Hoy empiezo con una imagen, y no con un titular; la de miles de chinos clamando en las calles contra su gobierno debido a las estrictas políticas de confinamiento que sufren desde hace ya casi tres años. El símbolo de lo que ya parece un movimiento es un folio en blanco, los manifestantes cantan –como David Bowie– que pueden ser héroes por un día y también enarbolan el número 404, que se aparece en la pantalla de sus ordenadores por culpa de la censura.
"La furia de miles de chinos contra Xi Jinping por los duros confinamientos", titula La Razón en su portada. El País, en una crónica escrita sobre el terreno, relata que el origen de las protestas está en el incendio de un edificio, que se cobró la vida de diez personas. Al parecer, los bomberos tardaron en acceder por tratarse de una zona semiconfinada. Algunos de los concentrados dicen que no se vivía algo así en China desde 1989, cuando la matanza de Tiananmen. Seguro que la FIFA ya está estableciendo contactos para celebrar un Mundial en Pekín, paraíso de los derechos humanos, igual que Qatar.
Vamos ahora con una buena noticia. Creo que nos dará grandes alegrías. Pedro Sánchez ya es el presidente de todos los socialistas del mundo. Leo en EL ESPAÑOL: "Sánchez convierte la Internacional Socialista en una plataforma contra el "capitalismo depredador"". Yo, si fuera el presidente, llamaba ahora mismo al director de la serie y le pedía que hiciera otro capítulo.
Durísima victoria, por cierto, la de nuestro presidente. Leo en El Confidencial que Sánchez era el único aspirante a encabezar esta organización de la que forman parte 132 partidos socialistas. El análisis de Ignacio Cembrero encuadra este movimiento en una estrategia de Sánchez para dedicarse a la política internacional cuando deje el gobierno.
Sánchez tiene algo de Miguel Mihura, que escribía el tercer acto de sus obras mientras veía el ensayo del segundo. Cuenta El País que, visto el lío que se ha organizado con la ley de Irene Montero, el presidente ha decidido aprobar todas las normas pendientes antes de Navidad. Prefiere más lío ahora y un panorama despejado a partir de enero, cuando entraremos en la precampaña de las autonómicas y municipales. Antes de Nochebuena, por tanto, asistiremos a la bronca por la ley trans.
Y como con Sánchez nunca se sabe –por la mañana agricultor en su huerto, ¡buenos días, presidente!, por la tarde hombre de Estado y por la noche puño en alto con la internacional–, cito a modo de aviso este titular de El Mundo: "Moncloa no cierra la puerta a la reforma de la malversación".
Varias encuestas hoy. Empiezo por la de ABC. Feijóo ganaría las elecciones con 141 escaños, le seguirían Sánchez con 109, Vox con 41 y Podemos con 19. Los nacionalistas se mantienen. Primera conclusión: el PP se impondría al PSOE en todas las Comunidades salvo en País Vasco y Cataluña. Segunda conclusión: el bloque de la izquierda y los nacionalistas no sumaría. Sí lo harían Feijóo y Abascal. Así que, por favor, compañeros, hoy sí, ¡cantad conmigo!: "Juntos, café para Vox".
Leo en La Vanguardia una información que podría alterar los resultados en todos los procesos electorales del año que viene: "La España Vaciada se federa para concurrir a las autonómicas y generales de 2023". Han tenido un cónclave este fin de semana donde se ha decidido que la marca “España Vacía” pueda votarse en todas las provincias donde no existe una marca propia. Es decir: Soria Ya, Jaén Merece Más, Cuenca Ahora y Teruel Existe mantendrán su nombre, pero en León, Valladolid o Palencia los ciudadanos también podrán votar "España vaciada".
Otra encuesta, ahora en el diario El Mundo: "Emiliano García-Page, al borde de perder Castilla-La Mancha tras la derogación de la sedición. El PP absorbe a Ciudadanos y Vox entra en el Parlamento con dos escaños. El PSOE ganaría las elecciones, pero estaría a punto de extraviar la mayoría al no tener con quien sumar".
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero