El informe exhaustivo que el Ministerio del Interior ha entregado al juez sobre la actuación de los Mossos d'Esquadra durante la jornada del 1-O es demoledor. En él queda documentada no sólo su falta de colaboración con policías y guardias civiles, sino la obstaculización del trabajo de estos y la plena sintonía con los impulsores de la consulta ilegal.
El dossier relata episodios bien conocidos -como el transporte de urnas a escondidas en vehículos oficiales o la destrucción de pruebas- y otros que no lo son tanto, como la manipulación de informes, los insultos proferidos por mossos a los agentes, los chivatazos a los organizadores para que conocieran con antelación dónde se iba a intervenir o la identificación de un mosso de paisano entre la turba que apedreó a una patrulla de la Guardia Civil.
Desobediencia a los jueces
Los hechos denunciados son gravísimos y demostrarían que, como cuerpo, los Mossos estuvieron al servicio de las autoridades golpistas durante el procés y por tanto se comportaron como la policía de los independentistas, no como la policía de todos los catalanes. Al actuar así, eludieron el cumplimiento de las resoluciones judiciales y desobedecieron la ley.
El informe de Interior responsabiliza de todas estas fechorías a la anterior cúpula de los Mossos, pero aun cuando el Gobierno ha asumido su control merced a la aplicación del artículo 155, el problema continúa, como pudo comprobarse la semana pasada cuando los agentes permitieron que manifestantes independentistas se plantasen a las puertas del Parlament para amenazar e insultar a los diputados constitucionalistas.
¿Volverá Trapero?
La Justicia deberá depurar responsabilidades llegado el momento, pero el Estado no puede consentir que los Mossos dejen de ser una policía al servicio de la Constitución para convertirse en una fuerza golpista. ¿Qué pasará cuando los separatistas formen un nuevo Govern? ¿Repondrán también algún día al imputado Trapero o a alguien de su mismo perfil al frente del cuerpo?
Los poderes del Estado deben por tanto estar vigilantes y adoptar las medidas necesarias para que no vuelva a producirse lo ocurrido con ocasión del procés. Los errores cometidos en el pasado tienen que servir para no volver a cometerlos en el futuro. No debería hacer falta recordarlo, pero los Mossos d'Esquadra son parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad, es decir, son Mossos de España.