Los triunfos de Núñez Feijóo y de Urkullu en las elecciones de este domingo vienen a confirmar que los ciudadanos premian la buena gestión por encima de otras consideraciones. En el caso del líder del PP gallego es paradigmático, porque no sólo no se ve penalizado por la crisis económica, por la corrupción o por el surgimiento de nuevos partidos, sino que amplía la mayoría absoluta que ya tenía.
La cantada victoria de Urkullu, por su parte, consolida el panorama político en el País Vasco. Hay en su éxito una lección para Artur Mas y Puigdemont. Su apuesta por la moderación le permitirá seguir gestionando la amplia autonomía vasca sin necesidad de hacer concesiones a la izquierda radical. Comprobar hoy la robustez del PNV y ver en lo que ha quedado Convergència, lo dice todo.
Traspié de Sánchez
El retroceso del PSOE en Galicia y en el País Vasco debería acabar con las ilusiones de Pedro Sánchez por articular una candidatura alternativa a la de Rajoy. La aritmética sigue siendo la misma, pero además el líder socialista queda muy debilitado en una hipotética negociación con Pablo Iglesias, que le ha superado en ambas comunidades. Ahora bien, Sánchez llegará desinflado al Comité Federal del PSOE del próximo sábado, donde los barones pueden obligarle a dar un paso atrás.
La última carta de Sánchez para intentar salvar la cara pasaría por solicitar al PP un cambio de candidato para negociar su abstención, pero eso nos acercaría seguramente a unas nuevas elecciones. Los populares, crecidos por los resultados -en el País Vasco han mantenido el tipo-, podrían convencerse ya, de que a la tercera va la vencida.
De Podemos a C's
Los resultados dan oxígeno a Pablo Iglesias en su guerra interna por el liderazgo de Podemos. Su formación se convierte en tercera fuerza en el País Vasco -si bien las previsiones eran las de obtener más escaños- mientras que en Galicia, de la mano de En Marea, pasa a ser el primer partido de la oposición. Ciudadanos se queda fuera de ambos parlamentos, un revés para Albert Rivera que ve interrumpido así un ciclo de crecimiento y de éxitos. Aunque el partido ha calcado los resultados de UPyD en el País Vasco, se queda sin representación.
El gran triunfador, la cara de la jornada electoral, es sin duda Feijóo. El líder gallego se ha convertido por derecho propio en la gran alternativa a Rajoy. Es el único dirigente popular que gobierna una comunidad autónoma con mayoría absoluta. Y lo más sintomático: su campaña la ha hecho a base de desmarcarse de Rajoy, anteponiendo su propia figura a las siglas del partido. La incógnita por despejar es cuándo se producirá el relevo... o qué hará Soraya por impedirlo.