Derogar el sanchismo es un objetivo común
Hay que dejar de defender lo indefendible. Los españoles tienen ojos, oídos y cuenta corriente, y tratarlos con displicencia sólo amplificará la reacción contra el sanchismo.
El gesto de Àngels Barceló representa a muchos, lo digan o no. Incluso a los ciudadanos que conmutan vacaciones por sufragio, a los políticos que ya se despiden del aposento público e incluso al mismo gobierno, que tanto se ha esforzado en darnos apreciables lecciones de nítida decadencia. Y todo al tiempo que los estrategas intentan replicar a Subotai en el último minuto del partido.
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— Pablo Díaz Bouza 🇪🇺 (@PabloDBouza) May 29, 2023
Mientras tanto, la nueva formación fucsia, Sumar, le enseña a sus progenitores morados cómo los actos en Matadero pueden ser una metáfora perfecta. Todavía la semana pasada se encontraba Pablo Iglesias escupiendo sobre los jueces y el Tribunal Supremo, y hablando de la disposición transitoria como si los juristas fueran absolutos lerdos ideologizados. Quizá debieran aprender algunos que la tontería pesa, pero la altanería mata.
Yolanda Díaz ha conseguido revolucionar el gallinero y poner contra las cuerdas a Podemos, quienes, sabiéndose ellos mismos perdedores, han utilizado una consulta asamblearia exprés para obtener carta blanca y unirse a Sumar evadiendo toda responsabilidad.
"Decidieron las bases", dirán ante cualquier interpelación, incluso sobre el asunto de matar a su líder, que se escondía detrás de Irene Montero. Una pieza derribada, otra descubierta, y jaque mate. Trabajo fino el de Ferraz combinando estrategias con la matriarca gallega. Un win-win para el PSOE. Si suena la campana del voto fucsia, pactan gobierno. Si se matan por el camino, ya están muertos, un enemigo menos.
Lástima para ellos que los resultados electorales no sean directamente proporcionales a la falta de escrúpulos. Recordemos que el territorio español ya se ha teñido de azul y la hegemonía del Partido Popular se da por establecida.
"Los españoles, muy kantianos en ocasiones, ya conocen al presidente. Por eso el eslogan 'derogar el sanchismo' se ha convertido en idioma común"
Sin embargo, la emulsión de Vox sobre Alberto Núñez Feijóo gotea en el imaginario colectivo, y eso puede no ser el lugar favorito de un partido liberal reformista moderado, muy alejado de las excentricidades del Yunque. Y claro, "¡flanco a su derecha!", grita la izquierda para atemorizar al votante.
Pero es que todavía no lo han entendido. El temor ya no apunta en esa dirección. Pedro Sánchez es el verdadero temor a estas horas del año. Los españoles, muy kantianos en ocasiones, ya conocen al presidente. Por eso el eslogan "derogar el sanchismo" se ha convertido en el idioma común.
¿En qué momento pensaron que no pasarían factura las recetas de este gobierno? Pactos con EH Bildu y los independentistas, eliminación del delito de sedición y rebaja del delito de malversación, aprobación de la ley del 'sí es sí', apoyo a la okupación, una ley trans donde los propios socialistas muestran disparidad, una ley de protección animal que hace un flaco favor a los animales (no) protegidos, señalamiento a periodistas, persecución judicial de humoristas y el descaro del "guapo presidente" (que diría Maruja Torres) para mentir con la mirada fija y el sueño tranquilo.
[Page y Lambán no asisten al Comité Federal del PSOE por el malestar con las listas de Ferraz]
Pero hablemos de economía. Esa moto que nos vende el concesionario del gobierno y que bate récords. La tasa de paro más alta de Europa, duplicando la media. La mayor deuda pública de la historia (113%). Un aumento del 5% en la presión fiscal, a la cabeza de la OCDE. Las cuotas de autónomos más caras del mundo. El nivel de recaudación más alto desde 2018. La variación de renta per cápita más baja de toda la UE. Y un PIB inferior a los datos prepandemia.
Todos ellos, números tan mastodónticos como la sobredimensión de carteras y ministerios de este gobierno, que por supuesto también baten récord histórico.
"La prudencia no ha sido la mayor de las virtudes de este gobierno. Lo saben los ciudadanos, lo saben las instituciones y lo sabe la UE"
Hay que reconocerle a Pedro Sánchez la valentía y su potente retórica. El presidente es listo, siempre lo ha sido. Pero su Maquiavelo interior le falló. El príncipe solía recordar que "el que no detecta los males cuando nacen no es verdaderamente prudente".
Pero la prudencia no ha sido la mayor de las virtudes de este gobierno. Lo saben los ciudadanos, lo saben las instituciones y lo sabe la UE, que nos ha dado un aviso desde la Comisión de Control Presupuestario porque Bruselas no tiene forma de averiguar donde están los Fondos Europeos Next Generation prestados a España. 140.000 millones de euros, nada más y nada menos. "Queremos conocer cifras reales y los proyectos donde van a invertirse", señala Monika Hohlmeier. La seriedad alemana dista un poco de la chulería española.
Ni un día sin sorpresas. La semana pasada, otro atraco a las instituciones. La Fiscalía General del Estado ha nombrado a dedo a una ministra de Sánchez, con el gobierno en funciones y a 44 días de las elecciones. Lo del descaro, que decíamos, es desgarrador. Y la calidad democrática sigue empobreciéndose.
A estas alturas sería conveniente dejar de defender lo indefendible. Los españoles tienen ojos, oídos y cuenta corriente, y tratarlos con displicencia sólo amplificará el eslogan contra el sanchismo. Y cuando los ciudadanos repasan el recorrido político de la reciente legislatura, y el señor Feijóo, además, les plantea un nuevo proyecto de país, Michavila tiene la potestad y gracia de arrojar en su último vaticinio 150-153 escaños azules.
¿Saben ustedes qué significa eso? Que existe la posibilidad de aglutinar de forma útil tanto voto que ni los miedos lleguen al extremo de la diestra. Hagan su lectura, y salgan a votar.
*** Malena Contestí es jurista, exdiputada nacional y analista política.