¿Cómo debe tratar la UE a los ciudadanos y los medios rusos mientras dure la guerra?
¿Debería la UE restringir la presencia de la cultura y de los medios de comunicación rusos en sus países como muestra de solidaridad con Ucrania?
Los europeos han demostrado que sus adversarios estaban equivocados. Desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, los gobiernos y los ciudadanos de la UE han mostrado solidaridad con Ucrania y unidad en sus propias filas.
Este fuerte sentimiento europeo se pondrá a prueba en los próximos meses. Pero no es sólo la desinformación rusa, el coste de la vida o las preocupaciones migratorias lo que puede socavarlo. La respuesta colectiva de la UE y de los Estados miembros a la guerra de Rusia influirá en las actitudes de los ciudadanos europeos y en la imagen de Europa en el exterior. Hasta qué punto consigan reafirmar, o por lo contrario, socavar, los valores europeos determinará su credibilidad y legitimidad.
Los ciudadanos europeos sienten un fuerte apego por Europa y son optimistas sobre el futuro de la UE, según los últimos sondeos de opinión. Los gobiernos de la mayoría de los Estados miembros de la UE son claramente proeuropeos, con la única excepción de Hungría (y hasta cierta medida, los mensajes contradictorios de Polonia y Bulgaria). A lo largo del último año, los gobiernos de cuatro países (Chequia, Dinamarca, Eslovaquia y Eslovenia) han demostrado un creciente apego a Europa, mientras que en sólo uno (Bulgaria) el gobierno se ha vuelto más escéptico sobre los beneficios del proyecto europeo.
La Brújula del Sentimiento Europeo, una iniciativa conjunta del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) y la Fundación Europea de la Cultura (ECF), explora cómo está respondiendo Europa al desafío de la guerra de Rusia contra Ucrania, y qué constituye esta respuesta para los valores europeos. Las conclusiones de este estudio deberían animar a la UE y a los dirigentes de los Estados miembros a replantearse su forma de hablar y pensar sobre Europa.
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Los funcionarios ucranianos suelen pedir armas y munición cuando se les pregunta cómo debería ayudarles Europa. Es comprensible considerar que el equipamiento militar marca una diferencia inmediata en el campo de batalla. Pero cuanto más dure la guerra en Ucrania, más importante será garantizar que el apoyo europeo siga siendo aceptable para los ciudadanos europeos y convincente para los ucranianos. Para ello será necesario un fuerte "sentimiento europeo", por retomar una expresión de Robert Schuman, uno de los arquitectos de la integración europea posterior a 1945.
"Se subestima cómo la cultura, los medios de comunicación y los ciudadanos rusos podrían socavar el sentimiento europeo"
Los líderes de la UE y de los Estados miembros reconocen ampliamente los riesgos relacionados con la desinformación rusa y la creciente preocupación por el coste de la vida y la inmigración ilegal. De hecho, podrían afectar profundamente al sentimiento europeo y, con él, al apoyo europeo a Ucrania. Es positivo que la UE y los líderes de los Estados miembros estén tomando medidas para hacer frente a estas amenazas.
Sin embargo, se subestima cómo la cultura, los medios de comunicación y los ciudadanos rusos también podrían socavar el sentimiento europeo. Los dirigentes de la UE y de los Estados miembros se enfrentan a varios dilemas. ¿Deben restringir la presencia de la cultura rusa en sus países como muestra de solidaridad con Ucrania? ¿Deben tomar medidas drásticas contra los medios de comunicación rusos en los Veintisiete? ¿Deben imponer una prohibición de viajar a todos los ciudadanos rusos? ¿Deben considerar a los rusos responsables colectivos de la guerra? ¿O podrían ver a los ciudadanos y agentes culturales rusos y bielorrusos como aliados para detener la guerra y transformar estos países a mejor?
La forma en que los dirigentes de la UE y de los Estados miembros respondan a estos dilemas puede reivindicar o perjudicar su imagen, tanto ante los ojos de sus propios ciudadanos como ante los del resto del mundo. Europa puede demostrar que es digna de confianza, pacífica y fuerte. O puede proporcionar argumentos a quienes afirman que es hipócrita, agresiva y débil.
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Para evitar este último escenario, la UE y los líderes de los Estados miembros deben recuperar la confianza en el liberalismo y en sus propios ciudadanos.
En primer lugar, deben ser muy cautelosos en sus relaciones con la cultura rusa en Europa. Mientras dure la guerra, no debería haber espacio en Europa para los artistas rusos que estén relacionados de algún modo con el Estado ruso. Sin embargo, de ahí a afirmar que toda la cultura rusa debe quedar en suspenso hay un largo trecho, como han propuesto algunos en Kiev y en los Estados miembros más beligerantes de la UE.
"Muchos ciudadanos rusos y bielorrusos pueden resultar aliados útiles para poner fin a la guerra en Ucrania"
En segundo lugar, la UE y sus Estados miembros deben demostrar que Europa es un lugar donde puede darse un debate pluralista. Centrarse demasiado en prohibir los medios rusos y perseguir las noticias falsas pone a Europa a la defensiva. En lugar de limitarse a quejarse de la propaganda rusa y recurrir a medidas que pueden parecer censura, Europa debería prepararse para participar en la batalla de las narrativas, y ganarla.
Por último, los líderes europeos deberían resistirse a la retórica de blanco o negro y, en su lugar, ver a las personas como aliados. Deberían reconocer que no todos los rusos tienen la misma responsabilidad en la guerra de Ucrania, y que los ciudadanos bielorrusos no son sinónimos del régimen de Lukashenko. De hecho, muchos ciudadanos rusos y bielorrusos pueden resultar aliados útiles para poner fin a la guerra en Ucrania.
La guerra en Ucrania está poniendo a prueba el compromiso de Europa con la apertura, la diversidad, la libertad, la solidaridad y la responsabilidad individual. No sólo está en juego la imagen de Europa ante el mundo y ante los propios europeos. También está en juego la unidad de Europa y el apoyo de Europa a Ucrania.
*** André Wilkens es director de la Fundación Europea de la Cultura (ECF) en Ámsterdam.
*** Paweł Zerka es Investigador Senior en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), y autor de 'La Brújula del Sentimiento Europeo'.