Este miércoles, Podemos ha anunciado el regreso a la primera linea política de su secretario general para finales de marzo, cuando agote su permiso de paternidad. Sin embargo, la forma como se ha publicitado ese retorno se ha vuelto en su contra. El gesto edificante de compartir las labores del cuidado de sus hijos con su pareja, sale así salpicado.   

Poco después de que se difundiese un cartel en el que aparecía Pablo Iglesias, con el puño alzado, frente a la multitud, la formación ha tenido que retirarlo. Y ha hecho bien, aunque el daño ya estaba hecho. La razón, el lema que encabezaba el pasquín, "vuELve", que ha sido criticado por machista en vísperas del 8-M.

Unidas Podemos

Aunque todo se ha atribuido oficialmente a un "error" de comunicación, lo cierto es que, como cuenta hoy EL ESPAÑOL, el partido había guardado con mucho celo la fecha y la forma de la reaparición. Incluido el cartel. Nada pasa en Podemos sin que su líder dé el "visto bueno".

El patinazo se produce, precisamente, en la misma semana en la que su portavoz en el Congreso y número dos, Irene Montero, anunciaba la propuesta estrella de implantar una asignatura escolar "específica" sobre igualdad de género. Y después de que Podemos se haya convertido en "Unidas Podemos" para concurrir a las elecciones.

Contradicciones

Una vez que Pedro Sánchez formó el Gobierno con más ministras del continente y de renombrar a su equipo como "Consejo de Ministras", Iglesias no podía quedarse atrás. Pero en esa carrera se ha precipitado. Y lo ha hecho en un momento de franca implosión del partido, con Íñigo Errejón catapultado como alternativa

En su resbalón afloran las contradicciones de Podemos, que se reflejan en el intento de combinar un exacerbado culto al líder hombre -manifestado en el episodio del cartel- con el afán de capitalizar políticamente la causa del feminismo y de la lucha por la igualdad. Cesarismo y feminismo.