¿Por qué España debe seguir comprando aviones Eurofighter?
La producción de 45 Eurofighter nuevos previstos para España sería una excelente noticia para nuestra industria, que podría seguir implicada en los desarrollos aeroespaciales europeos más punteros.
Con la invasión rusa de Ucrania del pasado 24 de febrero de 2022 ha crecido la necesidad de información del ciudadano sobre geopolítica, estrategia o política de inversión en Defensa. Especialmente dado el importante rearme puesto en marcha por una Europa que se siente ahora amenazada.
En este sentido, hay un debate que ya resulta fácil encontrar en las redes sociales. Es el referente a la creciente compra de material militar moderno para nuestras Fuerzas Armadas. Debate que se vuelve especialmente intenso en el caso de los aviones de combate para el Ejército del Aire y del Espacio.
Aquí es necesario aclarar que España, con las compras previstas por ahora, no está incrementando el número de escuadrones de combate utilizados para la defensa aérea del país. Sólo está afrontando la necesaria (y habitual en todos los países) sustitución por obsolescencia del material actual.
Este material se ha deteriorado por la tradicional falta de interés de la clase política española en cuestiones de defensa. Su operatividad, además, se ha visto muy perjudicada durante los últimos tres lustros por la crisis económica y los fuertes recortes presupuestarios impuestos por todos los gobiernos.
Por tanto, no parece muy acertado hablar en este caso de rearme, sino más bien de una mera actualización de sistemas de defensa obsoletos.
También se debate acerca del modelo o modelos a adquirir. Cuestión en absoluto baladí, pues se mezclan en ella aspectos operacionales, industriales y hasta de política internacional, lo que hace que la respuesta no sea simple.
"Las opciones son claras. Por un lado, el F-35 de 5.ª generación. Por el otro, el Eurofighter, considerado de generación 4,5.ª (un poco más antigua)"
Las opciones son claras.
Por un lado, el F-35 de quinta generación de la empresa estadounidense Lockheed Martin.
Por el otro, el Eurofighter, considerado de generación 4,5.ª (un poco más antigua), y fabricado por un consorcio de empresas europeas en las que la industria de defensa española tiene una amplia participación.
Todo parece indicar que el Ejército del Aire, después de pedir 20 Eurofighter para sustituir los F/A-18 Hornet de Canarias, ha tomado la decisión de adquirir otros 25 Eurofighter adicionales para sustituir los F/A-18 de Torrejón de Ardoz, más un avión de 5.ª generación sin especificar (con toda probabilidad un F-35) para hacer lo propio con los F/A-18 de la Base Aérea de Zaragoza.
¡Buenos días, aviadores! 👋🏽
— Ejército del Aire y del Espacio (@EjercitoAire) August 23, 2023
Ayer una formación de dos Eurofighter del Ala14 alcanzó las 30 000 horas de vuelo de este avión en la unidad manchega.
Los Eurofighter llegaron a la base en 2012.
La entrega del personal de la unidad ha sido fundamental para alcanzarlo.
¡Empezamos! pic.twitter.com/83Xzpogfed
Son muchos los que abogan por invertir el montante disponible en el que a priori parece el modelo más moderno. Según su razonamiento, es la opción que más capacidad operativa puede ofrecer a los militares españoles.
Otro argumento a favor de esta opción es que este modelo se está convirtiendo en un estándar entre nuestros aliados de la OTAN, lo que incidiría muy positivamente en la necesaria interoperabilidad entre aliados.
A pesar de lo declarado en su día por un alto cargo del PSOE acerca de la poca adecuación del modelo estadounidense al escenario estratégico y de seguridad europeo, el F-35 está cosechando un amplio respaldo en Europa, donde ha sido adquirido o escogido por doce gobiernos de distinto color y con intereses políticos y estratégicos diferentes. Unos más favorables a reforzar el vínculo Atlántico de la OTAN. Otros, más proclives a reforzar la independencia estratégica europea.
Otro aspecto a favor de adquirir al menos alguno de estos aviones sería la posibilidad de que nuestros militares tomasen contacto directo con un modelo de 5.ª generación y las capacidades operativas que ofrece. Algo que no sólo les permitiría redactar la imprescindible doctrina de uso, sino que ayudaría, tal y como confirman militares e ingenieros británicos e italianos (ambos países utilizan ya Eurofighter y F-35), a entender y desarrollar mejor un modelo de 6.ª generación como el FCAS, del que hablaremos un poco más adelante.
Pero la realidad es siempre más compleja.
"El Eurofighter, gracias a los ingenieros militares que colaboraron en su desarrollo, se ha convertido en un pilar de la defensa aérea europea"
El Eurofighter nació al final de la Guerra Fría para garantizar la defensa aérea europea ante los entonces nuevos modelos rusos MiG y Sukhoi. El avión padeció, con la disolución de la Unión Soviética y de su brazo militar, el Pacto de Varsovia, importantes retrasos en financiación y desarrollo al diluirse la amenaza para la que había sido concebido y no disponer la clase política europea de una estrategia clara en política industrial y de defensa.
