Santos Cerdán reunido con Carles Puigdemont en Bruselas

Santos Cerdán reunido con Carles Puigdemont en Bruselas E.E.

LA TRIBUNA

Bailando con los lobos de la amnistía

¿Justifica la razón de Estado violar la ley y aliarse con un delincuente? ¿Y si la razón de Estado es sólo la excusa con la que se pretenden camuflar intereses personales?

1 noviembre, 2023 02:33

El juez Holmes presidió el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Sus sentencias contenían argumentos muy diferentes a los del famoso juez Marshall, que presidió el Tribunal Supremo 60 años antes. En ese tiempo, la Constitución de Estados Unidos no había cambiado, pero sí había cambiado la sociedad donde se aplicaba.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, este lunes en un acto en Madrid.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, este lunes en un acto en Madrid. Europa Press

Más tarde, el juez Cardozo discrepó siempre de todos sus colegas con votos particulares. Y en 1937, el Tribunal Supremo cambió de orientación y abrazó la doctrina Cardozo sin que la Constitución hubiera cambiado. La verdad, en el Derecho y en la política, con frecuencia, no es un hecho, sino una idea.

En la crisis del Renacimiento surge un concepto que luego se denominó "razón de Estado", que significa dotar de absoluta primacía al poder político sobre cualquier otra consideración o valores de otro tipo.

En nombre de la razón de Estado se ha violado muchas veces la ley. Un ejemplo clásico se produjo cuando varios senadores asesinaron a César porque era un tirano y merecía morir. Pero muchos romanos creían que era un buen político y se debía castigar a los culpables. ¿Cuál era la verdad? Por interés propio, Marco Antonio, el fidelísimo de César, indultó a Casio y Bruto, dos de los asesinos. Aquel indulto no  fue un acto de justicia, pero muchos entendieron que tenía utilidad política y lo aceptaron.  

"Los políticos que obraron en beneficio propio disfrazaron sus actos con una razón de Estado que aparentaba beneficiar a todos"

La historia da muchos ejemplos de políticos que violaron la ley para beneficio del Estado, para protección de su pueblo, para la seguridad de su país, para impedir males mayores, evitar una guerra, pacificar un territorio y también para beneficio personal del propio político, para aumentar su patrimonio, aumentar su poder, suprimir al rival o alimentar una patología. Para saltarse la ley se han dado muchas razones.

Y otras veces se ha creado una nueva legalidad ad hoc en fraude de la ley vigente para que tales actos no fueran claramente ilegales.  

Los políticos que obraron en beneficio propio disfrazaron sus actos con una razón de Estado que aparentaba beneficiar a todos. La guerra sucia contra el terrorismo, el espionaje, las escuchas ilegales a los mafiosos, son ejemplos de actos que se saltan la ley para coger al diablo. ¿Se puede saltar la ley para coger al diablo? Sea cual sea la respuesta (y todos tenemos una respuesta a esa pregunta) el problema es que no puede saberse qué consecuencias tendrá una acción así.

Cuando Octavio Augusto se dirigía a Alejandría para vencer a Marco Antonio, recibió una carta de Cleopatra con su cetro y su corona: se rendía. Augusto le contestó diciendo que la dejaría reinar si mataba a su amante. Pero Cleopatra no asesinó a Antonio, aunque esto hubiera evitado la batalla y los muertos de la batalla, y también la sumisión de Egipto. Cuando Augusto venció, ella se presentó perfumada, pintada y envuelta en velos. Él la trató con frialdad y le dijo que la llevaría a Roma como adorno de su carro. Entonces Cleopatra decidió poner un áspid en su seno y suicidarse. No se puede saber qué habría ocurrido si ella hubiera matado a Antonio o si Augusto le hubiera permitido reinar, pero la Historia sería distinta.

"Bailar con lobos o no hacerlo es una decisión política que afecta a todos. Por eso es preciso tener convicciones morales"

No hay respuesta correcta a un dilema político. Por eso hay que tener convicciones morales. Muchas cosas son posibles en política, indultar o no a los asesinos de César, retener o no el trono matando a Antonio, dejar o no reinar a Cleopatra. Cardozo, Holmes, Marshall, tomaron decisiones judiciales diferentes. ¿Cuál es en política la mejor decisión? Pactar o no con según quién. Aceptar o no imposiciones indignas. Forzar la ley para conseguir un resultado que interesa al mundo, a la nación o a la persona. No se sabe. Y porque no se sabe, es por lo que hay que tener convicciones morales. Para que las decisiones se basen en valores y no en intereses.

La amnistía, los indultos, negociar una investidura con un prófugo, mantenerse en el poder después de perder las elecciones, es para muchos una política perjudicial para el país. Para otros muchos es una política posibilista que están dispuestos a validar y ratificar con sus votos. Bailar con lobos o no hacerlo es una decisión política que afecta a todos. Por eso es preciso tener convicciones morales. Los políticos deben tener convicciones morales para que sus decisiones no floten en un mar de intereses personales.  

Deberíamos estar seguros de que nuestros políticos tienen convicciones morales, o una ideología, o un sistema de valores, cuando bailan con lobos. El grave problema es que no estamos seguros de eso. O estamos seguros de que no las tienen. Escuché un día decir a un actor: "¿Entonces te saltarías la ley para coger al diablo? Y cuando ya te hayas saltado todas las leyes y el diablo se vuelva contra ti, ¿dónde te protegerás si ya no hay ley?".

*** Juan Carlos Arce es jurista especializado en Derecho del trabajo y Seguridad Social, exletrado del Tribunal Supremo y del CGPJ, y profesor asociado en la Universidad Carlos III y en la Universidad Autónoma de Madrid. 

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