Los besos sólo aparecen en los periódicos de derechas

Hoy es el día de las líneas editoriales borrachas, o de las líneas editoriales inesperadas. Hoy es un día muy divertido para leer los periódicos porque puede uno encontrar las mejores críticas al Gobierno en El País y un directo a la mandíbula de la derecha en el ABC.

En la línea de lo paranormal, podemos decir que el editorial de El País es uno de los textos esta mañana que mejor hila la crítica al Gobierno. El País, al fin y al cabo, es una empresa que pertenece a un gran grupo y esto del pacto... Por un lado, golpea diciendo que “incomprensiblemente, la presentación del acuerdo de coalición entre Sánchez y Díaz se realizó sin permitir que los periodistas preguntaran”. Por otro, critica que el texto “no incluye la palabra Cataluña cuando los dos firmantes defienden la amnistía”. Y por último reseña la irrealidad de las propuestas al señalar que las políticas sociales dependen de las Comunidades Autónomas, cuando doce de ellas las gobierna el PP.

ABC, en cambio, el día siguiente a este acuerdo, ha elegido para su portada el siguiente titular: “Hacienda investigó a periodistas y políticos señalados por Cristóbal Montoro”. El modus operandi, según la crónica, era el siguiente: a todo periodista o político que apuntaba irregularidades en el despacho del entonces ministro de Hacienda se le hacía una inspección hasta dejarlo en pelotas.

Vuelvo al acuerdo de coalición. Una cuestión llamativa. Ya sabéis que Yolanda toca y besa mucho en general. Es la vicepresidenta que más besa en Europa. Y no está mal, en estos días de guerra, que un político bese. Ahí va un dato curioso: los periódicos de derechas eligen las fotos de los besos para ilustrar la noticia del pacto y los de izquierdas prefieren imágenes más institucionales.

¿Eso significa que los periódicos de izquierdas interpretan que los besos quitan seriedad al acuerdo? ¿O eso significa que los periódicos de derechas creen más en el amor que los de izquierdas? Comparen las portadas de ABC y La Razón con las de El País y La Vanguardia. Aquí nos besamos poco, compañeros, andad con cuidado que, en cuanto os deis la vuelta, os pego un morreo. Todos esos días de ausencia, siempre soñé con vuestro abrazo. “A las aladas almas del almendro de nata os requiero, que tenemos que hablar de tantas cosas, compañeros del alma, compañeros”. Carlos del Amor ha descubierto, por cierto, imágenes en movimiento de Miguel Hernández.

El Mundo, en su editorial, muy duro contra el acuerdo: “Un pacto que desprecia a los empresarios y oculta la amnistía. Sánchez y Díaz pactan disparar la presión fiscal y trabajar menos”.

La Vanguardia, como es lógico, critica en su portada lo de ir contra los vuelos de menos de dos horas: “El puente aéreo Madrid-Barcelona, en peligro”. Los de Pamplona no tenemos problema porque preferimos la diligencia. Marius Carol, exdirector del periódico catalán, atiza: “El programa PSOE-Sumar resulta imbatible, el único problema es quién lo paga”. Podría decirse que La Vanguardia es un periódico editorialmente muy próximo al Gobierno, pero también es un periódico muy próximo a los empresarios. Y se nota en sus páginas: el pacto no termina de convencer.

ALSINA–¿Y qué pasa con Puigdemont? Porque este es un acuerdo de Gobierno… sin gobierno. Sánchez sigue igual que ayer: depende de los votos de Junts.

El Confidencial, precisamente, cuenta que Sánchez “ordenó cerrar ya el pacto con Sumar para acelerar la investidura”; para provocar un efecto dominó y hacer entender a los nacionalistas que “ha llegado el momento”. El límite para lograr la investidura es el 27 de noviembre. Y todavía faltan las firmas de PNV, ERC, Bildu, BNG y Puigdemont.

Voy con Puigdemont. EL ESPAÑOL, en su portada, relata cómo el expresident sometió a sus bases la posibilidad de hacer presidente a Sánchez. El llamado Consell de la República lo mandó al carajo. Casi un 75% votó en contra de dar el Gobierno al PSOE. Sin embargo, la participación fue de apenas un 4%. La Razón incide en que esto le dará igual a Puigdemont y que, cuando llegue el momento, el expresident decidirá por conveniencia personal.

La negociación no debe de estar resultando sencilla. Veo en El Mundo que Puigdemont, aparte de la amnistía, quiere que Sánchez reconozca de alguna manera y por escrito la existencia de la “nación catalana”. No podrá ser en un texto legal porque el Tribunal Constitucional, como ya hizo con el Estatut, lo declararía “inconstitucional”. Pero siempre quedan los documentos institucionales.

Un último asunto: se va acercando la jura de la Constitución de la princesa Leonor. El Confidencial cuenta que Zarzuela no tiene previsto que hable en catalán pese a haberlo exigido Junts y pese a dominar ella la lengua, como su padre. El País y EL ESPAÑOL informan de que los socios de la coalición no acudirán al acto.