El presidente Joe Biden ha hecho un muy buen gobierno, pero sus desastrosas lagunas mentales en el debate presidencial perjudicarán seriamente sus posibilidades de ser reelecto en noviembre.
A menos que renuncie como candidato, es probable que Donald Trump gane las elecciones y convierta al país en una república bananera con armas nucleares, o en una Venezuela de habla inglesa.
Aunque es cierto que Trump, 78, es una máquina de decir mentiras y un delincuente convicto que dijo un disparate tras otro en el debate, lució mucho más joven y vigoroso que Biden, que tiene 81 años.
Y eso va a tener un impacto enorme, porque mucha gente que no lee los periódicos nunca se va a enterar de las descaradas falsedades que dijo Trump sobre la economía, la inmigración y otros temas.
Lo que vieron fue a un expresidente que parecía en mejor estado físico que Biden, quien al principio del debate perdió el hilo de sus pensamientos y se detuvo en la mitad de una frase durante varios segundos interminables.
Biden lo tenía todo para ganar el debate: la economía de Estados Unidos está creciendo más que prácticamente todos los demás países industrializados, la bolsa de valores de Wall Street está en sus máximos históricos, el desempleo está cerca de sus niveles más bajos en cinco décadas, la inflación está bajando y la inmigración ilegal, el tema distintivo de Trump, está disminuyendo rápidamente.
Asimismo, los abrazos de Trump con dictadores como Kim Jong-un, de Corea del Norte, su apoyo público a los violentos que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021 y sus políticas impopulares sobre el aborto y el cambio climático habrían convertido al aspirante republicano en un blanco fácil de atacar.
Pero Biden no pudo o no supo contrarrestar las mentiras de Trump. Tomemos el caso el tema de la inmigración, que Trump sacó a relucir para desviar la conversación cada vez que le hablaban sobre sus cargos criminales o sus relaciones extramatrimoniales.
Biden podría haber contrarrestado fácilmente la afirmación de Trump de que hay una invasión de inmigrantes indocumentados, citando las últimas cifras oficiales, que muestras que los cruces de inmigrantes indocumentados cayeron más del 40% en los primeros cinco meses de este año.
Biden también podría haber dicho que la frecuente afirmación de Trump de que los inmigrantes "están envenenando la sangre de este país" es un comentario racista de la era nazi que oscurece el hecho de que Estados Unidos necesita de inmigrantes para mantener su crecimiento económico.
Asimismo, Biden podría haber ridiculizado la falsa afirmación de Trump de que Biden abrió la frontera a "millones" de inmigrantes que "vienen aquí desde prisiones, cárceles e instituciones psiquiátricas" para cometer delitos violentos. "¿En serio?, ¿millones de presos y enfermos mentales que vienen a matar gente?", podría haber preguntado Biden burlonamente, dejando en claro que Trump estaba diciendo disparates.
Biden se limitó a responder que "todo lo que dice es mentira", pero sin explicar que todos los estudios serios muestran que los migrantes cometen menos crímenes violentos que los ciudadanos estadounidenses.
Biden también podría haberse burlado de la afirmación de Trump de que los inmigrantes están robando "empleos (de los) negros", lo que no es cierto. Según la Cámara de Comercio de Estados Unidos, hay nueve millones de puestos vacantes, pero sólo 6,4 millones de trabajadores sin empleo disponibles.
Idealmente, Biden podría también haber planteado la necesidad de una alianza estratégica de Estados Unidos con países amigos de América Latina para ayudarlos a salir de la pobreza y reducir la migración. Lamentablemente, América Latina ni figuró en el debate.
"Es muy preocupante que América Latina no haya estado presente ni dentro de las locuras de Trump ni en las lagunas mentales del presidente Biden", me dijo Alejandro Werner, exjefe del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional.
Biden dijo tras el debate que "es muy difícil discutir con un mentiroso", y eso es cierto. Sin embargo, por el bien del país, Biden debería hacerse a un lado y proponer a un candidato demócrata más joven.
De lo contrario, es muy probable que gane Trump y convierta Estados Unidos en autocracia corrupta con un líder delirante, como Venezuela.