Si algo ha quedado claro tras la optimista segunda jornada del simposio 'Wake up, Spain!' organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y D+I es que la descarbonización de la economía española es ya un objetivo prioritario para las grandes energéticas españolas (Iberdrola, Naturgy, Endesa, Repsol y Cepsa, entre otras) en beneficio de las energías alternativas. Es decir, de aquellas que no dependen de los combustibles fósiles.
La descarbonización, sin embargo, sólo será posible mediante la colaboración del sector privado y las instituciones públicas. Colaboración en la que desempeñarán un papel clave los 140.000 millones de euros de los fondos Next Generation EU, el mayor paquete de estímulo financiero jamás financiado por la Unión Europea.
El objetivo es reconstruir la economía española en función de criterios de eficiencia y de sostenibilidad medioambiental con la lucha contra el cambio climático como telón de fondo. Para ello será prioritario pasar de una economía basada en los combustibles fósiles a una economía basada en la electricidad.
Pero aunque el objetivo a medio y largo plazo está claro, no todos los ponentes, sin embargo, están convencidos de que esa descarbonización pueda ser sustituida al 100%, y a corto plazo, por la electrificación.
No sólo electrificación
Francisco Reynés, presidente de Naturgy, que ha presentado 100 proyectos por valor de 14.000 millones de euros, ha reivindicado el gas como energía válida para el futuro. "Sin negar que es una vía, estamos convencidos de que la electrificación no va a poder alcanzar las últimas esquinas de la sala, por lo que hace falta el gas" ha dicho durante su intervención.
De la misma opinión es el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, que ha anunciado que su empresa ha presentado 30 proyectos valorados en 5.900 millones: "La descarbonización no debe asignarse sólo a la electrificación. La electricidad no tiene solución para los barcos, para los aviones, para la industria del papel. Necesitamos otras energías".
"Vamos a seguir necesitando petróleo en el futuro" ha recordado Josu Jon Imaz. "En el mundo, su consumo sube día a día. Pero tenemos ya proyectos que están utilizando residuos o hidrógeno para crear ecocombustibles. Debemos ser capaces de producirlos cada vez con menos emisiones".
Cambio climático
Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, ha revelado que la energética que dirige ha presentado 150 proyectos por un importe de 21.000 millones de euros. "Proyectos que van desde el hidrógeno verde hasta las energías marinas flotantes".
El hidrógeno ha sido mencionado también por José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, que ha mostrado su confianza en los fondos europeos. "Son muy buenos para proteger ciertas industrias nacientes y oportunidades como la del hidrógeno".
La de arena, sin embargo, ha llegado cuando Entrecanales ha afirmado que los 140.000 millones de los fondos europeos, aunque salvíficos, serán sin embargo insuficientes para la lucha contra el cambio climático.
Muy esperada era la intervención de José Bogas, consejero delegado de Endesa, que ha calificado a su compañía como la "más carbonera" en el pasado. Bogas ha anunciado que Endesa ha decidido ya poner en funcionamiento el plan Futur-E, que le permitirá "cerrar las centrales térmicas y avanzar de manera decidida en la descarbonización y la implantación de las renovables".
Una España competitiva
Uno de los puntos más polémicos de la transición hacia las energías alternativas, limpias y renovables es el papel que jugará la regulación. El consejero delegado de Repsol ha abogado por desvincular la transición energética de "los intereses de la regulación".
Dicho de otra manera. El Gobierno no debería cargar sobre las espaldas de los sectores más eficientes las ineficiencias de otros sectores menos exitosos. "La transición debe plantearse desde la España productiva, desde la España que compite en los mercados internacionales".
En el punto de mira estaba el FNSSE, el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, que trasladará el coste de las primas a las renovables a todas las energéticas. El objetivo final de estas empresas es, más bien, una transición ordenada y gradual hacia las energías alternativas que no pretenda avanzar en sólo unos meses lo que por medio de un proceso natural y menos intervencionista llevaría años.