Me llamo Escarlata Gutiérrez y soy fiscal en Manzanares, Sección Territorial de la Fiscalía Provincial de Ciudad Real, desde que tomé posesión en julio de 2013. Escribo estas líneas para acercar al lector el día a día de un fiscal de "trinchera" y para precisar una serie de cuestiones polémicas sobre nuestra institución.
Dentro de nuestra carrera llamamos "trincheras" a la fiscalías de los juzgados de instrucción o mixtos (Primera Instancia e Instrucción), donde te toca hacer mil señalamientos de juicios, guardias y las causas que se acumulan en tu despacho podrían sepultarte vivo si no fuese porque dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a sacar el trabajo.
Nuestro día a día como fiscales está muy alejado de la imagen que transmiten los medios de comunicación de nuestra institución. En este texto me gustaría contar lo que yo hago y sobre todo lo que veo hacer a mis compañeros, que para mí son un ejemplo a seguir.
En la Sección Territorial de Manzanares somos 5 Fiscales para 8 juzgados mixtos (3 de Alcázar de San Juan, 3 de Tomelloso y 2 de Manzanares) que abarcan un total de 89.000 habitantes (18.000 habitantes por fiscal), distribuidos en 15 municipios dentro de estos 3 partidos judiciales. De manera que cada uno de nosotros lleva un juzgado y medio, salvo nuestro coordinador que lleva dos. En 2016 en la Sección Territorial se despacharon un total de 8.300 asuntos, aproximadamente 1.650 asuntos por cada fiscal.
¿En qué consiste nuestro día a día?
1.- Señalamientos. Tenemos cada semana unos 2 o 3 señalamientos, bien de juicios por delito leve (antiguas faltas), bien de juicios civiles o bien de juicios penales. Los juicios por delito leve y los civiles los hacemos en los juzgados que llevamos, en mi caso Tomelloso y Manzanares. Los juicios penales los hacemos en Ciudad Real. Tomelloso y Ciudad Real están a 50 kilómetros respectivamente de nuestra sede en Manzanares, con lo que perdemos mucho tiempo en desplazamientos.
2.- Guardias. Hacemos una guardia cada 5 semanas, la guardia dura una semana y tienes que estar disponible para que te llamen las 24 horas de esos siete días. Todos nos hemos quedado más de una vez hasta la noche con detenidos por algún asunto o en alguna ocasión hemos tenido que ir de madrugada al levantamiento de un cadáver.
3.- El despacho de causas: es lo que nos lleva más tiempo. Supone nuestra intervención en penal, civil y Registro Civil. Nuestra intervención más fuerte se da en penal, donde colaboramos estrechamente en la instrucción de la causa, pidiendo diligencias de investigación y una vez concluida ésta formulamos escrito de acusación para ir a juicio oral, o si no hay suficientes indicios pedimos el sobreseimiento (archivo) de la causa. En el ámbito civil intervenimos fundamentalmente en los procesos de familia en los que hay menores y en los procesos de incapacitación, donde solemos interponer nosotros la demanda.
4.- La especialidad. Prácticamente todos los fiscales estamos especializados en alguna materia específica: delitos contra la hacienda pública, medio ambiente, siniestralidad laboral, civil, violencia de género, menores... En mi caso soy adjunta a criminalidad informática y aunque me encanta la materia tengo que sacar ratos de mi tiempo libre para poder estudiarla. Mi compañera de despacho es adjunta a civil y, además de todo el trabajo que tenemos, dos días al mes se va con su propio coche a visitar residencias de ancianos y centros de discapacitados en la provincia de Ciudad Real para ver en qué estado se encuentran estas personas y atender, en la medida de lo posible, sus necesidades.
Para mí esto se traduce en levantarme todos los días a las 6.15 horas y estar de vuelta a casa a la 17.00, pero ahí no acaba mi jornada: en casa tengo que seguir trabajando bastante, porque no nos da tiempo a hacerlo todo en el despacho. Así que sigo trabajando hasta las 19.00 horas, donde ya me ocupo de mis hijos. Tengo que trabajar igualmente todos los fines de semana y aún así tengo mucho trabajo pendiente.
¿Cuáles son nuestros medios materiales?
Nuestra Sección Territorial está en los Juzgados de Manzanares, el edificio de este juzgado se construyó en los años 60 y está en muy malas condiciones. Nosotros compartimos despacho, salvo el coordinador, y además nuestro despacho sirve de paso al de las compañeras. De modo que la concentración es prácticamente imposible, debido al gran tránsito de gente. Por no hablar de la poca intimidad con que contamos cuando tenemos que reunirnos con algún abogado o con la Policía Judicial para comentar algún asunto.
