No a la cooficialidad del asturiano
La línea actual de apoyo a la cooficialidad del bable convierte al PSOE en el caballo de Troya del nacionalismo, al ponerse a su servicio para engendrar artificialmente un conflicto lingüístico y político que hasta ahora no hemos tenido.
No a la cooficialidad del asturiano. Sin eufemismos ni dobleces. El mismo rechazo que muestra más del 90% de la sociedad asturiana.
En el Partido Popular estamos orgullosos de nuestro patrimonio cultural, amamos nuestra tierra y lo demostramos con hechos. Sólo hemos gobernado una vez en Asturias en toda la democracia y sólo en ese momento el bable fue recogido y protegido en nuestra legislación autonómica.
La cooficialidad de la llamada llingua o asturiano (mezcla o amagüesto de los diferentes bables de la región) supone imponer obligaciones y cargas a todos los asturianos para satisfacer los intereses de un pequeño lobby, que espera así ver incrementada exponencialmente su influencia, sobre todo a la hora de colocar a personas afines en la región con la tasa de actividad más baja de España.
En una comunidad autónoma que económicamente se encuentra en coma inducido por el socialismo, la capacidad de desarrollar un macrochiringuito proveedor de puestinos, como decimos en Asturias, supone entregar a este grupo de presión un poder inmenso, sufragado por los maltrechos bolsillos de todos los asturianos, en medio de una crisis económica y social sin precedentes.
Pero es que, además, todo ese poder se entregaría a un sector, marginal en la sociedad asturiana, pero que tiene un proyecto político nacionalista muy claro y cuyos miembros están decididos a imponer en Asturias a cualquier precio, sobre todo porque ellos no lo pagan, sino que lo reciben.
Y, no menos importante, este proyecto político nacionalista está controlado y dominado por la extrema izquierda, que está usando al PSOE asturiano, e incluso a algunos regionalistas que se dicen liberales, como tontos útiles o compañeros de viaje, por usar la terminología leninista.
"La cooficialidad que promueve Barbón supone poner las instituciones autonómicas asturianas al servicio de unos nacionalistas marginales"
En este sentido, la responsabilidad de la actual Federación Socialista Asturiana es enorme. Al alinearse con la estrategia sanchista de asumir la agenda política de la izquierda radical y el separatismo, Adrián Barbón está rompiendo la tradición política del socialismo asturiano que, inteligentemente, siempre rechazó dar alas a las aspiraciones de estos grupúsculos, por sus efectos disolventes a medio y largo plazo para la sociedad y para el propio PSOE.
La línea actual de apoyo a la cooficialidad del bable convierte al PSOE en el caballo de Troya del nacionalismo, al ponerse a su servicio para engendrar artificialmente un conflicto lingüístico y político que hasta ahora no hemos tenido, pero que se vendría a sumar a los numerosos problemas de orden económico y social que ya sufre Asturias.
La cooficialidad que promueve Barbón supone poner las instituciones autonómicas asturianas al servicio de unos nacionalistas marginales, que disfrutarán de un terreno abonado para el cabildeo y de un trampolín de fondos públicos para dar el gran salto adelante que hasta ahora las urnas siempre les han negado en Asturias.
No existe “cooficialidad amable”, como les gusta denominarla a Adrián Barbón y Adriana Lastra.
Es sencillamente una acción política de consecuencias irreversibles que fractura una sociedad unida como la asturiana, que no demandan los asturianos y que tiene un alto coste económico.
El Tribunal Constitucional ha determinado con toda claridad que las lenguas oficiales en un territorio tienen régimen jurídico similar, es decir, por ejemplo: la asignatura del asturiano pasaría a ser obligatoria en lugar de voluntaria, la Administración tendría que ser bilingüe y los empleados con puestos de atención al público deberían saber asturiano o se podría plantear una legislación administrativa con incidencia en el comercio y actividades económicas.
"Nos oponemos frontalmente a la cooficialidad del asturiano y a cualquier experimento de ingeniería social nacionalista"
Con el nacionalismo del siglo XXI pasa lo mismo que con el socialismo del siglo XXI: son iguales que los del siglo XX, pero más aburridos, porque ahora ya sabemos cómo terminan.
Los asturianos debemos escarmentar en cabeza ajena y poner pies en pared ante quienes pretenden reproducir artificialmente en Asturias modelos alejados de la realidad sociolingüística de nuestra región, que es completamente diferente a la de otras comunidades autónomas con lenguas cooficiales.
Con el peligro añadido, insisto, de que en Asturias la mano que mece la cuna es la de los grupúsculos de izquierda radical y separatista, que ven en la lengua no un elemento cultural y de comunicación, sino una herramienta política más para el control de la sociedad, a través del dominio de las administraciones públicas, la enseñanza y los medios de comunicación.
La posición oficial del Partido Popular sobre esta cuestión es nítida y no deja lugar a dudas ni a ambigüedades: por todas las razones expuestas, nos oponemos frontalmente a la cooficialidad del asturiano y a cualquier experimento de ingeniería social nacionalista.
Nuestro modelo es el de la Ley de Uso y Promoción del Bable, ley del Partido Popular aprobada por amplio consenso en el año 98 y ajustada a nuestra realidad sociolingüística, que ampara el legado histórico y cultural de Asturias, en todas las variantes y modalidades lingüísticas que se dan a lo largo del territorio asturiano, sin obligaciones ni cargas adicionales para los ciudadanos y sin la aplicación de rodillos normalizadores ni inmersiones lingüísticas.
Es en su desarrollo y aplicación donde el PSOE siempre podrá encontrarnos, para el diálogo y la defensa del interés general de Asturias, pero nunca para la imposición de los intereses particulares de unos cuantos sobre la mayoría de la sociedad asturiana.
*** Paloma Gázquez Collado es diputada del Partido Popular por Asturias en el Congreso de los Diputados.