A pesar de ello, el Eurofighter, gracias a los ingenieros y militares que colaboraron en su desarrollo, se ha convertido en un pilar imprescindible de la defensa aérea del Viejo Continente, alcanzando unas prestaciones encomiables que le permiten hacer frente con garantías de éxito a prácticamente cualquier amenaza aérea existente.
Vale la pena destacar que buena parte de las misiones de defensa aérea en las zonas orientales europeas, las más cercanas a las fronteras con Rusia, desde el Báltico al Mar Negro, son llevadas a cabo por los Eurofighter de España, Italia, Alemania y Gran Bretaña.
Durante la reciente cumbre de la OTAN en Lituania, Eurofighter británicos y alemanes patrullaron los cielos para garantizar la seguridad de mandatarios y delegaciones. Y desde primeros de agosto, y durante cuatro meses, ocho Eurofighter españoles se han desplegado en Estonia, muy cerca de la frontera rusa, para reforzar la seguridad en el Báltico.
Las prestaciones del avión europeo resultan extraordinarias en cuanto a potencia, velocidad, radar, autonomía y alcance de sus misiles. Y eso lo convierte en una herramienta excelente para el combate aire-aire.
Industrialmente, el impacto que el desarrollo de este avión de combate ha tenido en la industria aeronáutica y de defensa europea en general, y en la española en particular, ha sido extraordinariamente importante, vertebrando una serie de capacidades industriales que resultarán cruciales, cuando no imprescindibles, para afrontar el futuro. Futuro que a fecha de hoy se llama FCAS (Future Combat Air System–Sistema de Combate Aéreo Futuro).
El FCAS es un programa conjunto financiado a partes iguales por los gobiernos de Alemania, Francia y España. Pretende desarrollar un nuevo sistema de combate aéreo de 6.ª generación que entraría en servicio en 2045. También se ha firmado un primer y muy importante contrato de desarrollo para disponer antes de 2030 de un demostrador de tecnologías en vuelo.
Europa lleva acumulado un retraso de unos 25 años en las nuevas tecnologías aeroespaciales militares. Campo en el que los Estados Unidos y China han tomado la delantera. Si Europa quiere alcanzar la tan cacareada independencia estratégica está obligada no sólo a recuperar estos años perdidos, sino a desarrollar un sistema de 6.ª generación tan capaz como los que desarrollan ya Estados Unidos o China, so pena de verse abocados a terminar adquiriendo de importación este material, al precio y bajo las condiciones políticas y económicas que quiera imponer el vendedor.
"El Eurofighter se ha convertido en una plataforma idónea en la que probar nuevas capacidades, armamento, sistemas electrónicos y radares"
Es decir, tiene que desarrollar a la vez tecnologías ya presentes en aviones de 5.ª generación al tiempo que desarrolla tecnologías previstas para aviones de 6.ª.
Cierto es que Europa ha avanzado mucho durante los últimos años en algunas tecnologías clave, y que la distancia con los competidores se ha reducido. Pero la brecha sigue siendo importante.
El Eurofighter no ha dejado de evolucionar desde que fue puesto en servicio y se ha convertido en una plataforma idónea en la que probar nuevas capacidades, armamento, sistemas electrónicos y radares. Capacidades que han convertido al Eurofighter actual en un sistema de defensa mucho más avanzado y capaz que el avión que entró en servicio hace ahora 20 años.
Y por estos motivos hay que seguir adquiriendo nuevos Eurofighter, tal y como tiene previsto el Ministerio de Defensa. Porque, por un lado, eso garantiza la defensa del espacio aéreo nacional en el escenario estratégico y de amenazas actual (y en el previsto a medio plazo).
Por otro lado, porque garantiza una base industrial y tecnológica imprescindible para reforzar nuestro poderío militar y nuestra capacidad de disuasión. No es casualidad que las grandes potencias del mundo estén respaldadas por poderosas industrias de defensa: la estadounidense, la china, la rusa, la francesa…
La producción de los 45 Eurofighter nuevos previstos para España sería una excelente noticia para nuestra industria, que podría seguir implicada en los desarrollos aeroespaciales europeos más punteros dentro del programa FCAS, con todo lo bueno derivado de esa situación, tanto en cuestiones económicas y de empleo de calidad, como tecnológicas y estratégicas.
También sería una muy buena noticia para un Ejército del Aire y del Espacio, que podría sustituir buena parte de su flota, ya entrada en años, en un momento de acentuada inseguridad regional e internacional.
Por mucho que nos guste criticar las decisiones de nuestros gobernantes, en este caso todo indica que la clase política, bien asesorada por nuestros magníficos militares, ha tomado la decisión más sensata. Justo es reconocérselo.
*** Rodrigo Rodríguez Costa es analista de Seguridad y Defensa.