Pese a que existe calefacción, el edificio es tan antiguo que es muy difícil que se caliente, de modo que hemos tenido que comprarnos con nuestro propio dinero radiadores y pese a eso, hay días que hace tanto frío que yo he tenido que trabajar con el abrigo puesto. Y por supuesto, como ocurre en muchas fiscalías por desgracia, tenemos un carrito de la compra de un supermercado para transportar las causas. Hemos pedido en varias ocasiones un carro específicamente habilitado para esta función, pero nos han dicho que no hay presupuesto.
Nuestros medios personales en Manzanares son 3 funcionarios de tramitación procesal y 1 auxilio judicial, sin cuyo trabajo nos sería imposible funcionar.
¿Cómo se llega a ser fiscal?
Para ser fiscal hay que superar una oposición compuesta por tres ejercicios: uno tipo test y dos ejercicios orales. Nos examinamos de un total de 320 temas (según la última convocatoria de 2016). Una vez aprobados los tres ejercicios, vamos eligiendo por orden de nota obtenida pertenecer a la carrera judicial o a la carrera fiscal. Una vez efectuada esta elección, los jueces comienzan su período de formación en la Escuela Judicial que dura dos años y los fiscales realizamos nuestra formación durante un año en el Centro de Estudios Jurídicos.
El tiempo medio para aprobar nuestra oposición son 5 años; hay compañeros que han estado menos y otros que han estado mucho más, y no puedo transmitir en estas líneas el coste personal y material que implica la preparación, quedándose por desgracia muchos compañeros opositores por el camino.
¿Cuánto cobramos?
No puedo entrar en lo que cobran cada uno de mis compañeros porque lo desconozco. Hay determinadas regiones, como los territorios insulares, donde existen complementos salariales; no es el caso así de Castilla-La Mancha, donde yo cobro 2.350 euros netos al mes, y cuando hacemos una guardia (que sucede cada cinco semanas) cobramos 150 euros más por la misma, de modo que la hora de guardia se paga a menos de 1 euro.
No cabe duda de que con la situación actual que hay en nuestro país es un buen sueldo, pero somos de los altos cuerpos de la Administración del Estado que menos cobramos, superándonos en salario por ejemplo los abogados del Estado. En los despachos de abogados o en la empresa privada cobraríamos bastante más, como es natural, así que ninguno estamos aquí exclusivamente por el sueldo.
¿Por qué soy fiscal?
Somos fiscales -y hablo en plural porque conozco las motivaciones de muchos de mis compañeros- porque nuestro oficio es de los más importantes dentro de la Administración de Justicia y a la vez de los más desconocidos.
Somos los garantes de la legalidad y de los derechos de los ciudadanos, en especial de los más vulnerables como los menores e incapaces. Aunque parezca difícil de entender, tenemos el mismo interés en que se condene al culpable como en que se absuelva al inocente. No cobramos más por formular acusación contra una persona o conseguir una condena en un juicio.
No conozco ni un solo compañero que no esté en nuestra carrera por la ilusión de trabajar día a día en contribuir a un correcto funcionamiento de la Administración de Justicia y en defender ante todo los derechos de los ciudadanos, aunque esos mismos ciudadanos, sus representantes parlamentarios y los medios de comunicación se empeñen en descalificarnos perpetuamente.
Las polémicas con los fiscales
Una vez explicado el día a día de muchos fiscales, me gustaría aclarar algunas cuestiones de nuestra institución y su funcionamiento que más polémica han generado en los medios de comunicación y entre la población:
1.- Durante mis cuatro años de ejercicio profesional, si bien he recibido consejos jurídicos de mi fiscal jefe y de mis compañeros veteranos, nunca he recibido una orden de mis superiores que me haya obligado a cambiar mi criterio. En dos ocasiones he tenido imputados a alcaldes de un par de localidades importantes de mis partidos judiciales y en ambos casos mi fiscal jefe ha respetado mi valoración jurídica, que por supuesto he tomado con independencia del partido político al que pertenecían, que ni si quiera a día de hoy sé cuál era.
Transmitir una imagen de la institución como completamente jerarquizada donde recibimos más órdenes que un ejército, además de no corresponderse con la realidad, no beneficia a nadie, sólo conseguimos reducir la poca confianza de por sí existente en nuestra institución.
