Ni la brecha de maternidad, ni los violadores excarcelados por la ley del 'sólo sí es sí', ni el aumento de agresiones sexuales en menores.
El gran reto social y cultural para la mujer es la falta de paridad en el sector de las carreteras.
Cuestión tan preocupante y poco tratada es la que se ha discutido en las jornadas que llevan el atractivo nombre de El papel de la mujer en la conservación de la red viaria. Suena también a método de trabajos forzosos en Guantánamo.
Marta Serrano @Marta_Serrano es la Secretaria Gral de Transporte Terrestre.
— eldisidenteOK (@eldisidenteOK) December 10, 2024
Y el Disi no puede creer que semejante subnormal sea la secretaria general .
Lo de Pepa Pig y la Patrulla Canina.#LaSubnormalidadEsTotal pic.twitter.com/PY31j3NfFM
Parece ser que en series infantiles como La patrulla canina y Peppa Pig "todos los operarios son señores gigantes y muy musculosos".
Terrible denuncia la que ha hecho la secretaria general de Transporte Terrestre, Marta Serrano.
Y claro, una ve Peppa Pig con cinco años y ya debe renunciar para siempre a su sueño de ser la nueva Óscar Puente. Que es algo con lo que fantasea toda niña que cursa la educación infantil, por otro lado. ¡Maldito Disney+, jamás te lo perdonaré!
Al final, para estos heraldos de la paridad y la ortodoxia woke, la mujer es siempre un sujeto que debe ser rescatado de sí mismo. De su incapacidad para tomar decisiones libres y conscientes, y siempre bajo amenazas tan alienantes y agresivas como las de Peppa Pig y La patrulla canina.
Esta élite política lleva pensando así desde que aseguraba que a las mujeres había que darles derechos, pero sin pasarse. El voto, por ejemplo, no fuera que votaran siguiendo las indicaciones del cura en el confesionario (y no las del partido).
El cura, Peppa Pig y las princesas Disney. Así ven a la mujer. Como rehén fácil de cualquier influencia que se cruce en su camino. Como una damisela que está esperando el beso del príncipe para poder despertar.
Lo diagnostica bien Giorgia Meloni en su libro Yo soy Giorgia cuando dice que "en la izquierda hablan mucho de la igualdad de las mujeres, pero en el fondo piensan que la presencia de la mujer debe seguir siendo una concesión masculina". Nada más machista que pensar que la mujer puede llegar a su plenitud sólo con la liberación de otro que la rescata. Un otro que justifica su sueldo explicando cómo debería pensar y comportarse una verdadera mujer liberada y empoderada.
Esa actitud, por supuesto, obliga siempre a la negación de la realidad y de sus verdaderos problemas. Da igual que todos los datos hablen de que son los niños los que se están quedando atrás académicamente en el colegio. Que son los chicos los que cada vez se matriculan menos en la educación superior.
Aquí de los que se trata es de que las niñas no vean Peppa Pig.
Cabe también preguntarse si tan distinto es el papel que realiza una mujer en la conservación de las carreteras, respecto al de un hombre, como para merecer una jornada propia. Supongo que habrá sesudos papers al respecto y un comité de expertos para respaldarlo.
Lo que sí es seguro es que cuando uno se preocupa por la influencia que Peppa Pig puede estar ejerciendo en la elección profesional de las mujeres no está revelando su conciencia feminista, sino su visión machista y pueril de la mujer.