1. Primera regla: Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Algo tiene que cambiar para que todo siga igual. Tú eres el cambio que perpetúa el régimen.
2. El franquismo tenía a los obispos y los funcionarios del régimen. El pedrettismo tiene a los periodistas y los funcionarios del humor.
3. Tú eres de estos últimos, aunque también deberías tener un poco de beato a oscuras. El onanismo lo llevas de serie, así que este punto no debería suponerte mayor dificultad.
4. Segunda regla. La disidencia es, como el sexo biológico, un estado mental.
5. Fíngete transgresor aunque tus programas se emitan en las televisiones del régimen y estén patrocinados por campeones de la insurrección como Telefónica, Hyundai, Coca-Cola, Amazon o MacAndrews & Forbes.
6. Tu función es la de bufón de la corte, pero también se te exige algo más. Convertirte en la correa de transmisión de las consignas del régimen en un formato menos obvio que el de las ruedas de prensa del presidente: el formato del humor.
7. Tú eres el encargado, en resumen, de añadirle sacarina a los caprichos del monarca para facilitarle la digestión de las consignas al pueblo.
8. Que seas el BOE del humor no te obliga a calzar manguitos. Puedes vestir tejanos. Incluso americana y corbata, aunque siempre de forma irónica.
9. Un pasado como matón escolar te será de ayuda a la hora de identificar al eslabón más débil de los enemigos de tus amos. Una vez identificado este, sé despiadado con él.
10. Sé consciente del poder para destrozar vidas ajenas que te confiere tu condición de figura pública y utilízalo a conveniencia y con todo el cinismo del que seas capaz.
11. Si alguien te reprocha el daño causado por tus palabras, di que tú sólo haces humor.
12. Recuerda. Puede que tus escrúpulos morales te frenen en un primer momento, pero esto es una guerra y la destrucción de las reputaciones ajenas sólo remuerde la conciencia las primeras veces.
13. Evita los rivales más fuertes. Finge que no existen.
14. Convierte a los más débiles en supuesto emblema de la ideología de los enemigos de tus amos. Colará entre aquellos con un cociente intelectual igual o menor al tuyo.
15. Recuerda que a tus amos debe juzgárseles por la mejor de sus intenciones y a sus enemigos, por el peor de sus resultados.
16. Si un disidente ironiza sobre tus tabúes ideológicos, repróchaselo con cara de pocos amigos y alude al sufrimiento de una víctima cualquiera.
17. Si te responde con seriedad, replícale con alguna broma sobre culos.
18. En el primer caso, quedara como un frívolo. En el segundo, como un carcamal amargado.
19. La fidelidad al régimen conlleva una serie de privilegios. Entre ellos, el de la posibilidad de disociar tu conducta personal de los valores que defiendes en público.
20. Defraudar a Hacienda no sólo no será visto como una mancha en tu historial, sino que te dotará de la autoridad moral del experto a la hora de reprocharle a los trifachitos su insolidaridad fiscal.
21. Dado que tu función es vender las consignas del régimen en un lenguaje menos institucional que el oficial, sé imaginativo a la hora de barnizar tus sermones con el bling-bling de la gilipollez contemporánea.
22. No digas ricos, di cayetanos. No digas el chico que me gusta ni mucho menos el pavo que me mola, sino mi crush. No te rías como un ser humano funcional, di LOL.
23. Como regla general, procura hacerte inteligible para un niño de 8 años e incomprensible para un adulto de 88. Ese es tu rango. El de un juguete de Fisher-Price.
24. Bajo ningún concepto, lo repito, bajo ningún concepto, bromees, ironices o insinúes el menor asomo de sátira sobre los tabúes de la verdadera clase dominante.
25. En caso de duda, recuerda que nunca es el qué, sino el quién.
26. Como regla general, recuerda que todo es posible objeto de ridiculización, siempre y cuando pueda ser identificado con el Goldstein del momento.
27. Si encuentras ese vínculo, ancha es Castilla y nada queda fuera de tu alcance: mujeres, niños, discapacitados, víctimas del terrorismo.
28. Hasta el acoso de embarazadas es divertido si se trata de embarazadas de derechas.
29. Las víctimas del Covid-19 deberían ser objeto de mofa preferente aunque sólo sea por haberse muerto en el preciso instante en que gobiernan tus amos, afeando su inmaculada hoja de servicios.
30. Vamos, que se han muerto a propósito, para joder a tus señoritos, y eso exige un castigo.
31. Invéntate un chiste sobre las ventajas de morir ahogado y sin respirador mientras las enfermeras se graban un TikTok bailando a tu alrededor, y suéltalo en el entierro del finado.
32. Si alguien te reprocha el mal gusto, llámale cuñado. Eso generará enormes cantidades de LOL.
33. Sé original. No cargues las tintas contra los objetivos habituales: curas, políticos de derechas, víctimas del terrorismo y Franco. Hazlo contra monjas, políticas de derechas, víctimas de la epidemia y Donald Trump. Tus espectadores agradecerán que les sorprendas con nuevas versiones de tus vetustas neurosis ideológicas.
34. Si hueles a disidencia –la verdadera, no la tuya– aplástala de inmediato antes de que se reproduzca.
35. Recuerda que cada consigna que logres colar en tu programa como si fuera una broma mordaz alargará tu contrato como bufón de la corte un par de meses más. Cada traidor detectado y etiquetado con éxito como facha, tres meses más.
36. El eje central de tu arte debe de ser el hombre de paja. Y no hay mayor hombre de paja que el fascista.
37. Da igual que no hayas visto un fascista en tu vida y que el fascismo sea hoy minoritario, cuando no lisa y llanamente irrelevante.
38. Actúa como si los fascistas, y hasta los nazis, camparan por doquier y amenazaran las libertades civiles presuntamente conseguidas por los mayores criminales del poblado panteón de criminales de la izquierda.
39. Eso ayudará a desviar la atención del hecho, irrefutable, de que la única amenaza a las libertades civiles realmente existente son tus amos.
40. Defiende la tesis de que el humor no debe tener límites, pero guárdate mucho de reírte sobre el islam.
41. Cuando decapiten a uno de tu gremio por una caricatura, escandalízate durante unos segundos. Y luego haz un chiste de curas.
42. Hazlo aunque sólo sea por despejar todas las dudas que puedas haber generado tras defender una libertad de esas que los fachas defienden con más sinceridad que tus amos.
43. En general, condúcete por la vida como el cobarde que eres.
44. Y recuerda, no necesitas talento y ni siquiera resultar gracioso. Sólo obedecer las órdenes. El resto llegará por sí solo.