La vicepresidenta Kamala Harris ha elegido al gobernador de Minnesota, Tim Waltz, como su compañero de fórmula para las elecciones presidenciales de 2024. Es exactamente lo que esperábamos: un hombre blanco de un estado conservador o indeciso (Minnesota se inclina por el azul demócrata, pero es oscilante).
Desde que el presidente Joe Biden se hizo a un lado, los demócratas se han preguntado cómo presentará Harris sus ideas frente a los votantes independientes del centro de los Estados Unidos que no están preparados para que una mujer de color de una ciudad famosa por su progresismo (Oakland) se convierta en presidenta. La sabiduría popular dice que Harris necesita un hombre blanco a su lado para no asustarlos.
Pero esto es falso. Los estudios demuestran que los candidatos a vicepresidente tienen poco efecto sobre el resultado de las elecciones. La idea, sin embargo, persiste.
El equipo Trump y otros republicanos se han puesto a trabajar inmediatamente criticando la fórmula Harris-Waltz como la "más izquierdista de la historia de los Estados Unidos". También han atacado su historial político como gobernador.
Sin embargo, ninguno lo ha atacado por su raza o su género, como sí han hecho con Harris en las últimas semanas diciendo que no es más que una candidata escogida en función de los criterios DEI ("Diversidad, Equidad e Inclusión").
Es muy hipócrita que nadie diga que la lista de hombres blancos que ella consideró para la vicepresidencia hace que la de Waltz sea una elección DEI. Porque lo es.
La idea de elegir un compañero de fórmula complementario tiene una larga historia en la política estadounidense, incluso cuando esta era un club exclusivo para hombres blancos. John F. Kennedy era un joven católico de la costa este, así que sus asesores lo convencieron para que eligiera a Lyndon B. Johnson, líder de la Mayoría del Senado con una larga trayectoria y proveniente del sur, como vicepresidente.
Ronald Reagan eligió al más experimentado George H. W. Bush, quien más tarde eligió al mucho más joven Dan Quayle. Incluso Donald Trump hizo algunos equilibrios en 2016 con Mike Pence, que era un hombre blanco, pero también un conservador cristiano y un veterano legislador del Partido Republicano, lo que proporcionó equilibrio a la personalidad outsider de Trump.
Obama inició la idea de equilibrar la balanza racial eligiendo a Biden. Walter Mondale fue el primero en equilibrar su candidatura eligiendo a una mujer, Geraldine Ferraro. Más tarde lo hizo John McCain con Sarah Palin.
Cuando Biden eligió a Harris equilibró su masculinidad blanca y veterana con una candidata más joven, negra, asiática y, por supuesto, femenina.
BREAKING: Kamala Harris picks Minnesota Gov. Tim Walz as running mate as she looks to boost Democratic ticket in Midwest, AP sources say.
— The Associated Press (@AP) August 6, 2024
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Como ya he dicho, Trump, su compañero de fórmula J. D. Vance y otros republicanos han atacado a Harris acusándola de ser una candidata DEI. Estos criterios se utilizan para defender la equidad y la participación de personas de todos los orígenes y razas en los puestos de trabajo, y son algo bueno en los increíblemente diversos Estados Unidos.
Sin embargo, los conservadores usan el término como un insulto, insinuando que las mujeres, las personas de color, las personas LGBTI y cualquier persona de otros orígenes marginados que logran el éxito lo han hecho sólo porque han recibido ayuda especial.
En otras palabras, cuando cualquiera de estas personas se convierte en líder es porque, según ellos, han sido "contratados por el DEI".
Al parecer, sólo los hombres blancos encuentran el éxito a través del trabajo duro. Y cuando no lo logran, se debe a la llamada "discriminación inversa".
Trump llevó esto aún más lejos al cuestionar la condición de Harris como mujer negra. "No sabía que era negra hasta hace unos años, cuando se volvió negra, y ahora quiere ser conocida como negra. Entonces, no sé, ¿es india o negra?".
No es muy sorprendente escucharle a Trump decir algo como esto. Lo sorprendente fue que lo dijera ante una audiencia de periodistas negros. Harris es hija de un hombre jamaicano y una mujer india, algo sobre lo que siempre ha sido abierta. Sin embargo, Trump sugirió que sólo lo publicitó cuando le resultó útil.
Es extraño tener que recordar que nadie elige su origen étnico. Waltz se ha hecho un nombre al utilizar la palabra "raro" en respuesta a estas acusaciones racistas y sexistas. Es difícil considerar la palabra "raro" como un insulto. En todo caso, la expresión se burla de lo absurdo que es que Trump insinúe que Harris eligió ser negra.
Más importante aún, el equipo Trump cree que los ataques racistas son una táctica de campaña ganadora. Por eso han criticado el uso de la palabra "raro" con la típica acusación de que los demócratas son elitistas engreídos que menosprecian a los votantes de Trump. Al mismo tiempo, el equipo Trump ha redoblado la discriminación contra cualquiera que sea diferente al llamar "raras" a las personas LGBTI.
Podemos acudir también a Vance en busca de más rarezas republicanas.
En 2021, concedió una entrevista en Fox News a Tucker Carlson y dijo que el país está gobernado por "un grupo de gatas sin hijos". El contexto es importante aquí. Vance continuó: "Miren a Kamala Harris, Pete Buttigieg, Alexandria Ocasio-Cortez. Todo el futuro de los demócratas está en manos de personas sin hijos. ¿Tiene sentido que entreguemos nuestro país a personas que no tienen un interés directo en él?".
Esto se ha convertido ya en un meme utilizado por muchas mujeres demócratas sin hijos de todo el país que afirman con orgullo su estatus en las redes sociales. Pero Vance realmente dice lo que dice y ha llegado incluso a sugerir que los votos de las personas con hijos deberían contar más que los de las personas que no los tienen.
Es extraño y también hipócrita que los republicanos no hayan atacado a Walz como una opción DEI, porque lo es. Las reglas del Partido Demócrata dictan que los puestos de liderazgo interno, como los de presidente y vicepresidente estatal y local, deben ser ocupados por una mujer y un hombre, o viceversa.
Las últimas tres candidaturas demócratas, las de 2016, 2020 y 2024, han reflejado esta norma interna que no pretende dar un trato especial a las mujeres, sino asegurar que haya equilibrio con los hombres. A pesar del pensamiento conservador de que los hombres blancos son los perdedores de los esfuerzos de inclusión y de que ellos son los grandes perjudicados, la elección de Walz demuestra cómo los criterios DEI también pueden protegerlos.
Y eso, incluso aunque sepamos que se trata de una elección estratégica para ganarse el voto de los votantes que todavía necesitan ver a un hombre blanco al lado de una mujer de color para confiar en que ella sea capaz de gobernar el país.