Los jueces, evaluados de forma distinta por cada periódico
Quiero empezar con un detalle muy alegre. Lo leo en La Vanguardia. Ayer, el presidente del Tribunal Supremo, en la apertura del curso judicial, empezó su discurso citando un libro esperanzador, de título Cómo mueren las democracias. La nuestra no tiene pinta de morir hoy en honor al centenario del inicio de la dictadura de Primo de Rivera o en recuerdo de los cincuenta años del golpe de Pinochet. Las democracias no mueren los viernes.
Vienen los periódicos muy juguetones esta mañana. Porque, de un mismo hecho, de esa apertura del año judicial, han impreso portadas radicalmente distintas. Como si cada periodista hubiese estado en un lugar diferente.
Por ejemplo, la mencionada de La Vanguardia dice que el presidente del Supremo deslizó su recelo a la amnistía y que lo hizo a través de frases indirectas. En cambio, el ABC titula: “El presidente del Tribunal Supremo y el fiscal general evitan pronunciarse sobre la amnistía”. Además, el diario de Vocento publica un duro editorial cargando contra el poder judicial por no haber enseñado los dientes a la amnistía.
En la portada de El Mundo, ocurre una cosa intermedia. Han elegido para titular una de las frases salidas de los corrillos. Porque, durante el cóctel y fuera de micro, los jueces hablaron mucho y mal de la amnistía. Titular: “La amnistía abre un irreparable boquete en el Estado de Derecho”. El Tribunal Supremo, en alerta.
Algunos pensarán que los jueces son unos cobardes, que por qué no lo dijeron en el escenario. Pero, en el fondo, son iguales que nosotros. En los bares nos desatamos. Y digo en los bares porque lo de cóctel debe de ser una cosa o de jueces o de gente muy mayor, nacida en la dictadura de Primo de Rivera.
En El Confidencial, una portada diferente sobre el año judicial. “Los fiscales se revuelven contra Puigdemont y piden a su jefe –al fiscal general– que aclare la independencia del organismo”. Critican los fiscales que su jefe, que se llama Álvaro García Ortiz, no haya salido a proclamar la independencia de la fiscalía después de que Puigdemont exigiera como condición a Sánchez que todos ellos abortaran sus investigaciones al independentismo.
La Razón dedica su titular principal al bloqueo de la justicia por culpa de la falta de acuerdo entre los dos grandes partidos: “Un TS con ‘respiración asistida’ urge a renovar el CGPJ”.
Y termino lo de la vuelta al cole de los jueces con la portada de El País, que es la más diferente de todas. Atención al titular: “La Fiscalía apunta a la cúpula de la Iglesia por encubrir abusos”. Y luego ya en el subtítulo: “Inquietud en la judicatura ante una posible ley de amnistía”.
ALSINA–Todo eso acerca de la apertura del año judicial, pero también hay novedades políticas sobre la amnistía.
EL ESPAÑOL: “Sánchez acepta pactar la amnistía con Puigdemont pero no quiere aprobarla antes de su investidura”. Ya contamos que Puigdemont no se fía de Sánchez y que, por eso, quiere cobrarle por adelantado. Pero, según cuenta la crónica de Fernando Garea, el presidente del Gobierno no quiere que coincida la aprobación de la amnistía con la investidura fallida de Feijóo ni con la suya propia.
En ABC y El Mundo hay esta mañana dos largas crónicas de hemeroteca, donde se recogen todas las veces en que Sánchez y sus ministros se posicionaron con gran contundencia en contra de la amnistía. Hay frases maravillosas del propio Sánchez, de Carmen Calvo, de Salvador Illa, de Félix Bolaños…
La Razón aporta una novedad interesante: estos días hemos conocido las exigencias de Puigdemont. Pero hemos conocido muy poco de lo que pedirá Sánchez a Puigdemont a cambio de la amnistía. “El Gobierno pedirá a Junts la renuncia a la vía unilateral”. Y yo a Osasuna que gane La Liga, que es como si se lo pide Rubén Amón al Atlético de Madrid. O como si Alsina le pide al despertador que suene a las diez de la mañana. O como si la editorial le pide a Rosa Belmonte que entregue mañana la segunda parte de La Mala Víctima. O como si el gobierno argentino le pide al profesor que sea ministro de Economía. O como si Alcaraz le pide a Félix que sea su pareja de dobles en el próximo Us Open.
La situación en el PSOE sigue siendo la misma. Cada vez más veteranos en contra de Sánchez y la amnistía; ni un solo dirigente actual –salvo Page– que se manifieste en público. Infolibre: “González y Guerra fracasan en su intento de agitar al PSOE contra la política de pactos de Sánchez”.
Al hilo de esto, es interesante el artículo de Ignacio Varela, que habla de la mutación genética del PSOE, que poco tiene que ver con el de Felipe González. Aunque el de González también mutó, porque nada tenía que ver con el de la República. Me quedo de lo de Varela con una pregunta: si tan mal les parece a González, Guerra y compañía lo que hace Sánchez, ¿por qué siguen votándole? “Nunca tantos votaron a alguien deseando que perdiera. Entre su integridad biográfica y el interés del país, dieron prioridad a lo primero”.
Qué alegría, cómo se nota que es viernes. Esta noche, el profesor y yo hemos quedado para estudiar cómo mueren las democracias. Después, gritaremos lo de Foxá: “Hagamos la revolución en España y vayámonos a vivir al extranjero”. Nada de igualdad, libertad y fraternidad. Es viernes. ¡Café, copa y puro!
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.