¿Latinos con Trump?
La autora reflexiona sobre al apoyo de los hispanos a Trump, sorprendentemente alto si se tiene en cuenta alguna de sus medidas contra la inmigración, como la de levantar un muro con México.
Cuando estudié ciencias políticas en UCLA a finales de los 80, hubo una pregunta que desató un acalorado debate en torno al crecimiento del voto latino: ¿Por qué partido se decantaría? Por supuesto, la pregunta constituía en sí misma un gran error, pues los latinos son un grupo amplio y diverso. Pero aún así discutimos sobre qué partido estaba mejor posicionado para atraerlos, en general, y muchos de nuestros profesores se inclinaron por los republicanos porque, según su argumento, los latinos eran en su mayoría católicos y por lo tanto socialmente conservadores.
Como en un flash, 30 años después estamos ante Trump, un presidente obsesionado con construir un muro para impedir el paso a, entre otros, los "violadores" que según dice están enviando los mexicanos a través de la frontera. Y desafía el sentido común imaginar que los latinoamericanos quieran tener algo que ver con este Partido Republicano, y mucho menos votarle. Sin embargo, está claro que no todos los latinos rechazan a Trump y, de hecho, muchos -quizás incluso en suficiente número como para darle una victoria en 2020- le apoyan.
Empecemos por los datos. En enero, un colega de la Universidad Europea me preguntó si había visto la encuesta que mostraba que el 50% de los votantes latinos aprueban a Trump. Me reí y le dije que eso no era posible, y le pedí que me enviara el enlace, cosa que hizo. Se trataba de una conclusión extraída de la reputada encuesta de PBS NewsHour / NPR / Marist, y el dato latino que tuiteó Trump dio muchos titulares. Pero había motivos para rebatir su análisis: la encuesta tenía como objetivo detectar el índice de aprobación general de Trump y contaba con una buena muestra de 1.023 encuestados. Pero sólo 153 de ellos eran latinos (sin mencionar que sólo se usó el inglés en el sondeo), lo que dio a esa parte de la encuesta un margen de error muy amplio (9,9%).
Por lo tanto, tengan cuidado si desean desligar esa cifra y utilizarla por sí sola, ya que podría oscilar, en realidad, entre el 40% y el 60%. Y si Trump citó un incremento de 19 puntos de apoyo en relación al año anterior (de quién sabe qué encuesta), el salto fue realmente de 23, pero insisto, hay que tener presente que en esa encuesta sólo había un 10% de latinos, más o menos. De hecho, utilicé el caso para comenzar mi clase de opinión pública de este semestre, ya que es perfecto para mostrar que hay que leer la letra pequeña de este tipo de estudios.
Ahora bien, aun cuando hay que poner la cifra en cuarentena debido al bajo tamaño de la muestra, no puede negarse que Trump tiene una base sólida de apoyo latino, aunque no sea mayoritario. Ganó el 28% de ese voto en 2016, unos 10 puntos más de lo que las encuestas a pie de urna predijeron. Podría parece un números bajo, especialmente si se tiene en cuenta que desde la victoria de George W. Bush en 2004 la experiencia demuestra que los candidatos presidenciales republicanos necesitan alrededor del 40% del voto latino para llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, debido a la aritmética electoral, Trump fue capaz de lograr el objetivo con un 12% menos que en 2016. Esto es extremadamente importante para comprender lo que puede suceder en 2020.
La pregunta del billón es por qué tantos latinos apoyan a este hombre que ha sido tan ofensivo y grosero con ellos
En un análisis reciente para Politico, David S. Bernstein escribe que Hillary Clinton podría haber ganado tanto en Florida como en Michigan si hubiera conseguido sólo un 3% más de los votos latinos en esos estados. Así pues, un número muy pequeño de voto latino en zonas puntuales puede traducirse en victoria para los republicanos, mientras que los demócratas han puesto en juego toda su estrategia en lograr porcentajes muy grandes de voto latino. Si Trump es capaz de acercarse a ese mágico 40% de votantes latinos en 2020, se aseguraría otros cuatro años en la Casa Blanca.
Esto nos lleva a la pregunta del millón de dólares: ¿existe realmente una tendencia al alza del apoyo latino a Trump? Aunque el índice de aprobación de Trump parecía estar repuntando en febrero hacia ese 40%, según la encuesta de Politico-Morning Consult, ha disminuido desde entonces. Pero los latinos son, en general, mucho más favorables a Trump (30-40%) que los votantes negros (15-25%). De hecho, el promedio de apoyo latino a Trump que ofrecen las encuestas -desde la de Economist/YouGov a The Hill o Reuters/Ipsos- es del 35%. Y aunque la cifra pueda parecer baja, pues significa que una mayoría del 65% le desaprueban, es muy buena para Trump si (y es un gran si) ese porcentaje traduce en votos.
La pregunta del billón es por qué tantos latinos apoyan a este hombre que ha sido tan ofensivo y grosero con ellos como grupo. Pero claro, estamos hablando de 29 millones de votantes, un 11% del total de los votos en 2018, e intentar agruparlos en un conjunto homogéneo resulta ridículo. La razón más convincente hay que seguir buscándola en el conservadurismo social. Para muchos latinos, temas como el aborto y los impuestos son más importantes que la propia inmigración. Además, una parte cada vez mayor de los latinos son evangélicos, el núcleo de partidarios más fervorosos de Trump.
Hay que ser conscientes de que la inmigración y el muro no son hoy el asunto que más preocupa a los votantes, y los latinos no son una excepción. El manejo que Trump está haciendo de la política con Venezuela, guiado aquí por el senador Marco Rubio, le está granjeando el apoyo de muchos venezolanos y cubano-americanos y, por lo tanto, ya se está allanando el terreno en Florida para 2020.
Los republicanos en California perdieron la mayor parte del apoyo latino durante la década de 1990 al presentar proyectos de ley como la proposición 187, que negaba a los inmigrantes ilegales la atención médica que no fuera de emergencia, la educación pública y otros servicios públicos, lo cual fue declarado inconstitucional. Pero recientemente han elegido a Jessica Patterson, una latina de 38 años, como su nueva presidenta en ese estado. La lucha de décadas por el voto latino está lejos de terminar y cuál sea su posición será decisivo para determinar quién reina en 2020.
*** Alana Moceri es analista de relaciones internacionales, escritora y profesora de la Universidad Europea de Madrid.