayer fue la mujer de blanco, la novia en la boda y la que destacó en la foto sobre el fondo negro que amenaza a la izquierda española. 

Es el rostro amable que se ha cortado la coleta, que neutralizará a la otra nueva izquierda. Y todo a cambio de ser ella la que corte el pastel. Yolanda es ya la figura de la nueva izquierda y el siguiente problema para Sánchez.