Si la conformación de Ejecutivos autonómicos y municipales se ha convertido en auténtico pandemónium, la primera jornada de la ronda de contactos del Rey con los partidos permite entrever algunos claros. Para empezar, la negativa de Coalición Canaria al PSOE deja la investidura de Pedro Sánchez en manos de Navarra Suma o de los presos separatistas.
Sánchez sería presidente gracias a los votos de Podemos, PNV, Compromís y PRC, siempre que Navarra Suma se abstuviera y los presos suspendidos no dimitieran de su escaño. Y esto, una vez que la Mesa del Congreso ha mantenido la mayoría absoluta en 176 escaños al entender que la situación procesal de los políticos golpistas no afecta a su condición de diputados.
Pacto
El panorama es endiablado: si Oriol Junqueras (en tanto que elegido para la Eurocámara) y el resto de los procesados por el golpe separatista renuncian a sus actas de diputado, correrá la lista y la suma de PP, Ciudadanos, Vox, ERC, JxCat, EH Bildu y Coalición Canaria podría tumbar la investidura de Pedro Sánchez.
Sin embargo, este mismo miércoles Navarra Suma (donde están UPN, PP y Cs) se ha abierto a un pacto que pasaría por la abstención en la investidura a cambio de que el centroderecha gobernase la comunidad, donde la coalición fue la lista más votada de largo el 26-M.
Sentido de Estado
Bien es verdad que el encaje de bolillos es complejo, pues Sánchez habría de lidiar con las reticencias del nacionalismo vasco, que apoya a la socialista María Chivite para la presidencia del Gobierno foral. Y también están los escrúpulos de PP y Cs a facilitar la llegada de Sánchez a la Moncloa. Pero hay que tener presente que aunque el acuerdo entre las tres formaciones de Navarra Suma descarta el voto a favor de Sánchez, el líder de UPN, Javier Esparza, tiene autonomía para ordenar una abstención.
Al final, lo que deben dilucidar PP y Ciudadanos es si permiten que Sánchez sea presidente sin tener que depender del separatismo. Pero es que, además, pondrían al líder socialista ante el espejo de su contradicción: su "no es no" a investir a Rajoy le llevó a dimitir como diputado del PSOE. Ese PSOE que en 2016 -y por sentido de Estado- permitió que el PP gobernara.