Los candidatos a la vicepresidencia de EEUU JD Vance y Tim Walz se esforzaron por mostrar sus raíces del medio oeste durante el debate del martes. Esto puede parecer un esfuerzo inútil, ya que sólo entre el 3-5% del electorado estadounidense sigue indeciso, y es probable que estas personas ni siquiera se molestaran en ver el debate.

A pesar de su historial de teorías conspirativas y racismo, Vance salió ganando al mostrarse amable y hablar con confianza sobre políticas. Al menos hasta el final, cuando sostuvo la mayor de las mentiras, negándose a admitir que Trump perdió las elecciones de 2020.

Considerando que Vance es autor de las memorias bestseller Hillbilly, una elegía rural, que se convirtieron en una película extremadamente popular y galardonada, debería ser una figura popular. Todos conocemos su convincente historia de superación personal.

El republicano JD Vance saluda al demócrata Tim Walz al final del debate en la noche del martes.

El republicano JD Vance saluda al demócrata Tim Walz al final del debate en la noche del martes. Reuters

Sin embargo, Vance llegó a este debate con los peores índices de popularidad de los cuatro candidatos. Un 45.5% de los estadounidenses tiene una opinión desfavorable de Vance, un 10.7% más que los que lo valoran favorablemente.

Por otro lado, Walz, mucho menos conocido, es visto favorablemente por el 42% de los estadounidenses, un 4.1% más que aquellos que lo ven de manera desfavorable.

Los índices de popularidad no siempre se traducen en votos, y aún menos en el caso de candidatos a la vicepresidencia. No obstante, es significativo que una celebridad como Vance se haya vuelto cada vez más impopular desde que Trump lo eligió como su compañero de fórmula en julio.

Vance proviene de un sector del Partido Republicano profundamente religioso y conservador. El mismo que produjo el muy criticado Proyecto 2025, del cual Trump se ha distanciado.

Vance fue quien inicialmente impulsó la teoría conspirativa de que inmigrantes haitianos estaban comiéndose las mascotas de las personas en Springfield (Ohio), algo que Trump mencionó en su propio debate. También se recuerda el comentario de Vance sobre las "mujeres sin hijos que sólo tienen gatos".

Su desempeño en el debate demostró que está más versado en políticas que Trump (ese título en Derecho por Yale resulta útil). Pero aunque Vance cree en su causa, Trump no está impulsado por la política o la ideología. Él solo quiere ganar.

Lo que todo el mundo conoce de Walz es su famoso comentario "raro", que se volvió viral justo antes de que Harris lo eligiera como su compañero de fórmula. Se refería a Trump, pero también de manera muy específica a Vance.

Lo interesante aquí es cómo Vance intentó disimular esta "rareza" durante el debate con una apariencia de lo que podríamos llamar "la amabilidad del medio oeste". El "medio oeste" ocupa un lugar especial en la cultura estadounidense. O mejor dicho, un lugar ordinario.

Los neoyorquinos y californianos arrogantes se refieren a esta parte del norte central del país como los Estados "de paso". Y aunque no es del todo cierto, el "medio oeste" sirve como código para referirse a la América normal, ordinaria o real, especialmente la América blanca.

La estrategia de Vance surgió desde el principio, con la primera pregunta sobre la escalada del conflicto en Oriente Medio, y específicamente: "¿Apoyaría o se opondría a un ataque preventivo de Israel a Irán?".

En lugar de responder directamente, habló sobre su infancia en una familia pobre con raíces en los Apalaches en Middletown (Ohio), y luego dijo: "Le corresponde a Israel decidir qué necesita hacer para mantener la seguridad de su país". Más tarde, señaló que este conflicto comenzó "durante la Administración de Kamala Harris".

Vance hizo estos comentarios con mucha confianza, la que otorga una educación en Yale y un libro superventas, pero carecían de sustancia. Y por eso Vance puede reclamar una victoria. Proyectó una buena imagen al hablar de políticas. Y, como sabemos, los debates van de impresiones superficiales sobre los candidatos. Los votantes tienen nociones sobre políticas que no son muy profundas.

Por otro lado, la "amabilidad del medio oeste" de Walz se presentó de manera muy diferente. No confrontó a Vance sobre sus teorías conspirativas, sus pronunciamientos políticos débiles o, lo que es más importante, sobre el pasado anti-Trump de Vance.

De hecho, fue incómodo ver a Walz decir que estaba de acuerdo con Vance en algunas ocasiones, ya que este tipo de comentarios sirven para normalizar a Vance. Con toda su afabilidad, Walz ayudó a los votantes a olvidar lo extremistas y raros que realmente son Vance y Trump.

Walz finalmente se volvió más combativo al final, cuando surgió el tema de los disturbios del 6 de enero en el Capitolio. Y presionó a Vance para que dijera si Trump había perdido las elecciones de 2020.

En respuesta, Vance finalmente dijo: "Tim, me estoy enfocando en el futuro". Walz respondió: "Eso es una no-respuesta condenatoria".

Cualquier votante indeciso que hubiera sintonizado probablemente ya se había ido a dormir en ese punto. Incluso si este y otros momentos del debate tendrán sin duda una segunda vida en las redes sociales, no es probable que el espectáculo de anoche marque mucho la diferencia para el 5 de noviembre.