La realidad que arrojan los sondeos que publicamos este miércoles en EL ESPAÑOL es meridiana y lo suficientemente elocuente. Con Pedro Sánchez en el Gobierno ha aumentado el pesimismo de los españoles respecto a la coyuntura que atraviesa nuestro país. Y en sólo seis meses.
A día de hoy, un 44,7% de ciudadanos estima que en el 2018 el país ha ido a peor. Una cifra muy por encima de ese 29,8% de la población que creía en enero de 2017 que la situación dejada en el año anterior era “mala o muy mala”.
Ir a peor
Por si fuera poco, las perspectivas para el año que inauguramos no son nada halagüeñas. De hecho, que un 56,6% prevea que la situación política empeorará es un dato escalofriante sobre el que es conveniente reflexionar. Es decir, más de la mitad de los españoles lo tiene claro: las cosas aún pueden ir a peor.
De la catastrófica gestión del asunto catalán y del desprestigio en que han caído no pocos miembros del Gabinete de Pedro Sánchez da muestra una cifra: un 13,60% de los votantes socialistas suspende la gestión de Sánchez. Este índice es más revelador si se suma a ese 21,9% de los votantes de Podemos que también censura el rumbo del Ejecutivo. En suma, el actual Gobierno obtiene una calificación de 3,6; muy lejos del aprobado.
CIS irreal
Los datos son los que son, por mucho que el CIS de José Félix Tezanos, cuyo cese ya ha sido pedido por el Congreso de los Diputados, trate de mostrarnos mensualmente una realidad paralela e inaudita con su barómetro.
Mientras Pedro Sánchez se enroca en la Moncloa, los indicadores sociométricos más fiables revelan que los españoles empiezan 2019 bastante deprimidos. Las urnas deben acabar hablando para curar esta depresión.