Vox ha cedido a sus posiciones maximalistas e investirá como presidente de la Junta a Juan Manuel Moreno Bonilla. Finalmente ha eliminado en su acuerdo con el PP cualquier mención a la "ideología de género" y a los "chiringuitos feministas".
El documento firmado este miércoles por los responsables del PP y de Vox contiene 37 medidas que, en su mayoría, no comprometen a nada. Las dos más contundentes -la creación de una consejería de Familia y la derogación de la Ley andaluza de Memoria Histórica- son papel mojado si Cs no las secunda. Y está por ver que lo haga.
Los inmigrantes
Que Vox no está plenamente satisfecho con el pacto y que pretende dar la sensación de que no ha reculado, lo demuestra la trampa de presentar como parte del mismo la expulsión de 52.000 inmigrantes, pese a que tal extremo no figura en el texto firmado con los populares.
Ahora bien, aunque Vox ha actuado esta vez como comparsa, la formación de Abascal se garantiza la llave de la gobernabilidad en Andalucía con sus 12 escaños. Más si cabe por cuanto el PSOE y Podemos ya han declarado la guerra al aún nonato gobierno que consideran "trillizos reaccionarios" y "ultraderecha filofranquista", en palabras de Irene Montero y Adriana Lastra, respectivamente.
Pragmatismo
En cualquier caso, Vox ha acabado por hacer un ejercicio de pragmatismo al permitir el cambio en la Junta, una posición más inteligente que la mostrada por Pablo Iglesias hace tres años, cuando se abstuvo de respaldar el Pacto del Abrazo que encarnaron Albert Rivera y Pedro Sánchez.
En las manos de Vox está, por tanto, facilitar la legislatura en Andalucía o convertirla en ingobernable en busca de réditos partidistas. El tiempo dirá.