El asesinato de cuatro mujeres en apenas 24 horas, que se suman a los diez asesinatos del mes de diciembre, han despertado todas las alarmas en el Gobierno. El repunte en las estadísticas de violencia de género hace todavía más insoportable la noticia con la que hoy abre EL ESPAÑOL: cargos de Interior llevan tres años avisando por escrito de la falta de medios para la lucha contra la violencia machista.
Llama la atención el hecho de que al menos dos de los asesinos de las últimas horas estuvieran registrados en el sistema VioGén (Sistema Integral de Seguimiento a Víctimas de Violencia de Género) diseñado para prevenir este tipo de ataques. Otro de los asesinos había sido detenido hace sólo unas semanas por el riesgo de que agrediera a su pareja. En ninguno de los casos el protocolo sirvió de nada a las víctimas.
Datos del Ministerio del Interior publicados por EL ESPAÑOL el pasado 31 de diciembre confirman que desde 2017 han sido asesinadas 171 mujeres incluidas en el plan de protección de Interior. Se trata de mujeres que habían interpuesto previamente una denuncia contra su agresor y que estaban incluidas en el plan de protección ministerial. Es decir, de víctimas sometidas a monitorización y seguimiento.
En esta macabra estadística, 2022 destaca como el año más violento desde 2017. Durante los últimos doce meses, 18 mujeres que habían presentado previamente una denuncia contra su agresor fueron asesinadas por sus parejas o sus exparejas.
Pero si las cifras de asesinatos son intolerables, también lo es el hecho de que un Gobierno que se ha calificado a sí mismo como "el más feminista de la historia" no haya puesto todos los medios, tras tres años de legislatura, para impedir los ataques contra mujeres que están siendo monitorizadas casi al instante por la Policía.
En el sistema VioGén participan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el Ministerio de Sanidad, el de Justicia e Instituciones Penitenciarias, entre otros organismos.
El Ministerio de Igualdad, por su parte, ha destinado cientos de millones de euros a campañas cuyo objetivo no parece tanto el de proteger a las mujeres de sus agresores como el de imponer una visión ideologizada de la violencia contra ellas.
Hoy se ha sabido también que el Gobierno ha renunciado definitivamente a retocar una ley, la del 'sí es sí', que ha permitido ya la rebaja de las condenas o la liberación definitiva de más de 140 violadores y agresores sexuales en apenas tres meses.
Cabe preguntarse, en fin, si el Gobierno está actuando en este terreno con criterios criminológicos y policiales o más bien con criterios ideológicos más adecuados para la batalla por el relato en los medios de comunicación que para la lucha contra la violencia.
El sindicato policial JUPOL ha emitido un comunicado en el que toca algunos de los puntos clave en este terreno.
El primero de ellos, la falta de medios ("hay localidades en las que sólo sale un vehículo a patrullar y que es utilizado íntegramente para la protección de una víctima").
En segundo lugar, la falta de formación de los policías ("la formación no llega y está desactualizada").
En tercer lugar, una mayor inversión en medios de control ("los medios tecnológicos de control son una herramienta muy válida que requiere de una mayor inversión económica, ya que la colocación y la monitorización de las pulseras está externalizada").
JUPOL destaca también en su comunicado la admiración que ha despertado el sistema VioGén en la policía francesa. Se trata de un detalle anecdótico, pero significativo, que demuestra que el problema no está tanto en el diseño del sistema de protección como en la falta de medios humanos y tecnológicos para implantarlo en toda su extensión.
EL ESPAÑOL considera que el de la violencia contra las mujeres es un problema que requiere ser abordado desde varios ángulos: el de la prevención y el de la concienciación, desde luego, pero sobre todo desde una perspectiva criminológica en la que la experiencia de quienes deben lidiar a diario con esta realidad, es decir los agentes de policía, sea atentamente escuchada y atendida.
Sería de agradecer, en fin, un enfoque menos ideologizado y más centrado en la realidad social y criminal de los agresores. En cuanto a la falta de medios, ¿cuál es la excusa del Gobierno en un año en que los ingresos por impuestos han crecido hasta cifras récord gracias a la inflación y la resiliencia del sector privado?