Con Alberto Núñez Feijóo de baja durante las últimas dos semanas, el PP está cerrado por vacaciones. No le han puesto cartel a la sede de Génova, les ha bastado con no aparecer por la actualidad.

El PP se ha ido de vacaciones, que ser oposición en España hace que los años se hagan muy largos.

El PP, como un cosetodo, cerrado hasta septiembre por descanso vacacional. Ganar unas elecciones y no gobernar te deja baldado. "Hay años que no está uno para nada", que diría Mihura. Y así está el PP. 

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el pasado 23 de julio en el Congreso de los Diputados.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el pasado 23 de julio en el Congreso de los Diputados. Europa Press

Los populares gobiernan únicamente cuando el PSOE se cansa de gobernar. Les pasó con Felipe González: José María Aznar no ganó las elecciones, las perdió Felipe y tuvo que empeñarse a conciencia y con los GAL.

José Luis Rodríguez Zapatero tuvo que quebrar un país entero para que Mariano Rajoy lograse sentarse en la bancada azul.

Y al paso que vamos, Feijóo llegará a la Moncloa el día que Pedro Sánchez decida jubilarse e irse con Begoña a pasar el verano tranquilamente en Portugal y el invierno también en Elvas.

Así de perdidos andan, que en vez de aprovechar que en agosto no ocurre nada y tienen la prensa entera para ellos solos, prefieren irse a la playa, no vaya a ser que algún año de estos se queden sin vacaciones porque la Moncloa no sabe de puentes ni de fiestas de guardar.  

Abro el periódico por la mañana y no hay derecha en España. Ni PP, ni Vox, ni nada. Les deja el Gobierno la oposición botando, con agosto a puerta vacía, y no hay nadie que remate porque todos están en la playa.

Funcionan con más puntualidad los trenes de Angola que los nuestros y aquí nadie dice nada. Tienen a los pasajeros encerrados durante horas a cuarenta grados a la sombra en los vagones mientras el ministro de transportes mejora el hándicap, y en el PP no hay nadie para pedir explicaciones a Óscar Puente. Ya si eso que comparezca en septiembre.

Tuvo que salir Dolors Montserrat a decir lo primero que se le ocurrió, de urgencia, que es como si en el Madrid la rueda de prensa la diese un turista que pasaba por el Bernabéu porque no hay nadie del equipo para hablar. 

José Manuel Albares, ministro de Exteriores (ahí es nada), evita hablar de fraude en Venezuela, incluso agradece la labor de Zapatero (cómplice necesario de Nicolás Maduro) y el PP mojito en mano, ni está ni se le espera, porque Venezuela y España pueden esperar.