Ante la interminable situación de bloqueo que vive España, no son pocas las voces que exigen a Pedro Sánchez que haga gestos de cara a la investidura. Este mismo lunes el ex presidente Aznar le ha reprochado haber convertido la política española en un "laberinto", "en un caos sin aparente salida".
El mensaje de Aznar coincide con un clima de hastío en la opinión pública por la posición de Pedro Sánchez de jugar con los tiempos y apurarlos a su mayor beneficio. Tiene razón el ex presidente cuando considera inaudito e ilógico que el líder del PSOE descargue en el resto de las formaciones políticas la "responsabilidad de conseguir" una mayoría para la investidura.
Estrategia
Se da la circunstancia de que Podemos coincide en el análisis y acusa al presidente en funciones de no haber movido ficha en más de dos meses para lograr los apoyos de cara a la investidura. Lo cierto es que, a día de hoy, sólo se ha granjeado el voto del PRC, la formación de Miguel Ángel Revilla.
Sánchez se ha enrocado en una peligrosa estrategia de agotar los plazos y tratar de desgastar a sus rivales hasta que llegue un momento en el que, por sentido de Estado, se vean impelidos a propiciar su investidura. Pero quien tiene el encargo del Rey de formar Gobierno tiene una responsabilidad y no puede pretender que la oposición le regale la presidencia... y encima con sólo 123 diputados.
Pinza
La "resistencia" de la que alardea Sánchez se traduce en este caso en someter a una tensión insoportable la vida política mientras bloquea su normal ejercicio. No es de recibo que el presidente en funciones no comparezca siquiera ni para dar cuenta de su gestión.
Hoy martes se fija la fecha para el debate de investidura y Sánchez sólo ha dado muestras de inacción estaférmica. Eso ha hecho que se materialice una pinza de la izquierda y la derecha que recuerda -por un momento y en otras circunstancias- a aquella entente entre Aznar y Anguita contra el peor felipismo.