Rafa Nadal en el Open de Australia.

Rafa Nadal en el Open de Australia.

LA TRIBUNA

Rafa Nadal no ha nacido en la misma España que nuestros políticos

Rafa Nadal es ya el mejor tenista de la historia. Quizá uno de los mejores deportistas de todos los tiempos. ¿Pero por qué existe tanta distancia entre la calidad de nuestros deportistas y la de nuestros políticos? 

2 febrero, 2022 00:20

A media tarde del domingo, la noticia de la victoria de Rafa Nadal en el Open de Australia recorrió los confines del planeta global, con cientos de mensajes nacionales e internacionales alfombrando las redes. El deportista más querido de España acababa de ganar su vigésimoprimer Grand Slam, lo que le convierte en el mejor tenista de la historia. No en vano Twitter se ha inundado de mensajes llamándole GOAT, que no significa cabra, sino Greatest Of All Time: el Mejor de Todos los Tiempos.

2022 se estrenó con la variante del coronavirus ómicron en pleno auge, pero también con el frustrado intento del tenista serbio Novak Djokovic (considerado el número 1) de entrar en Australia para participar en el primer campeonato del año de los cuatro Grand Slam (con Roland-Garros en mayo-junio, Wimbledon en junio-julio y el Open USA en agosto-septiembre).

Cuál no sería la sorpresa general cuando, tras aterrizar el 5 de enero en Melbourne, en la mañana del día de Reyes, su visado era anulado y él ingresaba en un centro de detención. Ese mismo día, Nadal opinaba públicamente sobre la actitud negacionista de su colega serbio, diciendo que "el mundo ya ha sufrido bastante como para no respetar las normas" y que "todos son libres de tomar sus propias decisiones, pero hay consecuencias".

Casi de inmediato, las redes formaron sus consabidos bandos en torno al asunto, con los negacionistas defendiendo a Djokovic y los provacunas atacándole. Tres semanas después, el ministro alemán de Salud, Karl Lauterbach, aseguró que la humanidad solo podrá recuperar la libertad con la vacunación, porque es el virus el que nos aprisiona.

Tras una apelación y varios trámites judiciales, Djokovic quedó excluido del Open de Australia y regresó a Belgrado, capital de su país. El mejor tenista del mundo, equiparable con el propio Nadal como jugador de fondo por su capacidad para bandearse fuera de pista, quedaba descartado como contrincante.

"El sábado, Rafa Nadal era un tenista de 35 años en el ocaso de su carrera. El domingo, el mejor tenista del mundo"

Y lo siguiente, como suele decirse, es historia. Tras haber estado ausente del último Wimbledon y del Open USA 2021, provocando un alud de comentarios sobre su posible retirada por una dolencia crónica en un pie, Nadal logró este domingo último de enero una proeza histórica.

La final del Open de Australia se convirtió en un thriller deportivo de alto voltaje, al remontar Rafa un partido que muchos daban por amortizado, tras haber perdido los dos primeros sets contra el ruso Daniil Medvédev, un mocetón de veinticinco años clasificado por la Asociación de Tenistas Profesionales como el número 2 mundial.

El mensaje del suizo Roger Federer resumía bien la magnitud de la hazaña nadalesca cuando, tras recordar que un par de meses atrás ambos bromeaban sobre sus respectivas cojeras, decía sobre su amigo y colega español: "Nunca subestimes a un campeón". En efecto. El sábado, Rafa Nadal era un tenista de 35 años en el ocaso de su carrera. El domingo, el mejor tenista del mundo. 

Cabe preguntarse si en las hazañas heroicas de los deportistas españoles anidará la esencia recóndita de nuestro país. España atraviesa uno de sus ciclos políticos más complicados, con el bipartidismo centrifugado hacia los extremos, en una aparente huida del centro liberal que cohesionaría la democracia nacional.

"Asombra pensar que voxistas, podemitas, populares y socialistas hayan nacido en el mismo país que el campeonísimo Rafael Nadal"

El presidente Pedro Sánchez acaba de sufrir un desplante internacional al ser omitido de una videoconferencia entre líderes europeos convocada de urgencia por el presidente estadounidense Joe Biden para afrontar la crisis de Ucrania. ¿Quién no recuerda aquellas imágenes de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy solos en las cumbres de la UE mientras los demás asistentes departían y bromeaban entre sí?

Pero si se juzgara en cambio a España por sus deportistas profesionales, el veredicto oscilaría entre el sobresaliente y la matrícula de honor. La Selección Española de Fútbol ganó hace unos años Premio Fair-Play de la FIFA por el armonioso compañerismo entre sus jugadores. Y nadie define a Rafa Nadal mejor que el tenista estadounidense John McEnroe (recordado tanto por su talento como por sus ataques de furia): "Rafa debe de ser el campeón más humilde y con una mayor elegancia moral de todos los atletas que conozco en cualquier deporte".

Cuando regrese Rafa Nadal de Australia, quizá pudiera dar unas clases particulares de elegancia moral al Vox de los peaky blinders, al Podemos del miedo a las tetas, al PP del liberalómetro y al PSOE del Ni-Sí-Ni-No-Sino-Todo-Lo-Contrario. Asombra pensar que los voxistas, los podemitas, los populares y los socialistas hayan nacido en el mismo país que el campeonísimo Rafael Nadal.

*** Gabriela Bustelo es escritora y periodista.

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