De Pablo Escobar celebrando a Felipe al colapso Sánchez-Feijóo
Ayer por la noche, cuando entré en el bar, antes de que llegaran los periódicos, soñé con una revista de prensa esperanzadora, en blanco y negro, con música de Cuéntame, evocando aquella noche del 28 de octubre de 1982. Han pasado cuarenta años. Los más mayores de la barra, aun así más jóvenes que vosotros, me contaban cómo fue.
Pero llegaron los periódicos con la noticia de la "italianización" de este país. EL ESPAÑOL: "Colapsa el pacto del Poder Judicial tras confirmar Sánchez a Feijóo que rebajará las penas por el delito de sedición". Esta vez puede palparse en los medios cierta desesperación, porque antes, cuando había bloqueo, todas las cabeceras daban por hecho que lo seguiría habiendo. Pero hace 18 días, cuando PP y PSOE dijeron que iban en serio... nos lo creímos.
El Confidencial: "Feijóo y Sánchez rompen el diálogo y condenan al Poder Judicial al bloqueo hasta las elecciones. Fuentes jurídicas creen que el pacto es ya irrecuperable". El País recoge en su portada los argumentos del PSOE, que acusa al PP de haber "cedido a la presión de la derecha más reaccionaria". El PP, en cambio, considera "una incongruencia insalvable" que el Gobierno quiera a la vez "reforzar y desproteger" al Estado.
La Razón revela que un resbalón de María Jesús Montero precipitó la ruina de la negociación. Porque la ministra de Hacienda, a eso de las diez de la mañana, confirmó en la tribuna del Congreso que la reforma de la sedición estaba en marcha, lo que soliviantó a la bancada del PP, como si se hubiera acordado lo contrario. Y una hora después, Montero rectificaba, matizaba y situaba la reforma más en el futuro. Era tarde.
Por las páginas de El Mundo sabemos que Sánchez y Feijóo hablaron una hora por teléfono. Como Sánchez habla idiomas y estaba en Sudáfrica, no sabemos si él lo hizo en suajili. El caso es que confirmaron la suspensión de las negociaciones. Los socialistas acusan a Feijóo de mentir. Dicen que los dos quedaron en volver a hablar el miércoles que viene y en mantener en secreto, mientras tanto, la ruptura. El PP publicó su comunicado cuando Sánchez estaba volando en avión.
Feijóo niega la mayor y dice que el ministro Bolaños les engañó porque, durante las conversaciones de estas semanas, se había comprometido a no reformar las penas del delito de sedición. Una pregunta sin malicia: ¿alguien tiene duda de que las dos partes mienten en alguna cosa?
Los periódicos están llenos de entrevistas con los protagonistas de entonces. Por ejemplo, en EL ESPAÑOL, Eduardo Sotillos, el portavoz del primer gobierno de González, critica el cartel del PSOE para celebrar la efeméride. Pone: "Cuarenta años de democracia". Y Sotillos remacha: "Es un abuso, aunque no ha habido liderazgo a la altura de Felipe, la democracia la trajo Suárez".
A través de un reportaje de Carlos Prieto en El Confidencial, sabemos que la noche del Palace, el lugar donde se celebró aquella victoria, tuvo un invitado especial: Pablo Escobar, que acudió como senador de Colombia. Ya era todo un señorito de la droga. Y por ahí anduvo, estrechando las manos de todos los protagonistas de los que os hablo.
Cosas curiosas. En El País hablan varios ministros. Enrique Barón, por ejemplo, revela: "Pregunté al presidente si había mujeres en el Gobierno, me contestó que no lo había conseguido". Otra cuestión que me ha llamado la atención. El PSOE de hoy está venga a reiterar su fascinación por la Segunda República. Fijaos cuál era la percepción de ese primer gobierno. Barrionuevo, que estuvo al frente de Interior, cuenta: "La Segunda República fracasó por la inseguridad. Nosotros nos comprometimos a que no volvería a pasar".
Carlos Solchaga muestra su sorpresa por la omnipresencia de Sánchez. Dice, irónico, que Felipe era muy carismático, pero que cuando se legislaba algo, si salía, sólo lo hacía para respaldar a sus ministros. ¡Ahora hay algo y Sánchez aparece doce veces!, detecta Solchaga.
En ABC, Alfonso Guerra, que no estaba invitado, que ahora ya está invitado pero que no va a ir al acto oficial de este fin de semana en Sevilla, dice: "De 1993 a 1996 todo fue deterioro, quizá hubiese sido mejor perder".
Y termino con una frase de Rodríguez Ibarra en El Mundo: "Fue nuestra casa, pero ya no nos tratan ni como jubilados. En Ferraz no nos invitan ni a un café".
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para "La España que madruga", en "Más de Uno", el programa de Carlos Alsina en Onda Cero