Si la desgracia se ensañó con 75 municipios de Valencia y sus alrededores, arrasados por las riadas torrenciales del 29 de octubre, a algunos de ellos les ha sonreído la fortuna este domingo.
En la zona cero de la DANA se han repartido tres millones de euros del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad 2024. La reabierta administración número 5 de Catarroja, inundada entonces casi hasta el techo, vendió un tercer premio, una serie agraciada con 500.000 euros.
En Paiporta, otra de las localidades de las más devastadas, ha caído un cuarto premio, de 200.000 euros por serie, y un quinto premio de 60.000 euros. El azar se antoja casi providencial si se repara en que las dos administraciones que han repartido premios están separadas por un trayecto de 280 metros que discurre sobre el barranco del Poyo, cuya descomunal crecida fue la responsable de la tragedia.
Precisamente en la administración de lotería del Centro Comercial Bonaire de Aldaia, célebre por haber visto su parking anegado, dejó una serie el número premiado con el cuarto premio. También se han beneficiado del sorteo otros municipios del área catastrófica como Alfafar, Sedaví, y Riba-roja.
Los "décimos manchados de barro" fueron los que mejor se vendieron, con cifras diez veces más altas de lo normal. Lo cual revela no sólo el ejercicio de solidaridad de los voluntarios con los negocios afectados por la DANA, sino también la fe en que el cruel infortunio de la gota fría atrajese la suerte de la lotería como compensación.
A esta tímida reparación simbólica se le ha añadido la visita de la Familia Real a Catarroja este domingo, en una visita privada y sorpresa que, además de alentar a los dolientes, contribuye a mantener viva la memoria de uno de los mayores desastres naturales de la historia de España.
En cualquier caso, la lluvia de millones que debió caer sobre los municipios afectados por la DANA no es la de la Lotería, sino la de las partidas de la reconstrucción. Y sin embargp han recibido antes los millones del sorteo de Navidad que los presupuestados por el Gobierno. Las ayudas previstas en los tres reales decretos aprobados hasta la fecha por el Ejecutivo central llegan con cuentagotas.
El farragoso sistema de tramitación lastra enormemente la agilidad con la que deberían poder solicitarse ayudas tan urgentes. Hasta el punto de que los plazos de algunos subsidios pueden vencer antes de haber sido siquiera percibidos.
Y no menos parsimoniosa es la entrega. De las 28.000 solicitudes cursadas por daños materiales y personales, sólo se han concedido 815, el 3%. Únicamente cuatro familias de doscientas han cobrado la indemnización por sus víctimas mortales. Y la mayoría de bonificaciones se encuentran en un estado muy primitivo de ejecución.
Además, en muchos casos las cuantías contempladas prometen ser insuficientes. Como desgranó EL ESPAÑOL, de los 16.000 millones "movilizados por el Gobierno" para los afectados por la DANA, la cantidad real de ayudas directas que va a dar el Estado no llega ni a la mitad.
Por mucho que el Ejecutivo asegure que, del total prometido, 12.000 millones sí "son ayudas directas", las cuentas no salen. En virtud de su falta de transparencia acostumbrada, es incierto cómo el Estado va a cumplir con esos 12.000 millones prometidos en ayudas directas a los damnificados. De momento se han abonado menos de 300.
Bien está que lo que algunos tomarán por un vuelco del destino haya sido propicio con Valencia. Pero la auténtica reparación de la que deben ser acreedores los valencianos no es la de la gracia caprichosa de las administraciones de lotería, sino la que están obligadas a conceder a las Administraciones públicas.