La efectividad electoral de la pinza pierde fuelle en los sondeos a consecuencia de la corrupción del PP, que lastra al partido del Gobierno, y la victoria de Pedro Sánchez en el PSOE, que es percibida como un revulsivo entre los votantes de izquierda.
Así lo confirma el último estudio de SocioMétrica sobre intención de voto para EL ESPAÑOL, elaborado en plena resaca de la ‘operación Lezo’, de las primarias socialistas y de la moción de censura a Rajoy. Su resultado muestra también el efecto en la opinión pública de la declaración de inconstitucionalidad de la amnistía fiscal de Montoro y del informe del Banco de España que tasa en 60.613 millones el coste del rescate bancario.
Cs lograría 56 diputados
De celebrarse hoy elecciones, el PP caería 6,3 puntos respecto de los comicios de junio aunque ganaría las elecciones con el 26,7% de los votos y 120 diputados. Es decir, rompería el suelo psicológico del 30% y dependería aún más de Cs, que con el 18% de los votos y 56 diputados sería más determinante para garantizar la gobernabilidad.
El PSOE de Pedro Sánchez se situaría a sólo dos puntos del PP con el 24,2% de los sufragios y 89 escaños: cinco más de los logrados hace un año. Unidos Podemos se quedaría en el 19% de los sufragios y vería alejarse un poco más su anhelado sorpasso.
El contexto de escándalos políticos y judiciales es importante para entender el desplome del PP, así como el leve repunte del PSOE, que tendría un reflejo directo en sus vasos comunicantes: de ahí, la destacada subida de Cs y la pequeña caída de Podemos.
Rajoy en la Audiencia Nacional
Las tendencias apuntadas en encuestas anteriores se acentúan. Lo que está por ver es si las decisiones y el escenario próximo en cada partido consolidará o matizará las evoluciones de voto previstas. El PP parece perdido en su laberinto y es difícil que la testifical de Rajoy en la Audiencia Nacional por la corrupción de su partido sea el mejor modo de salir de él. Es lógico pensar que Cs incorpore la posible fuga de votos del PP y siga creciendo.
El PSOE salido del 39º Congreso Federal no es un partido unido y la laminación del rival interno emprendida por Sánchez, que alienta candidatos alternativos a Ximo Puig, Javier Lambán y Fernández Vara puede desatar guerras internas de consecuencias imprevisibles en Comunidad Valenciana, Aragón y Extremadura. Pedro Sánchez cuenta con la ilusión de los electores y el viento a favor de los sondeos. No debería jugar con fuego y acabar defraudando sus expectativas.