Éramos monárquicos y no lo sabíamos
Se puede morir un rey en el exilio y que sus huesos y su bigotito real se pudran en patria ajena, que el españolito de turno se hace monárquico cuando se muere Isabel II de Inglaterra. Porque en España somos así. Vamos a la contra de todo, pero sobre todo a la contra de lo nuestro. Ahora resulta que la sociedad (la misma a la que no pregunta Tezanos en su CIS por la corona) es monárquica, pero de los Windsor.
Y eso sí que no lo vimos venir. This is Spain.
Dígame usted que aquí somos más de los Trastámara, por aquello de la unión de España. Incluso que conserva usted una secreta simpatía por Amadeo de Saboya, el rey breve al que despidieron sin ninguna delicadeza y sin posibilidad de paro en 1873.
Pero monárquico de los Windsor…
Va a ser verdad que esto es una jaula de locos, como decía el italiano. Tres días de luto en la Comunidad de Madrid porque Ayuso debía de ser monárquica, pero de la corona del otro lado del canal de la Mancha. ¡Tres días de luto, qué disparate! Y la gente aplaudiendo y las televisiones llenando informativos. España no hay quien la entienda.
Es fascinante escuchar en el café de media mañana a un tipo que de británico no tiene nada, porque gasta cara de llamarse José Ramón (así, con cada una de sus letras), explicando que le había cogido cariño a la reina Isabel. Se ha muerto la reina de Inglaterra y parece que se le hubiese muerto la abuela a cada español.
Y es que por lo visto Isabel II era como una tía abuela lejana que cada uno teníamos en Londres y de la que apenas sabíamos nada, pero de esas que cuando muere le sale familia por todos lados, como si hubiese algo que heredar.
Se ha muerto Javier Marías, novelista mayor del reino y ni luto, ni tres días, ni nada. Inclusive podría morir Juan Carlos I en Abu Dabi, donde se autoexilió por falta de valor y bajo pena de escarnio del Gobierno, y aquí paz y después gloria.
Cuarenta años de servicio, coloca uno a España en el mapa en el mundo y le olvidan por un devaneo o dos. Y sobre todo por dejar de liquidar con Hacienda como si los demás no hubiésemos soñado cada trimestre con poder metérsela doblada al fisco.
"Tezanos no pregunta por la corona en el CIS porque corre el riesgo evidente de que Felipe VI saliese bien parado"
La corona en Inglaterra entendió la importancia del marketing hace tiempo. No es que la reina fuera cercana, pero la sentaban con James Bond o con el oso Paddington y todo el mundo se congraciaba con ella.
Como en España todo nos sale al revés, casi es mejor que a Felipe VI no le sienten con nadie, mucho menos con Naranjito o con Curro. Eso de querer amigarse con la plebe tiene sus riesgos. Que se lo digan a Pedro Sánchez, que eligió cincuenta ciudadanos anónimos en representación de toda la sociedad y la mayoría eran amigos de amigos del presidente y cargos del PSOE. Todo muy neutral.
Tezanos no pregunta por la corona en el CIS porque corre el riesgo evidente de que Felipe VI saliese bien parado. Lo que no sospechábamos ni él ni yo es que España fuese monárquica, pero a la contra. Es decir, de la reina de los de al lado.
*** Guillermo Garabito es periodista.