2.- La dependencia jerárquica y la unidad de actuación existen para que todos los fiscales realicemos una actuación unificada a nivel nacional, porque no sería justo que, por unos mismos hechos, en Tarragona el fiscal pidiese el sobreseimiento de la causa, en Madrid pidiese 6 meses de prisión y en Cádiz 1 año. Y si no existieran estos principios sería imposible articular una actuación coordinada en todo el territorio nacional. En cualquier caso priman sobre todos nuestros principios los de legalidad e imparcialidad, que tenemos muy presentes en todas nuestras actuaciones.
3.- Los tribunales no sólo absuelven a la infanta. He oído, a raíz de este polémico proceso, que seguro que al que roba gallinas -por ejemplo- le condenan a prisión. Me sorprende esta visión de la justicia porque son muchos los casos en que los tribunales absuelven a los ciudadanos de a pie. Por poner un ejemplo reciente, me han notificado una sentencia relativa a un supuesto en el que los dos acusados tenían en su domicilio una plantación de marihuana, donde las plantas tenían un peso neto superior a 12 kilos, existía una habitación construida por ellos que era un secadero y además habían puesto fotos de las plantas en su perfil de Facebook. El juez ha decidido absolverlos porque a su parecer no ha quedado acreditado que la planta fuera destinada al tráfico a terceras personas. Así que me he pasado buena parte del fin de semana preparando un recurso de apelación contra esta sentencia en vez de disfrutar con mis hijos y mi marido.
4. Supongo que es por todos conocido que el fiscal general, José Manuel Maza, como magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, fue el ponente del auto de 13 de abril de 2016 en el que se acordó archivar la querella de Manos Limpias contra dos parlamentarios y el partido político Podemos, por diversos delitos, entre otros financiación ilegal con fuentes procedentes de Irán, en la misma línea que siempre sostuvo el Ministerio Fiscal.
No cabe duda que dicho auto está fundado en Derecho, pero cuando Maza avala la decisión de no continuar con el proceso contra el presidente de Murcia, perteneciente al Partido Popular, surge la opinión generalizada de que tal decisión no esta fundada en Derecho y que responde a una orden del Gobierno. Y yo me pregunto: Como se trata de un fiscal general elegido durante un Gobierno del PP, ¿todos los fiscales tenemos que ir contra los miembros de este partido, aunque no haya criterios jurídicos que sostengan tal actuación, sólo para que no se sospeche que recibimos órdenes del Ejecutivo? Si así fuera, tendríamos que apartarnos del principio de legalidad y actuar en la causas en las que estén implicados miembros de este partido con unos criterios distintos que los que usamos para el resto de los ciudadanos. No lo entiendo.
Desde mi punto de vista nuestra actuación se debe inspirar en la legalidad, tengamos a quien tengamos delante, y no tratar peor a los miembros del partido político que gobierna para evitar la sospecha de que nuestra actuación viene motivada por una orden del Ejecutivo.
Si los parlamentarios, como representantes de los ciudadanos, quieren cambiar el sistema de elección del fiscal general del Estado me parece completamente lícito. En este caso deberían llegar a un acuerdo en este sentido y aprobar las leyes pertinentes. Pero si no están realizando ninguna actividad en esta línea, no veo la utilidad de criticar, atacar e incluso pedir la dimisión de un jurista de reconocido prestigio, de cuya imparcialidad jamás se ha dudado hasta que llegó a la cabeza del Ministerio Fiscal.
Con todo esto no quiero decir que el funcionamiento de nuestra institución sea perfecto ni mucho menos; hay cosas que deberían cambiar, que hacemos mal, pero nuestra función es tan importante y bonita, llena de profesionales tan bien preparados, con ganas e ilusión de trabajar por los ciudadanos, que no nos merecemos los ataques constantes que recibimos. Tenemos cierta predisposición a adoptar una actitud sumisa frente a estos ataques, a no defendernos y explicar nuestra postura, pero ya está bien de agachar la cabeza, los fiscales tenemos que tenerla bien alta y estar bien orgullosos del trabajo que desempeñamos. Como he oído decir a mis compañeros, podrán quitarnos todo, atacarnos, ponernos trabas, pero nunca podrán quitarnos la ilusión.
Así que les pido a todos que recuerden que cuando se lanzan ataques tan fuertes a la institución o a nuestro máximo representante que es el fiscal general, nos están haciendo daño a todos y cada uno de nosotros, incluidos los "fiscales de trinchera", y ni nosotros ni nuestra institución lo merecemos, porque nos estamos dejando la piel día a día por velar por los intereses de los ciudadanos.
*** Escarlata Gutiérrez Mayo es fiscal de la Fiscalía Provincial de Ciudad Real, Sección Territorial de Manzanares.